?Nos fiamos de Hungr¨ªa?
El pa¨ªs asegura tener raya el d¨¦ficit y la deuda, pero afronta problemas graves
Es dif¨ªcil llamar tanto la atenci¨®n en tan poco tiempo. Apenas una semana despu¨¦s de llegar al poder, el nuevo Gobierno h¨²ngaro hizo tambalearse a los mercados financieros mundiales. Dos dirigentes del Fidesz, el partido conservador y con tentaciones populistas que gan¨® las elecciones en abril pasado, afirmaron que la econom¨ªa centroeuropea pod¨ªa convertirse en la pr¨®xima Grecia, insinuando que las cuentas p¨²blicas hab¨ªan sido manipuladas por el antiguo Ejecutivo y que, en realidad, el pa¨ªs estaba al borde de la bancarrota. Y todo el mundo mir¨® hacia Budapest. ?Qu¨¦ pasaba en la econom¨ªa ex comunista? ?Estaba al borde del abismo financiero?
Hungr¨ªa no es Grecia. En eso coinciden pol¨ªticos del Gobierno y de la oposici¨®n en Budapest, analistas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Uni¨®n Europea, dos instituciones que desde octubre de 2008 supervisan con lupa las cuentas h¨²ngaras. En realidad, Hungr¨ªa tuvo su drama griego mucho antes que el pa¨ªs mediterr¨¢neo. "En 2006 sufrimos nuestra crisis de deuda y se tomaron medidas de ajuste para reducir el d¨¦ficit", explica Istvan Madar, analista de Portfolio.hu, la web de informaci¨®n financiera m¨¢s prestigiosa de Hungr¨ªa. "Ahora estamos a salvo", asegura.
El juego pol¨ªtico estaba detr¨¢s del aviso de que el pa¨ªs iba hacia la quiebra
Hungr¨ªa ya tuvo su propia crisis de la deuda en el a?o 2006
El nuevo Gobierno ha logrado calmar a los mercados con un plan de ajuste
Las medidas de austeridad no han generado protestas en las calles
M¨¢s nacionalismoHungr¨ªa ha perdido competitividad frente a Eslovaquia y a otros vecinos
La recesi¨®n qued¨® atr¨¢s en el primer trimestre, con un crecimiento del 0,9%
Para evitar la cat¨¢strofe, recurri¨® a cr¨¦ditos del FMI y la Uni¨®n Europea
En dos a?os se introducir¨¢ un tipo ¨²nico del IRPF del 16%
La crisis ha rebajado el entusiasmo de los h¨²ngaros por integrarse en el euro
Hay diferencias clave entre ambas econom¨ªas. El d¨¦ficit p¨²blico de Hungr¨ªa se situ¨® a finales del a?o pasado en el 4,2% del producto interior bruto (PIB) y la deuda p¨²blica est¨¢ en torno al 78% del PIB, muy lejos del d¨¦ficit del 13,6% de Grecia, que adem¨¢s tiene una deuda del 130% del PIB. Hungr¨ªa no se enfrenta a necesidades de financiaci¨®n a corto plazo. Sus mayores citas con los mercados de deuda este a?o son el 12 de julio, cuando expira un paquete de bonos de 30.000 millones de yenes (180 millones de euros); septiembre, cuando tiene que hacer frente al pago de 1.000 millones de euros, y, finalmente, agosto y octubre, cuando expiran dos emisiones de bonos en florines h¨²ngaros equivalentes a poco m¨¢s de 1.000 millones de euros.
Mientras, la l¨ªnea de cr¨¦dito de 20.000 millones de euros que le otorgaron el FMI y la Uni¨®n Europea reduce cualquier posibilidad de riesgos de liquidez. De los 20.000 millones concedidos, solo se han retirado 14.000 en varias tandas (la ¨²ltima vez, en abril de 2009).
La estructura econ¨®mica es otro elemento determinante. "Antes del derrumbe del comercio mundial el a?o pasado, que afect¨® a todos, Hungr¨ªa export¨® a la UE cinco veces m¨¢s que Grecia; y dos terceras partes de esas ventas al exterior fueron de alta y media tecnolog¨ªa", explica Andras Inotai, economista del Instituto para la Econom¨ªa Mundial en Budapest. Grandes grupos automovil¨ªsticos como
Audi, Mercedes, Suzuki y
Opel cuentan con plantas en este pa¨ªs, mientras que, gracias a empresas como la finlandesa Nokia, Hungr¨ªa es uno los grandes exportadores de m¨®viles del mundo.
