Sin pistas del juicio isl¨¢mico de Valls
El sumario contra el 'tribunal' que conden¨® a morir a una mujer no incluye pruebas inculpatorias - Seis acusados pasaron 120 d¨ªas en prisi¨®n preventiva - La denunciante huy¨® sin ratificar su acusaci¨®n
Casi un a?o de investigaciones, escuchas telef¨®nicas, seguimientos y grabaciones desde un helic¨®ptero no han permitido a los Mossos reunir pruebas que constaten la existencia de un tribunal isl¨¢mico en Valls (Alt Camp) que, seg¨²n la denuncia de la supuesta v¨ªctima, habr¨ªa sentenciado a la mujer a morir en marzo de 2009 tras haber quedado embarazada de un hombre que no era su pareja.
EL PA?S ha tenido acceso a los casi 2.500 folios del sumario del caso, que muestran c¨®mo los Mossos, espoleados por la relaci¨®n de los sospechosos con un l¨ªder de la mezquita local de "marcado" car¨¢cter salafista, tratan de corroborar la versi¨®n de la mujer. El empe?o topa con dos obst¨¢culos insalvables: la falta de pruebas y la actitud de la supuesta v¨ªctima, que huye a Marruecos y ya ha plantado tres veces al juez para ratificar la denuncia. El sumario recoge dudas sobre la salud mental de la mujer, que antes de huir, por ejemplo, se niega a compartir el cart¨®n de leche con sus compa?eras del centro de acogida por miedo a ser envenenada.
Nueve hombres fueron detenidos y seis pasaron cuatro meses en prisi¨®n hasta que el Juzgado de instrucci¨®n 1 de Tarragona los dej¨® en libertad sin fianza el pasado 12 de marzo. Un mes antes podr¨ªan haber salido de la c¨¢rcel si hubieran pagado 6.000 euros de fianza. Pero nadie en el grupo, que, seg¨²n las escuchas, llevaban una vida pegada a la marginalidad, logr¨® reunir el dinero.
La denunciante asegur¨® el 24 de marzo de 2009 que hab¨ªa sido secuestrada a punta de cuchillo dos d¨ªas antes para ser trasladada a una mas¨ªa de Valls, en la que una veintena de hombres con turbantes la condenaron a muerte. Tambi¨¦n dijo que huy¨® en una distracci¨®n de sus captores. En esa fecha arranc¨® la investigaci¨®n en la que Los Mossos, tras constatar la existencia de la mas¨ªa y verificar que sus inquilinos eran reconocidos por la denunciante, concluyeron que los detenidos habr¨ªan instaurado un tribunal basado en la shar¨ªa o ley isl¨¢mica.
Los imputados fueron arrestados el pasado 14 de noviembre y se enfrentan a penas de hasta 23 a?os por detenci¨®n ilegal, tentativa de homicidio y detenci¨®n il¨ªcita. Tres de los arrestados, entre ellos el supuesto ejecutor de la condena y Rachid E., presunto cerebro de la red, quedaron en libertad d¨ªas despu¨¦s. La polic¨ªa intervino 25 tel¨¦fonos y sigui¨® a una docena de sospechosos. Solo constat¨® que los imputados, pese a sus contactos salafistas, para subsistir, formaban una red orientada a trapicheos como el menudeo de droga y la reparaci¨®n de coches viejos.El ¨²nico testigo para corroborar el relato de la denunciante, el due?o del bar en el que la mujer pidi¨® ayuda, confirm¨® que ese d¨ªa estaba "nerviosa y aterrada". Bast¨® para obtener la autorizaci¨®n para las intervenciones telef¨®nicas con que los agentes armaron el esquema de la presunta trama.
La primera intervenci¨®n se practic¨® al m¨®vil del supuesto verdugo, Mohammed A., quien alquila la mas¨ªa junto al l¨ªder de la mezquita de Valls, Rachid E. Un mes m¨¢s tarde, los pinchazos eran ya una docena y los Mossos consideran que los investigados forman un grupo bien organizado, con jerarqu¨ªas, y te?ido de la corriente isl¨¢mica radical salafista. Adem¨¢s, comprueban que el supuesto cerebro del grupo tiene lazos de parentesco con el im¨¢n de la mezquita de la localidad de Valls y con otros personajes influyentes de oratorios cercanos, como el de Reus. Por ello la polic¨ªa alerta al juez de la relevancia de un caso que pod¨ªa revelar una conjura salafista con "conexiones internacionales" para "implantar la shar¨ªa en la sociedad occidental".
Pero las conversaciones apenas aportan datos relevantes para el caso ni ninguna relaci¨®n delictiva con redes de otro pa¨ªs: la mayor¨ªa versa sobre chanchullos de poca monta. Los agentes concluyen que algunos imputados se re¨²nen de forma semiclandestina ya que quedan para "jugar a f¨²tbol" tras la primera oraci¨®n de la ma?ana, que utilizan palabras clave y que evitan hablar de hechos delictivos por tel¨¦fono.
El caso parece definitivamente encharcado hasta que, a principios de noviembre, solicitan realizar detenciones y registros de varios domicilios como ¨²ltima baza para hallar "pruebas convincentes". En la mas¨ªa se encuentran varias cintas y casetes de corte salafista; en el domicilio del supuesto ejecutor no se registra un solo indicio, y en la vivienda del presunto cerebro de la trama, m¨¢s revistas y publicaciones sobre esta corriente del islam.
La versi¨®n de los detenidos coincide en que dejaron dormir a la mujer en la mas¨ªa de Valls despu¨¦s de que esta les explicara que no ten¨ªa ad¨®nde ir. Dos d¨ªas despu¨¦s, desapareci¨® sin dar explicaciones. Algunas declaraciones difieren, sin embargo, sobre el tiempo que la mujer pas¨® en la casa y la forma en que se fue de all¨ª. Los Mossos achacan tales diferencias al fracaso de intentar explicar una coartada "preparada con anterioridad", mientras insisten en la coherencia de la v¨ªctima.
La polic¨ªa catalana a¨²n le atribuye total credibilidad pese a que el juez ya cuestiona ese relato dadas las repetidas ausencias de la mujer. Su huida, defendieron los Mossos tras los dos primeros plantones, se debe "a un gran miedo insuperable". Otros declarantes incluidos en la instrucci¨®n s¨ª alertan sobre el confuso estado mental de la denunciante. "Ten¨ªa rasgos de psicosis. Pensaba que todo el mundo conjuraba contra ella y la percepci¨®n que ten¨ªa de la realidad estaba alterada", dice al juez la responsable del piso social en que la supuesta v¨ªctima residi¨® durante el mes y medio posterior a la denuncia. El magistrado est¨¢ ahora m¨¢s preocupado por encontrarla que en la posible implantaci¨®n de un tribunal isl¨¢mico en la zona, se?alan fuentes judiciales.
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