Memoria de la m¨²sica

Manolo Sanl¨²car, el maestro de la guitarra flamenca, prepar¨® este concierto para la Suma a modo de una antolog¨ªa, es decir, un recorrido por su obra, que en esta ocasi¨®n se frustr¨® parcialmente, porque seg¨²n aleg¨® el d¨ªa anterior hab¨ªa tenido un problema con el tend¨®n de su mano izquierda, que le imped¨ªa seguir tocando. No obstante, estuvo en escena una hora, con lo que pudo dejar constancia de su magisterio. Interpret¨® dos temas de Tauromagia, otros dos de Locura de brisa y trino y uno de La voz del color.

Una memoria, en cualquier caso, de la m¨²sica que Sanl¨²car nos ha ido dejando a lo largo de su carrera, en la que el guitarrista ha dejado patente un enorme talento. Son m¨²sicas de distintas etapas de su historia, con lo que el panorama que nos ofreci¨® fue una muestra bastante completa de la misma. El hecho de esa diversidad de ¨¦pocas ya entra?aba una dificultad m¨¢s, porque las t¨¦cnicas y los conceptos de cada tema presentan diferencias sustanciales, que el guitarrista debe obviar en sus ejecuciones.

La musicalidad y la t¨¦cnica del guitarrista son excepcionales

Todos los temas que interpret¨® los hizo de manera impecable, con limpieza extraordinaria pese a las condiciones no ideales en que se hallaba. Es m¨²sica muy elaborada y compleja, cuya recreaci¨®n exige de antemano unas facultades no al alcance de cualquier guitarrista, ni mucho menos. Sanl¨²car siempre ha demostrado su capacidad, sin menoscabo ninguno, hasta el punto de que en ocasiones borda su toque sin ninguna duda sobre lo que hace. Su musicalidad y su t¨¦cnica son excepcionales, trabajando constantemente sobre ellas, a lo que se une la vena creativa de un verdadero superdotado. Lo demostr¨® una vez m¨¢s esta noche, sobre todo en el tema Norma, de Locura de brisa y trino, y sobre un verso de Federico Garc¨ªa Lorca, que t¨®c¨® de manera memorable.

Sanl¨²car fue presentando cada tema con breves parlamentos, en los que revelaba interesantes detalles sobre el flamenco, el cante, la guitarra y otros aspectos. Realmente nos dio un minicurso de sabidur¨ªa flamenca, pues como es sabido ¨¦l es un estudioso que tiene incluso alg¨²n libro publicado sobre su arte. No es f¨¢cil o¨ªr a un artista flamenco -que normalmente no han estudiado las peculiaridades del arte que practican- decir cosas demasiado razonables sobre el mismo. Con Manolo Sanl¨²car se puede estar de acuerdo o no -o estar de acuerdo en unas cosas y en otras no- pero lo que dice interesa.

La voz de Carmen Molina se insert¨® con acierto, en alguno de los temas interpretados singularmente en el que hemos citado anteriormente, quiz¨¢ porque seg¨²n Sanl¨²car en la guitarra no hay evoluci¨®n sin el cante.

Escuchamos pues, una lecci¨®n del mejor flamenco, aunque su autor y art¨ªfice le quitara valor debido a sus condiciones f¨ªsicas. No fue as¨ª. Manolo Sanl¨²car dej¨® patente que sigue siendo uno de los grandes maestros, de los que no quedan muchos en el arte jondo. Se hizo acompa?ar por un grupo de reducidas dimensiones, pero de gran eficacia, que le secund¨® a la perfecci¨®n en todo lo que hizo. Una noche memorable pues, aunque incompleta, debido al problema que ya hemos referido del tend¨®n de la mano izquierda del guitarrista. A¨²n as¨ª, con esas limitaciones, inolvidable.