'Los cuadernos', 'blog' de combate
Berlusconi y el Vaticano fueron caballos de batalla del intelectual en su bit¨¢cora
"Lo que te da la medida de c¨®mo has vivido es lo que le va a faltar al mundo cuando t¨² ya no est¨¦s. Hoy que Jos¨¦ no est¨¢, a m¨ª me falta todo, me han arrancado un trozo de vida, un amigo que nunca se ha rendido, que siempre se ha mantenido ¨ªntegro y de pie en el medio de la batalla".
Recogidas ayer por Lucia Magi para la edici¨®n digital de EL PA?S , estas frases de Dario Fo, su gran amigo italiano, Nobel solo un a?o antes de que lo fuera Saramago, resume una parte de la relaci¨®n del autor de El Evangelio seg¨²n Jesucristo con Italia.
Don Jos¨¦ adoraba este pa¨ªs, lo sent¨ªa como propio, amaba su cultura y le dol¨ªa asistir a su decadencia. Ten¨ªa grandes amigos de al menos tres generaciones distintas. Quiz¨¢ los m¨¢s cercanos eran Dario Fo, el fil¨®sofo Paolo Flores D'Arcais, que le entrevist¨® largamente durante su ¨²ltima visita, y el joven Roberto Saviano, a quien una vez defini¨® como un "maestro de vida" y que le escrib¨ªa a menudo por correo electr¨®nico para pedirle consejo.
Dario Fo: "Hoy a m¨ª me falta todo, me han arrancado un trozo de vida"
Adem¨¢s, decenas de miles de lectores compraban y le¨ªan sus libros puntualmente, y llenaban los teatros y le aclamaban como a un h¨¦roe civil cada vez que ven¨ªa a presentarlos. El ¨²ltimo viaje a Italia lo hizo en octubre pasado, cuando se public¨®, tras una agria pol¨¦mica, el blog Los cuadernos en forma de libro. El maestro estaba ya delgado como un silbo y apenas com¨ªa, pero los achaques no hab¨ªan quebrantado su lucidez.
Einaudi, que fue su editorial durante 20 a?os, hab¨ªa decidido no publicar el libro porque conten¨ªa ataques directos al primer ministro, due?o del grupo Mondadori. Pilar del R¨ªo consult¨® con Flores D'Arcais y apareci¨® una soluci¨®n estupenda, la peque?a editorial de Tur¨ªn Bollati Boringhieri, que public¨® el blog con enorme ¨¦xito y organiz¨® varios encuentros de Saramago con sus lectores en Alba (Piamonte), Mil¨¢n y Roma. El triunfo fue apote¨®sico.
Una ma?ana de octubre, en el hotel Locarno de Roma, Saramago contaba as¨ª su ruptura con Einaudi: "Es normal. Lo llego a entender. Si lo publicaran, les despedir¨ªan". Y no cejaba en sus cr¨ªticas: "Alguien capaz de promover sobornos y comprar voluntades es capaz de todo. Berlusconi lo ha hecho. No se puede decir que no sea un delincuente porque no ha asesinado a nadie ni ha robado a mano armada. Pero existen otras muchas maneras de serlo".
El 4 de diciembre de 2008, Saramago anot¨® en su blog: "Me siento insignificante frente a la dignidad y el coraje de Roberto Saviano, un maestro de vida condenado a muerte por haber escrito un libro de denuncia contra una organizaci¨®n criminal capaz de secuestrar a una ciudad y a sus ciudadanos".
Por esa raz¨®n, Saviano no pudo acompa?arle en la presentaci¨®n del libro en el teatro Gassman de Roma. Pero ambos mantuvieron una intensa relaci¨®n epistolar. Saviano recibi¨® ayer con dolor la noticia de la muerte de Saramago: "Me invit¨® a ir a vivir a su isla, aunque ambos sab¨ªamos que era imposible. Por desgracia ya no podr¨¦ hacerlo".
El autor de Gomorra dijo: "Escribi¨® muchas obras maestras. Luego me defendi¨®, firm¨® un manifiesto a mi favor, y en el blog con gran embarazo por mi parte escribi¨® aquella frase. Nos vimos un par de veces, y le escrib¨ªa a menudo. Le preguntaba cosas. Era un escritor muy capaz de contar cualquier cosa pero no quer¨ªa ense?ar, prefer¨ªa entender y escuchar. Una vez le dije que hab¨ªa arruinado mi vida y me contest¨® con una frase del Ensayo sobre la ceguera: "A veces debes correr riesgos en la vida". Era como un abuelo tierno. 'No te quejes tanto', me dec¨ªa".
M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica con Berlusconi, al que ve¨ªa como un caudillo, lo importante es que su papel de escritor ayudaba a desmontar el papel del intelectual c¨ªnico italiano que se deja llevar. ?l me dio ese horizonte, me ayud¨® a creer que la palabra sirve para buscar la felicidad y que no todo est¨¢ perdido. Saramago era la esperanza de cambiar las cosas".
El gran ateo de Azinhaga siempre tuvo presto el l¨¢tigo contra el Vaticano. El factor cat¨®lico le parec¨ªa hip¨®crita, paralizador, corrupto. A cambio, la Curia nunca ahorr¨® invectivas y ataques a Saramago, el hereje que se permit¨ªa dar lecciones sobre Jesucristo.
A medias h¨¦roe y hereje, la herencia que deja Saramago en Italia es f¨¦rtil. Saviano le despide as¨ª: "Una vez me dijo que las personas m¨¢s sabias que hab¨ªa conocido eran sus abuelos analfabetos. Echar¨¦ de menos esa sencillez".
Babelia
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