El analista Lars Chistensen, experto en las econom¨ªas del Este de Danske Bank, destacaba recientemente en un comentario otro factor: "El flor¨ªn no est¨¢ sobrevaluado y, por tanto, Hungr¨ªa no se enfrenta a la misma necesidad de mejorar la competitividad a trav¨¦s de los precios y la reducci¨®n de salarios como Grecia. De hecho, Hungr¨ªa tiene super¨¢vit en su cuenta corriente, no como Grecia, que tiene un significativo d¨¦ficit". A diferencia de Grecia, las medidas de austeridad tomadas en Hungr¨ªa no han generado grandes protestas en las calles.
En la orilla del Danubio, que une las dos grandes ciudades del antiguo imperio austroh¨²ngaro (Viena y Budapest), grupos de turistas que visitan la capital h¨²ngara aprovechando el calor de junio observan la crecida que ha experimentado el r¨ªo por las intensas lluvias de la semana pasada. La amenaza de desbordamiento coincidi¨® con las declaraciones del vicepresidente del Fidesz, Lajos Kosa, que afirm¨® tajante el pasado 3 de junio que Hungr¨ªa ten¨ªa "una posibilidad muy peque?a de evitar una situaci¨®n como la de Grecia" y que la econom¨ªa estaba en "una situaci¨®n mucho peor" de lo que su partido esperaba antes de llegar al poder, el pasado 29 de mayo, con lo que ser¨ªa imposible cumplir el objetivo de acabar el a?o con un d¨¦ficit presupuestario del 3,8%. En cuanto Peter Szijjarto, portavoz del primer ministro, Viktor Orban, confirm¨® esas palabras al d¨ªa siguiente -hablar de bancarrota "no es una exageraci¨®n", dijo-, la Bolsa se hundi¨®, el coste de la deuda se dispar¨® y la divisa nacional, el flor¨ªn, cay¨® a m¨ªnimos de un a?o.
La duda se extendi¨® r¨¢pidamente por los mercados internacionales: ?hab¨ªa maquillado el Gobierno anterior (socialista) las cuentas? La Comisi¨®n Europea sali¨® de inmediato a negarlo para calmar a los mercados. El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, tambi¨¦n defendi¨® a la econom¨ªa h¨²ngara, calificando su situaci¨®n de "bastante buena" y a?adiendo que no ve¨ªa "realmente ning¨²n problema". Incluso el nuevo Gobierno tuvo que salir a la palestra para rectificar y confirmar su compromiso con la reducci¨®n del d¨¦ficit, que alcanz¨® un m¨¢ximo del 9,3% en 2006 y cerr¨® 2009 en el 4%. "El pasado es el pasado; ahora solo nos interesa el futuro", dijo Orban en su primera intervenci¨®n en el Parlamento tras las pol¨¦micas declaraciones.
El juego pol¨ªtico estaba detr¨¢s de todo, a juicio de los analistas. Los comentarios de los dirigentes del partido fueron un error. El Fidesz arras¨® en las elecciones de abril -obtuvo mayor¨ªa absoluta- gracias a promesas que, una vez en el poder, no puede cumplir e intent¨® culpar al anterior Gobierno de la situaci¨®n para justificar medidas impopulares, afirma Andras Inotai. "El presupuesto de 2009 estuvo totalmente controlado por el FMI y la UE, y el de 2010 se hizo con la aprobaci¨®n del Fondo, todo ello como condici¨®n para mantener la l¨ªnea de cr¨¦dito de 20.000 millones de euros. Aqu¨ª no hay espacio para maniobras cosm¨¦ticas. Lo que puede suceder es que al final se tenga que revisar el objetivo del d¨¦ficit porque por la evoluci¨®n econ¨®mica no se pueda cumplir, como hacen muchos pa¨ªses, pero como mucho alcanzar¨¢ el 5% del PIB, todav¨ªa uno de los m¨¢s bajos de la UE", opina el experto.
