Una isla con peque?os secretos
Historias de pescadores y piratas. La cara menos conocida de las Pitiusas y sus calas de leyenda
Cuenta el romance popular Las hermanas cautivas, que canta el grupo ibicenco UC, la historia de dos mujeres raptadas por unos moros que desembarcaron en Pou des Lle¨®, una cala al noreste de la isla:
"Llegaron dos doncellas, / pastoras de ganado, / y ellos fueron traidores / y las capturaron".
La costa de Ibiza est¨¢ llena de leyendas y restos que han dejado las civilizaciones a su paso por las islas Pitiusas (Ibiza y Formentera). Calas escondidas usadas por los contrabandistas, tomadas por los hippies o habitadas por frailes desterrados. Lugares salpicados de torres de defensa, protegidas casetas-varadero de pescadores y de escarpadas canteras de las que sacaron piedras para hacer la muralla de Dalt Vila. La isla mira al mar, y las historias de sus calas menos conocidas tienen que ver con pescadores, salineros, piratas y corsarios.
01 Calitas lunares
PUNTA DE SES PORTES
La punta de Ses Portes esconde un conjunto de peque?as calas de arena ocultas entre las rocas en pleno parque natural de Las Salinas. Los alrededores se antojan lunares, fant¨¢sticos. El uso de la zona a lo largo de los siglos por salineros, canteros y pescadores y su ubicaci¨®n estrat¨¦gica han dejado all¨ª peculiares marcas y restos de gran valor patrimonial: una torre de defensa de 1750, pozos, aljibes, casetas-varadero... Las calas aparecen, a modo de islas de arena entre las heridas hechas en la roca por los canteros. Algunas son diminutas, casi se podr¨ªa decir que individuales. ?ste fue uno de los lugares de los que se sac¨®, en la segunda mitad del siglo XVI, piedra arenisca (denominada mar¨¨s) para construir partes de las murallas renacentistas de Dalt Vila, la parte vieja de la ciudad de Ibiza.
La vista desde Ses Portes es de las mejores de Ibiza: la isla de Formentera al fondo parece, de forma ilusoria, alcanzable a nado. Dos faros a rayas rojas y blancas adornan la vista y el mar que separa Ibiza y Formentera est¨¢ salpicado de peque?os trozos de tierra, como Illetes Negres, Illa des Penjats o Es Caragoler. Un autor ¨¢rabe del siglo XIII se refiere a este estrecho como Al Abwab, es decir, "las puertas", ya que los soldados pod¨ªan cerrar el paso mar¨ªtimo entre las dos Pitiusas con la artiller¨ªa de uno y otro lado.
El paseo hasta la punta de Ses Portes est¨¢ marcado por un acantilado bajo. Como a mitad del camino, comienzan a aparecer las caracter¨ªsticas casetas-varadero que constru¨ªan los pescadores para guardar sus barcas. Se encuentran en numerosas calas de las Pitiusas y est¨¢n protegidas.
El regreso al punto de salida (el aparcamiento de la playa de Las Salinas) se puede hacer por el interior. Hay un camino paralelo al de la ida en el que aparecen otros restos hist¨®ricos, como el Es Pouet de Sa Trinxa, un pozo construido para que bebieran los trabajadores de las salinas y sus animales.
02 Flor de sal
ES CAL? DE S'ILLA
Esta cala de arena no solo es interesante por su ubicaci¨®n, escondida entre pinares. Su entorno merece un paseo por los altos acantilados y una visita a la zona donde se forma la flor de sal. Adem¨¢s, es apropiada para el esnorkel y el buceo. Tambi¨¦n vale la pena quedarse a ver la puesta de sol. En la esquina de la derecha hay tres casetas-varadero de pescadores, con barcas en el interior y ra¨ªles que llegan hasta el agua. Una buena opci¨®n es echar la toalla entre las v¨ªas y tumbarse a leer. Hay una bonita vista de la cala desde all¨ª.
Es Cal¨® de s'Illa significa "la calita de la isla", en referencia a un islote cercano llamado s'Illa d'en Calders. No se ve desde la cala, pero est¨¢ pegado a ella, hacia la derecha, en una zona en la que se forma la flor de sal en los llamados cucons, cavidades circulares en la roca. Es recomendable para hacer un poco de senderismo, con zapatillas, no chanclas, y sin acercarse demasiado al acantilado. Es sencillo llegar. Desde la peque?a explanada en la que se ha dejado el coche hay que coger el camino en direcci¨®n al norte. Al llegar al acantilado hay un sendero que lo recorre por el borde. Cucons blancos salpican la roca negra. La flor de sal forma una peque?a capa blanca, fin¨ªsima, que se alcanza a coger con los dedos. Sabe, en efecto, a sal fina. Cuentan los lugare?os la an¨¦cdota de un obispo que lleg¨® a esta costa al pillarle un temporal camino de Mallorca. Los payeses le ofrecieron pan con aceite y sal. Y cuando el obispo pregunt¨® que si esa era la sal de las famosas salinas, un pay¨¦s le contest¨® en una traducci¨®n improvisada al castellano: "No, se?or, esto es sal de los cucones de la punta de los xarracones".
