El bal¨®n tiene mil patrias
La gu¨ªa para hacer turismo futbolero se nutre de bares y restaurantes donde los hinchas de cada pa¨ªs se re¨²nen para ver los partidos del Mundial
Las televisiones son cada vez mejores. M¨¢s grandes, m¨¢s planas, con m¨¢s colores que la propia realidad. Pero no se ha inventado ninguna que pueda chocar una Quilmes despu¨¦s de un gol de Messi, increpar al ¨¢rbitro con acento romano, ducharte con cerveza alemana o bramar cuando Inglaterra mete un bal¨®n dentro de los tres palos.
Para ir m¨¢s all¨¢ de la experiencia sobada de seguir el Mundial de f¨²tbol hundido en el sof¨¢ de casa, con el mando a distancia como ¨²nico lazo f¨ªsico con el partido, en Madrid se puede tomar otro camino, entre el ocio de barra y la antropolog¨ªa aplicada, integrarse en los bares donde se juntan las hinchadas inmigrantes.
Este a?o no se encontrar¨¢n grandes reuniones de extranjeros, m¨¢s bien habr¨¢ focos de forofismo nacional desperdigados por la ciudad. Los pa¨ªses de los que han venido m¨¢s inmigrantes a Madrid se han quedado fuera del campeonato: unos 201.000 rumanos, 133.000 ecuatorianos y 83.000 marroqu¨ªes, cerca de la mitad del mill¨®n de extranjeros de la regi¨®n.
En un restaurante chileno ya cuelgan juntas las banderas de su pa¨ªs y Espa?a
Pese a que Ecuador se qued¨® en la cuneta, Latinoam¨¦rica es una de las mejores opciones para hacer turismo futbolero. Paraguay es el pa¨ªs con m¨¢s inmigrantes en Madrid de todos los que est¨¢n compitiendo, con 26.908 personas, seg¨²n datos de 2009 del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Para infiltrarse entre los guaran¨ªes madrile?os, est¨¢ el restaurante La Paraguayita (calle de Bret¨®n de los Herreros, 24). La segunda comunidad en liza m¨¢s numerosa es Brasil, y el punto de referencia es la Casa do Brasil, una residencia universitaria situada en la avenida del Arco de la Victoria, a la entrada del campus de la Universidad Complutense. La entrada es gratuita. Se ofrece la posibilidad de acompa?ar las galopadas de Kak¨¢ o las bicicletas de Robinho con guaran¨¢ y caipiri?a.
Un mundo aparte es la afici¨®n argentina. Suyos son los mejores coros futboleros; suyas, docenas de palabras que expresan exactamente su visi¨®n del f¨²tbol. La Joyer¨ªa, calle de la Cruz, 33, es un lugar donde se puede comprobar. All¨ª, entre remeras (camisetas) albicelestes, cabe acercarse un poco a este universo paralelo.
Italia es la selecci¨®n europea con m¨¢s emigrantes en la regi¨®n, 24.636. Si se quiere vivir un partido de la Azzurra rodeado de italianos, hay dos locales adecuados, el L'altro Bar (calle de Bail¨¦n, 35) y el Grazie Mille (calle Mayor, 31). Angelo Giscardi, un palermitano que trabaja en el segundo restaurante, recomienda la experiencia: "Ver el partido con italianos es como estar sumergido en el campo".
F¨²tbol m¨¢s Inglaterra es igual a pub. El bar irland¨¦s James Joyce, en la calle de Alcal¨¢, 59, es un foco anglosaj¨®n. Ponen los partidos de la selecci¨®n inglesa en su lengua, igual que los de Estados Unidos, que sorprendentemente convoca a m¨¢s parroquia de la esperada. "Aqu¨ª hay mogoll¨®n de estudiantes estadounidenses. Son muchos, no hay m¨¢s que ver el tama?o de su Embajada", razona Matthew, camarero del local.
En el Fass Grill, restaurante alem¨¢n (calle de Rodr¨ªguez Mar¨ªn, 84, y Arturo Soria, 126-128), empezaron el Mundial con dos salas dedicadas al f¨²tbol. Para el pr¨®ximo partido abrir¨¢n otra. Los germanos no son muchos (10.153), pero se juntan con la misma solidez que las l¨ªneas de su equipo. "En el partido contra Australia hab¨ªa un 95% de alemanes, pero est¨¢ abierto a todo el mundo", comenta Cristina, una camarera colombiana.
El adversario m¨¢s cercano se concentra en un sitio llamado El Regreso de Winnipeg. Los hinchas de Chile, el rival m¨¢s duro de roer del grupo de Espa?a, animar¨¢n a su selecci¨®n en este restaurante, entre empanadas y vinos chilenos. Mauricio, el propietario, ha colgado juntas las banderas de Espa?a y de Chile. Los empresarios, a diferencia de los balones, no tienen m¨¢s que una patria.
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