Para otros analistas, el anterior Gobierno no manipul¨® las cuentas, pero s¨ª fij¨® un objetivo de d¨¦ficit poco realista si no se tomaban m¨¢s medidas de austeridad. "En la situaci¨®n actual parece m¨¢s realista hablar de un d¨¦ficit del 4,5% o 5% del PIB, pero el FMI y la UE insisten en que debe ser del 3,85%, y sin medidas adicionales no es posible alcanzar esa meta", explica Eva Palocz, directora de la firma de encuestas y estudios econ¨®micos Kopint-Tarki. Aun as¨ª, sin esas medidas adicionales, el Banco Central h¨²ngaro prev¨¦ que el a?o se cierre con un d¨¦ficit del 4,5%. "La situaci¨®n fiscal del pa¨ªs es miserable, y la responsabilidad pol¨ªtica es, por tanto, del anterior Gobierno", afirma el polit¨®logo Zoltan Kiszelly.
El anterior Ejecutivo niega cualquier manipulaci¨®n o maquillaje de los datos. "Siempre dijimos que habr¨ªa que tomar m¨¢s medidas para cumplir el objetivo", afirma en su despacho Attila Mesterhazy, jefe del grupo parlamentario socialista. "Lo que ha sucedido es que el Fidesz hizo promesas imposibles durante la campa?a electoral y ahora no puede cumplirlas; por eso intenta culparnos, para justificar sus medias de ajuste", a?ade en su despacho en el edificio cercano al Parlamento reservado para los despachos de los diputados y que fue la sede del comit¨¦ central del partido comunista h¨²ngaro. "Espero que se hayan dado cuenta de que esto no es una partida de p¨®quer y que los mercados internacionales no est¨¢n para bromas", concluye. EL PA?S intent¨®, sin ¨¦xito, entrevistar a un portavoz del Gobierno actual.
"El caos generado por las declaraciones del Ejecutivo dur¨® dos d¨ªas y hemos dejado atr¨¢s este incidente", afirma, quitando hierro al asunto, Peter Akos Bod, profesor de econom¨ªa de la Universidad Corvinus de Budapest, considerado m¨¢s cercano al Fidesz. Sin embargo, el mal ya estaba hecho. El pa¨ªs puede tardar meses en recuperar la confianza de los mercados financieros. Por mucho que los datos macroecon¨®micos apelen a la calma, siempre queda la duda. "Uno de los retos ser¨¢ mantener la confianza de los inversores e impulsar el crecimiento y la competitividad. Y en el ambiente actual, en el que los mercados est¨¢n b¨¢sicamente fuera de control, esto no va ser f¨¢cil", afirma Dorothee Bohle, analista pol¨ªtica de la Universidad Centroeuropea en Budapest.
El plan de ajuste presentado el martes pasado por el nuevo primer ministro, y que logr¨® calmar a los mercados, persigue cumplir el objetivo del 3,8% del d¨¦ficit para 2010. En dos a?os se introducir¨¢ un tipo ¨²nico del IRPF del 16% (ahora hay dos: 17% y 32%) y se reducir¨¢ del 19% actual al 10% el impuesto de sociedades para las peque?as y medianas empresas (con ingresos anuales inferiores a dos millones de euros). El Gobierno conf¨ªa en recuperar la p¨¦rdida de ingresos con un nuevo impuesto sobre los beneficios de la banca con el que este a?o prev¨¦ recaudar 200.000 millones de florines (unos 700 millones de euros), una buena tajada -poco realista para algunos- de los 350.000 millones de florines que prev¨¦ ganar el sector en su conjunto en 2010.
Adem¨¢s, el plan prev¨¦ un ahorro de 426 millones de euros a trav¨¦s de severos recortes en el sector p¨²blico, incluida una reducci¨®n del 15% de la masa salarial y de altos cargos en las empresas estatales. "Ha llegado el momento de reemplazar lo antiguo por lo nuevo, tambi¨¦n en la econom¨ªa", afirm¨® Orban durante la presentaci¨®n del plan, que fue acogido con alivio por los analistas, aunque advierten que hay que esperar a ver todos los detalles.
"La creaci¨®n de un tipo ¨²nico del impuesto de la renta solo beneficiar¨¢ a las familias m¨¢s ricas", opina Attila Mesterhazy, el l¨ªder socialista. "Los que ahora pagamos el 30%, solo tendremos que pagar el 16%, pero los que ganan menos y pagaban hasta ahora el 17%, seguir¨¢n pagando el 16%; eso es inadmisible", a?ade el dirigente, que echa en falta un plan potente para reducir la tasa de desempleo, ahora en el 12,7%. "Son medidas m¨¢s o menos realistas, aunque habr¨¢ que ver los detalles", considera la analista Eva Palocz.