03 Refugio de 'hippies'
SA PEDRERA / ATLANTIS
Aunque esta cala es conocida por haber albergado un asentamiento hippie en los a?os sesenta y setenta, tiene inter¨¦s por muchas otras razones. Una vez en el acantilado no es dif¨ªcil adivinar que la bajada ser¨¢ resbaladiza, especialmente cuando empieza la zona de arena. La subida es durilla, as¨ª que hay que tom¨¢rsela con calma. No es raro cruzarse con grupos de ingenuos calzados con chancletas, algo poco recomendable.
El lugar es apropiado para hacer submarinismo, para echarse al sol en la piedra junto a los peque?os estanques de agua verdosa que se han formado al lado del mar o para hacer escalada.
De esta zona tambi¨¦n se sacaron sillares de piedra de mar¨¨s para hacer las murallas de Ibiza. La zona estuvo poblada desde la antig¨¹edad, como demuestra el cercano yacimiento de Can Sor¨¤, seg¨²n recuerda el arquitecto ibicenco Salvador Roig. Son los restos de una vivienda p¨²nico-romana en la que hab¨ªa una prensa de aceite, cocinas y almacenes. Siglos despu¨¦s, esta ¨¢rea qued¨® deshabitada. Los ataques de piratas y corsarios la hicieron muy insegura. No se volvi¨® a repoblar hasta la segunda mitad del siglo XIX.
Hacia el oeste de la cala de Sa Pedrera, en lo alto del acantilado, a 200 metros sobre el nivel del mar, est¨¢ la torre des Savinar, que se acab¨® de construir en 1763. Vicente Blasco Ib¨¢?ez situ¨® la trama de una de sus novelas, Los muertos mandan, en esta torre, por lo que se conoce tambi¨¦n como la del Pirata. Una vez en lo alto, se ven enfrente los islotes de Es Vedr¨¤ y Es Vedranell y, si el d¨ªa est¨¢ muy despejado, se divisa la costa peninsular.
04 La del secreto
CALA D'ALBARCA
Situada al norte de la isla, en esta cala se puede disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, con una vista del mar, veleros y yates capaz de relajar al m¨¢s estresado. Es ideal tambi¨¦n para amantes del senderismo. Cala d'Albarca tiene una fuente de agua dulce camuflada entre las piedras de la peque?a playa pedregosa. Un preciado secreto que guardan los habitantes de la zona. Se baja por un camino de tierra, ancho y c¨®modo, y se tarda una media hora en descenderlo a paso ligero. Pero es m¨¢s recomendable recorrerlo sin prisa, fij¨¢ndose en los alrededores. A lo largo de ¨¦l se pueden ver restos de antiguas paredes payesas, bancales usados para la agricultura y alguna vieja higuera. En la zona de abajo hay grandes piedras planas en las que echarse al sol, con la vista de algunos yates que escogen este paraje de aguas azul verdosas para fondear.
En lo alto, adem¨¢s de la cala hay unas ruinas interesantes, las torres d'en Lluch. Est¨¢n justo en Es Cap des Mossons, la punta que limita cala d'Albarca por el oeste. Se trata de los restos de una antigua construcci¨®n que se cree de origen ¨¢rabe, aunque su procedencia no est¨¢ del todo documentada.
05 El acantilado rojo
CANAL D'EN MART?
La caminata no puede ser m¨¢s sencilla y es accesible para todos los p¨²blicos. A la cala de Pou des Lle¨® se llega andando en apenas diez minutos. Es f¨¢cil de identificar por tres referencias: se ve desde lejos un canal abierto en la roca, realmente peculiar; junto a ¨¦l hay unas cuantas casetas-varadero de las m¨¢s aut¨¦nticas de la isla, y la m¨¢s cercana a la punta tiene ra¨ªles que se elevan, de forma que, de lejos, parecen una escalera.
El lugar est¨¢ repleto de leyendas. Se cuenta que el canal fue abierto en la roca por los fenicios para reparar en ¨¦l los barcos. Aunque historiadores como Antoni Ferrer Abarzuza recuerdan que tal hecho no est¨¢ documentado y consideran que m¨¢s bien se trata de una formaci¨®n geol¨®gica natural. Lo que s¨ª es cierto, relata este experto, es que en la playa conocida como el Canal d'en Mart¨ª se encontr¨® hace unos a?os un horno de la ¨¦poca romana para hacer tinte p¨²rpura utilizando caracoles marinos llamados murex. Resulta que dos especies (la murex brandaris y murex trunculus) de estos moluscos de colores vistosos se usaban para hacer la llamada p¨²rpura real, un tinte que se empleaba en las prendas que usaba la realeza.
