La autoestima perdida

Habr¨ªa que remontarse a Javier Benjumea y Bur¨ª, conde de Guadalhorce, y a su sobrino, Javier Benjumea Puigcerver, fundador de Abengoa, para encontrar en Andaluc¨ªa un ingeniero con la proyecci¨®n de Jos¨¦ Luis Manzanares Jap¨®n. A mayor abundamiento, naci¨® en el barrio sevillano de Triana. Como especialista en caminos, canales y puertos, uni¨® las dos orillas del Guadalquivir con el puente del Cachorro y levant¨® el estadio ol¨ªmpico. Antes de crear Ayesa, una de las consultor¨ªas punteras, Jos¨¦ Luis firm¨® el desv¨ªo de la desembocadura del Segura que zanj¨® las avenidas del r¨ªo o la presa de La Serena, que alberga el mayor embalse de Espa?a. Y fund¨® el Centro de Nuevas Tecnolog¨ªas del Agua (Centa), al constatar el riesgo que sufri¨® la Expo con la sequ¨ªa del 92. Con su afici¨®n al motor ha ocurrido otro tanto. Suyo es el circuito de Jerez y la adaptaci¨®n de Valencia para acoger la f¨®rmula 1.

Pero a diferencia de sus ilustres paisanos, que mantuvieron una discret¨ªsima presencia p¨²blica, Manzanares prodiga la pluma. Su firma aparece regularmente en un peri¨®dico de arraigo en Sevilla y lleva ocho libros publicados. Este ¨²ltimo lo edita Almuzara, el sello que fund¨® el ex ministro Manuel Pimentel, con un t¨ªtulo pertinente: Cr¨®nicas de un pa¨ªs que se cre¨ªa rico.

Abandonado su perfil acad¨¦mico y enfundado en narrador, fusta en la mano, el ingeniero revienta el pesimismo rampante que atenaza a la sociedad espa?ola. "Si hace 40 a?os emprendimos una senda de prosperidad para transformar un pa¨ªs pobre en otro digno de admiraci¨®n, qu¨¦ no seremos capaces de hacer ahora, partiendo de donde lo hacemos", repite como leitmotiv a lo largo del volumen.

Por eso repudia el discurso que endosa a los pol¨ªticos y al Estado la responsabilidad de la crisis y su soluci¨®n. "Los pol¨ªticos aceleran o frenan la salida de los conflictos. Miman siempre a la sociedad. Es muy dif¨ªcil encontrar dirigentes ofreciendo recortes de comodidades, o sacrificios a cambio de una inevitable p¨¦rdida de votos". Esta desafecci¨®n pol¨ªtica no es ideol¨®gica ni ret¨®rica, pues ha recurrido a dos reconocidas pol¨ªticas como prologuistas; Mercedes de la Merced, del PP, y Amparo Rubiales, del PSOE.

Manzanares se refiere a la cansina retah¨ªla diaria que se?ala al pol¨ªtico como ¨²nico culpable del desplome de un pa¨ªs que se cre¨ªa rico y ha ca¨ªdo en el des¨¢nimo.

Frente a ese mensaje un¨ªvoco de la opini¨®n publicada apela al rescate del espa?ol austero que no se embarca en comprar a cr¨¦dito en desproporcionados plazos y cuotas. A esa gente sacrificada y estudiosa que sabe lo que cuesta una sanidad de vanguardia, las infraestructuras, pensiones dignas, servicios urbanos de primera, una ense?anza de calidad o la protecci¨®n a los parados. En las peque?as cr¨®nicas que hilvanan El pa¨ªs que se cre¨ªa rico contrasta al empresario que renuncia a los beneficios y al trabajador austero, capaces de grandes sacrificios, con una sociedad malcriada y decadente que mira al Estado como si fuera un santo milagroso.

Las especies complacientes reaccionan si no quieren verse abocadas a la extinci¨®n.

Manzanares cree que nos aguarda una larga y dura senda de trabajo. "La sangre que recorre el pa¨ªs se encuentra debilitada. Hay que meterla de nuevo en el caldero, buscar los puntos fuertes, apoyarse en ellos, y prenderle fuego para que vuelva a hervir".

El pa¨ªs que se cre¨ªa rico y ha perdido la autoestima incluye un dec¨¢logo sobre los pilares para un s¨®lido Estado de bienestar, "que no llega ca¨ªdo del cielo". A fin de cuentas, el ingeniero zarandea a los espa?oles para que reflexionen y perciban que en sus manos est¨¢ su destino. -