Que Hungr¨ªa no sea Grecia no significa que no sea altamente vulnerable. El pa¨ªs, con una econom¨ªa peque?a, abierta y tradicionalmente dependiente de las exportaciones como motor de crecimiento, no consigue dejar atr¨¢s la peor crisis que vive en 18 a?os. Las causas hay que buscarlas en el Gobierno socialista, que estuvo en el poder entre 2002 y 2006, cuando el d¨¦ficit p¨²blico lleg¨® a alcanzar el 9% del PIB en dos ejercicios y acab¨® creando un lastre dif¨ªcil de soltar. "La deuda de Hungr¨ªa pas¨® en pocos a?os del nivel de pa¨ªses de su entorno, como Polonia (en torno al 50% del PIB), a niveles de pa¨ªses m¨¢s avanzados como B¨¦lgica, del 80% del PIB. Pero la diferencia es que nosotros ¨¦ramos y somos mucho m¨¢s vulnerables, y esa deuda cuesta mucho financiar", explica el profesor Peter Akos Bod.
As¨ª que en 2006 empezaron a aplicarse medidas de ajuste basadas en recortes sociales. La econom¨ªa no volvi¨® a crecer hasta finales de 2007, cuando empez¨® a salir del t¨²nel, aunque muy ligeramente. "La crisis financiera mundial lleg¨® en octubre de 2008 y todo lo conseguido se fue a pique", recuerda el economista Istvan Madar, de Portfolio.hu. El pa¨ªs tuvo que recurrir a una l¨ªnea de cr¨¦dito del FMI y la UE para evitar la quiebra. Tras otra tanda de medidas de austeridad (bajada de pensiones, congelaci¨®n de los salarios de los funcionarios, incremento de la edad de jubilaci¨®n...), en el primer trimestre de este a?o sali¨® de la recesi¨®n con un crecimiento del PIB del 0,9%, casi todo por el aumento de las exportaciones. Las previsiones oficiales apuntan a que la econom¨ªa cerrar¨¢ 2010 con un crecimiento del 0,5%, tras caer un 6,3% en el conjunto de 2009. El FMI pronostica, sin embargo, una ligera contracci¨®n.
La lista de problemas de la econom¨ªa h¨²ngara no es corta. La reciente ca¨ªda de la divisa nacional -sobre todo frente al franco suizo- ha incrementado la vulnerabilidad del pa¨ªs, ya que ha encarecido los pr¨¦stamos que el 60% de los hogares y el 55% de las empresas tienen contratados en francos suizos. Los analistas temen que la nueva tasa sobre la banca repercuta en los clientes, con restricciones del cr¨¦dito o bien con mayores comisiones.
Otro punto d¨¦bil es la conexi¨®n de la banca h¨²ngara con los Balcanes, especialmente Bulgaria. "Aqu¨ª vemos un claro enlace con Grecia, que tambi¨¦n posee un sector bancario muy expuesto en Bulgaria y otras econom¨ªas de la zona", dice Lars Christensen, de Danske Bank, que advierte del peligro que supone para la recuperaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs su nuevo Gobierno, "m¨¢s nacionalista y populista".
Las empresas p¨²blicas son otra de sus flaquezas. La compa?¨ªa a¨¦rea, la de ferrocarriles, la de autobuses... todas est¨¢n altamente endeudadas. Las subvenciones que reciben absorben un punto del PIB, seg¨²n calcula el profesor Peter Akos Bod, que cree que es urgente privatizarlas. "En general son necesarias reformas estructurales urgentes, sobre todo en el sector agrario, el de la alimentaci¨®n", a?ade. "Tambi¨¦n habr¨ªa que hacer pol¨ªticas de apoyo de las peque?as y medianas empresas, que tienen m¨¢s dificultades que las grandes para conseguir financiaci¨®n, participar en los concursos p¨²blicos y salir al extranjero, porque el anterior Gobierno prim¨® a las grandes compa?¨ªas", concluye.
La falta de competitividad es otro lastre. Hungr¨ªa ha perdido competitividad en los ¨²ltimos a?os respecto a Eslovaquia y otros pa¨ªses vecinos. Uno de los motivos es el coste laboral, que, pese a las reformas del anterior Gobierno, sigue siendo uno de los m¨¢s altos de la UE. "La inversi¨®n extranjera siempre ha sido fuerte y debemos incrementarla", opina Laszlo Akar, consejero delegado de GKI Economic Research. "Pese a que los costes laborales siguen siendo una carga, podemos competir en calidad de mano de obra y en la infraestructura. Y, por qu¨¦ no, en el ambiente de seguridad que reina aqu¨ª. Si a un ejecutivo le dices que puede vivir en Budapest o en Bucarest, lo m¨¢s normal es que elija la primera ciudad, aunque la capital rumana sea un poco m¨¢s barata", asegura.