Si desde Pou des Lle¨® se avanza hacia el lado contrario, se da con la torre de Campanitx o torre d'en Valls, de 1763. Sobre el lugar se escucha otra historia. Los soldados destinados a esta construcci¨®n de defensa se ausentaban a menudo para cortejar a las chicas de la zona. Dicen los payeses que, ante esta situaci¨®n, los solteros del lugar decidieron quitarse la competencia de una forma curiosa: volando la torre. Seg¨²n la versi¨®n oficial, un rayo se carg¨® el polvor¨ªn. La ruina fue restaurada en 1982.
Volviendo a la cala del Canal d'en Mart¨ª hay otras dos rutas recomendables. La primera es seguir la l¨ªnea del acantilado rojo, donde se van encontrando m¨¢s calas (algunas de dif¨ªcil acceso) hasta llegar a la punta de Ses Eres Roges. La segunda va hacia el interior. El arquitecto Salvador Roig recomienda recorrer tambi¨¦n el trozo de tierra que cruza el Cap Roig hasta llegar a cala Boix, donde quedan notables ejemplos de la arquitectura popular: desde casas a pozos, aljibes, muros, eras, corrales...
06 El fraile desterrado
CALA LLENTRISCA
Tras tomar el sendero del bosque que bordea la costa hacia la derecha, a escasos 100 metros se ve ya la cala. Es de arena, de tama?o mediano y tiene un conjunto de bonitas casetas-varadero. Hay una pasarela de madera en mitad de la cala que se adentra un poco en el mar, un buen sitio para echarse al sol. Merece la pena hacer un poco de senderismo y subir a la punta m¨¢s elevada, a la derecha de la cala. Hay desniveles. Una vez en lo alto, las vistas son fant¨¢sticas: se divisan las puntas de Porroig, Des Condal, Cap des Falc¨® y, al fondo, Formentera.
Un fraile catal¨¢n, el beato Francesc Palau i Quer, fue desterrado a Ibiza en el siglo XIX y escogi¨® este paisaje para vivir. Dicen que sol¨ªa pasar largas temporadas solo, como un ermita?o, en la isla cercana de Es Vedr¨¤. Y tambi¨¦n predicaba en el pueblo de Es Cubells.
07 Agujero entre islotes
SA FIGUERA BORDA
Al seguir por el borde hacia la izquierda se ve bien la bajada a la cala. Est¨¢ marcada por un pasamanos de cuerda blanca colocado probablemente por los propietarios de las casetas-varadero que se encuentran abajo. Alguna de ellas tiene hasta chimenea, lo que hace pensar que el uso que se les da va m¨¢s all¨¢ del simple resguardo de los barcos. Lo interesante de este lugar es, sin duda, adem¨¢s del paisaje desde lo alto, el inmenso agujero natural abierto en la roca. Es un sitio adecuado para hacer algo de submarinismo y ver as¨ª otras cuevas subterr¨¢neas.
Al llegar a esta cala, entre las chimeneas en la roca y las mansiones construidas al pie del acantilado, es inevitable que se disipe algo el encanto. Entonces merece la pena hacer lo que dice el poeta ibicenco Mari¨¤ Villang¨®mez en su poema Terra natal: "Mirar c¨®mo cae, cotidiano, el crep¨²sculo, / cada vez renov¨¢ndome el sentimiento; / sobre la tierra nuestra y querida, del coraz¨®n nacen el pino, el aire y el p¨¢jaro".
Gu¨ªa
Dormir
? Ca n'Escandell (971 33 35 40; www.canescandell.com). Sant Joan de Labritja. Una aut¨¦ntica casa payesa en el campo, convertida en un acogedor hotel rural, con casitas individuales, en la zona m¨¢s virgen de Ibiza. Habitaci¨®n doble con desayuno, 195 euros.
? Cas Pla (971 33 45 87; www.caspla-ibiza.com). Sant Miquel de Balanzat. Un hotel rural tradicional y muy cuidado, con decoraci¨®n de aire colonial, escondida en un bosque y con vistas al mar. La doble, en verano, desde 173 euros.
? Can Curreu (971 33 52 80; www.cancurreu.com). Sant Carles. Amplio complejo rural, cercano al mercadillo hippy de Las Dalias, que ofrece todo tipo de servicios. La doble en temporada alta, 275 euros.
Informaci¨®n
? 'Ibiza y Formentera. El legado hist¨®rico', Paul R. Davis (Barbary Press).
? 'Torres y piratas en las islas Pitiusas', de Eduardo J. Posadas L¨®pez (Consell I. d'Eivissa i Formentera).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.