La m¨²sica del viaje
En todas las ciudades deber¨ªa haber una librer¨ªa como la barcelonesa Alta?r, donde los anaqueles, clasificados seg¨²n continentes y pa¨ªses, no s¨®lo albergan gu¨ªas, sino tambi¨¦n ensayo y literatura. Si alguien se plantea recorrer Europa Central, encuentra all¨ª -simplemente curioseando- El da?o oculto. Un viaje a la Alemania de posguerra junto a W. H. Auden (Lengua de Trapo), de James Stern, donde a trav¨¦s de las im¨¢genes y de las entrevistas a civiles supervivientes de las bombas el pasado reciente regresa y se arrastra, "en un interminable rollo de pel¨ªcula a color". El viaje tuvo lugar en 1947, cuando Alemania enmascaraba sus ruinas: Stern solo vio esv¨¢sticas exhibidas p¨²blicamente en los alrededores de N¨²remberg (precisamente). Y un t¨ªtulo lo lleva a otro: El hundimiento. Hamburgo, 1943 (La U?a Rota), de Hans Erich Nossack, la cr¨®nica en directo de una ciudad bombardeada, bajo el asedio a¨¦reo de la amenaza del desierto.
Y si el viajero se dirigiera a Per¨², encontrar¨ªa, comprar¨ªa, meter¨ªa en su maleta Conquista de lo in¨²til (Blackie Books), de Werner Herzog, la cr¨®nica de los dos a?os que el cineasta pas¨® rodando Fitzcarraldo y tratando de que el barco atravesara la monta?a que lo separaba de otro r¨ªo; viaje apocal¨ªptico, ruidoso, furioso: desde Lima, "fr¨ªa y nublada y odiosa, como siempre", hasta la selva "aterradora, nadie que no haya estado all¨ª en persona podr¨ªa imagin¨¢rsela". Por eso viajamos. Y si fuera Venezuela el destino, el libro imprescindible ser¨ªa Baroni: un viaje (Candaya), de Sergio Chejfec, que transforma el pa¨ªs andino-caribe?o en una bola de papel arrugada, en un escenario, en una maqueta, en una pelea de gallos, en una red que atrapa a sus artistas m¨¢s emblem¨¢ticos (el poeta ?gor Barreto, el pintor Armando Rever¨®n, el poeta Juan S¨¢nchez Pel¨¢ez, la artista na?f Rafaela Baroni), en un intento de abordar lo imposible, porque "el pa¨ªs es irrepresentable".
Y si se ir¨¢ a Australia, Chatwin. Y si a Argentina, Caparr¨®s. Y si a Estambul, Goytisolo. Y si a Nueva York, Pla. Y si al Nepal, Seth. Y si a Berl¨ªn, Josep Roth, que habl¨® -de viaje- acerca de "la hermosa m¨²sica del futuro".
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