Ser una potencia exportadora no es siempre garant¨ªa de ¨¦xito. La alta dependencia de Hungr¨ªa de los mercados exteriores convierte a su econom¨ªa en m¨¢s vulnerable a la crisis de los dem¨¢s. Mientras, las industrias aut¨®ctonas no acaban de alcanzar un peso significativo en la econom¨ªa.
Tras a?os de malos datos econ¨®micos y de apretarse el cintur¨®n, los ciudadanos h¨²ngaros empiezan a estar cansados. La crisis del euro ha rebajado el entusiasmo por integrarse en la moneda ¨²nica europea. Se ha abierto el debate sobre qu¨¦ es mejor, si estar o no en el euro. Por un lado, parece claro que la divisa europea ofrece m¨¢s estabilidad y seguridad que una peque?a moneda como el flor¨ªn, que puede ser f¨¢cilmente atacada por los especuladores. Por otro lado, los esc¨¦pticos destacan que estar fuera del euro permite devaluar y llevar a cabo una pol¨ªtica monetaria m¨¢s adaptada a las circunstancias del pa¨ªs.
"Creo que la mayor¨ªa de los h¨²ngaros sigue estando a favor del euro", opina Laszlo Akar. "Nosotros consideramos que lo mejor ser¨ªa que el pa¨ªs se preparara para entrar en la zona euro en 2014". La econom¨ªa lleva camino de cumplir todos los requisitos para conseguirlo, pero lo cierto es que, al menos de momento, no cumple ninguno. No hay una fecha oficial de entrada, ni siquiera una previsi¨®n.
"El problema es durante cu¨¢nto tiempo la poblaci¨®n va a soportar los costes de adaptaci¨®n que las pol¨ªticas de austeridad acarrean", advierte la analista Dorothee Bohle. "Creo que muchos pa¨ªses de la UE est¨¢n a punto de afrontar crisis pol¨ªticas importantes que pueden llevarles por caminos impredecibles".
M¨¢s nacionalismo
Comparar Hungr¨ªa con Grecia no ha sido la ¨²nica acci¨®n controvertida del Fidesz, el partido de centro-derecha que lleg¨® al poder a finales del mes pasado tras ganar con mayor¨ªa absoluta las elecciones gracias a, seg¨²n los analistas, una campa?a extremadamente populista.
La aprobaci¨®n en el Parlamento de dos leyes de marcado car¨¢cter nacionalista amenaza con deteriorar las relaciones con sus vecinos. La primera permite conceder la nacionalidad a las personas de etnia magiar que viven en el extranjero, aunque nunca hayan residido en Hungr¨ªa. Bastar¨¢ con certificar que tienen antepasados h¨²ngaros y conocimiento de su lengua. Esta medida ha provocado inquietud sobre todo en la vecina Eslovaquia, que contest¨® con la aprobaci¨®n de otra ley que retirar¨¢ la ciudadan¨ªa a los eslovacos que se hagan con un pasaporte h¨²ngaro.
Las relaciones entre ambos pa¨ªses nunca han sido f¨¢ciles. Tras la I Guerra Mundial, Hungr¨ªa perdi¨® gran parte de su territorio, con lo que entre dos y tres millones de personas de etnia magiar acabaron viviendo en otros pa¨ªses, principalmente Eslovaquia, Rumania, Serbia y Ucrania. Con la entrada en la Uni¨®n Europea se esperaba que la rivalidad terminara, pero no parece haber sido as¨ª, y el nacionalismo resurge una y otra vez (el reciente auge del ultranacionalista Partido Nacional Eslovaco y la formaci¨®n de extrema derecha Jobbik en Hungr¨ªa son dos ejemplos).
La otra ley pol¨¦mica aprobada tras la victoria del Fidesz en abril ha sido la que declara el 4 de junio fiesta nacional, el D¨ªa de la Unidad Nacional. El objetivo es recordar el aniversario del Tratado de Trian¨®n, firmado en 1920, que redibuj¨® las fronteras h¨²ngaras tras la I Guerra Mundial. Para los cr¨ªticos, se trata de una provocaci¨®n y una exaltaci¨®n del nacionalismo.
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