La c¨®lera inglesa cae sobre Capello
El t¨¦cnico italiano, ganador por excelencia, no logra que las figuras de la 'Premier' sepan afrontar la presi¨®n y brillen
Disciplina, rigor t¨¢ctico y mentalidad ganadora. Todos esos valores que, supuestamente, hab¨ªa inculcado Fabio Capello a la selecci¨®n inglesa quedaron enterrados en Ciudad del Cabo. La calamitosa actuaci¨®n de Inglaterra ante Argelia (0-0) acab¨® con la luna de miel del t¨¦cnico italiano con la hinchada inglesa, convencida hasta entonces de que, por fin, hab¨ªa encontrado al ideal para acabar con los 44 a?os de sequ¨ªa mundialista. Ya no. Los ingleses desconf¨ªan de su selecci¨®n a pesar de que pasar¨¢ a la fase siguiente si el mi¨¦rcoles gana a Eslovenia.
Capello, de 64 a?os, hizo un descubrimiento notable en la noche del viernes. "La presi¨®n de la Copa del Mundo existe", proclam¨® como ¨²nica explicaci¨®n al estado catat¨®nico de su equipo. Se supone que a ¨¦l, ganador por excelencia, como Jos¨¦ Mourinho, lo contrataron por ocho millones de euros anuales precisamente para eso: para saber gestionar la presi¨®n que se apoder¨® de los pross en el anterior Mundial, el de Alemania 2006, con el sueco Sven-G?ran Eriksson y en la exclusi¨®n de la pasada Eurocopa de 2008 con Steve McClaren.
Las miradas inquisitivas apuntan tambi¨¦n a Gerrard, Lampard y Rooney
Pero los siete scudetti, una Champions y dos Ligas de Capello no le han blindado ante la exigencia de un torneo, a Copa del Mundo, que visita por primera vez como preparador. Un t¨¦cnico cuyos equipos siempre fueron tan fuertes f¨ªsicamente -basta recordar el Milan que arroll¨® al Bar?a en la final de la Copa de Europa de 1994 en Atenas- observa ahora at¨®nito el p¨¦simo estado de algunos de sus jugadores, con el capit¨¢n Gerrard a la cabeza. El mito de Capello se tambalea.
Y se suceden las preguntas sin respuesta. ?C¨®mo es posible que los mismos titanes de la Premier jueguen tan mal con su selecci¨®n?, ?cu¨¢l es la magnitud del problema para que un italiano cargado de medallas no pueda resolverlo? Y de nuevo las miradas inquisitivas se dirigen a esa vieja pareja de centrocampistas, dos de los grandes del f¨²tbol ingl¨¦s, Lampard y Gerrard, que est¨¢n cerca del final de sus carreras internacionales sin haber conseguido nada, absolutamente nada. Una generaci¨®n de oro perdida.
El caso de Rooney es todav¨ªa m¨¢s inexplicable. Tras la temporada m¨¢s brillante de su vida, con 34 goles en 44 partidos, el delantero del Manchester United, de 24 a?os, tiene a¨²n la oportunidad de borrar su mala experiencia en Alemania 2006, donde fue expulsado en los cuartos de final por pisotear al portugu¨¦s Carvalho. Pero no lleva buen camino: su rendimiento ha sido muy deficiente. Empeorado por su reacci¨®n ante una c¨¢mara de televisi¨®n, el viernes en el Green Point, cuando grit¨® sarc¨¢sticamente: "?Es agradable ver a tus propios fans abuche¨¢ndote. Eso es lealtad...!". La prensa brit¨¢nica, la misma que le encumbr¨® el pasado invierno compar¨¢ndole con Messi, le tritura ahora. El Daily Mirror titul¨® ayer en su portada "Roobish, Roobish", fundiendo dos palabras en una, Rooney y rubbish (basura).
Ni siquiera las vuvuzelas acallaron a la hinchada cuando abuche¨® a sus jugadores tras el partido contra Argelia. Uno de los seguidores rompi¨® el cord¨®n de seguridad de la FIFA y lleg¨® hasta los vestuarios. All¨ª se encontr¨® con Beckham y le insult¨®. Es curioso el papel del lesionado Beckham en el torneo: se viste de calle con el traje gris del resto de la expedici¨®n o de corto con el mismo uniforme de los internacionales y se reserva un lugar privilegiado en el banquillo, siempre en el foco de los fot¨®grafos y las c¨¢maras de televisi¨®n.
A favor de Capello, su apuesta m¨¢s arriesgada, la de dar la titularidad a James tras el error de Green en la porter¨ªa, le sali¨® razonablemente bien. El portero del Portsmouth, el mayor en debutar, con casi 40 a?os, en un Mundial, aport¨® seguridad a una defensa titubeante, en la que no se aprecia el liderazgo de Terry ni el de Carragher, que se perder¨¢ el choque decisivo ante Eslovenia por una sanci¨®n. Mucho m¨¢s discutible por parte de Capello es la alineaci¨®n de Heskey, con fama de mejorar con su juego de empuje el lustre de Rooney. Ahora, sin embargo, desenfocado el punta del Manchester United, la importancia de Heskey queda reducida a cero.
Como sugiere James Lawton, periodista de The Independent, Inglaterra, m¨¢s que un entrenador, necesita un exorcista.
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