Desbordados por la realidad
La econom¨ªa es el estudio del modo en que la sociedad gestiona sus recursos escasos. Con sus "ca?ones o mantequilla", Paul Samuelson ejemplific¨® mejor que nadie las permanentes disyuntivas a que se enfrenta una sociedad en sus decisiones econ¨®micas. En Espa?a hemos vivido una especie de sue?o -o de burbuja- en que esa escasez de recursos parec¨ªa olvidada. Solo eso explica c¨®mo conviv¨ªan una subasta de impuestos a la baja con un aumento del gasto sin recato. Cuando EL PA?S inici¨® esta serie sobre la sostenibilidad del Estado del bienestar, el pasado 11 de abril -solo han pasado dos meses-, el discurso oficial del Gobierno era que en 2010 no hab¨ªa margen para hacer ajustes o que el gasto en funcionarios se reducir¨ªa cumpliendo las subidas de sueldos pactadas. "Mientras yo sea presidente, las pol¨ªticas sociales no tendr¨¢n recortes", hab¨ªa dicho unas semanas antes Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
En los 10 cap¨ªtulos abordados por la serie ha habido ya reformas
El prop¨®sito de esta serie era abrir un debate sobre la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas tras el impacto de la crisis econ¨®mica m¨¢s aguda desde la Guerra Civil. En el art¨ªculo de presentaci¨®n se dec¨ªa que "los ajustes (sin eufemismos: recortes de gasto y subidas de impuestos) son impepinables a corto plazo si como hasta ahora mandan los mercados". Y los mercados han mandado m¨¢s que nunca.
La crisis fiscal griega y su onda expansiva ha provocado que la discusi¨®n no estuviera ya en la sostenibilidad del Estado del bienestar, sino en la del Estado mismo. De modo que la realidad de los hechos ha desbordado al debate. La serie se ha estructurado en 10 grandes cap¨ªtulos, desde la sanidad a las infraestructuras, pasando por la educaci¨®n, el mercado laboral, la Administraci¨®n o las pensiones. Pues bien, en todo ellos se han adoptado -o est¨¢n a punto de adoptarse- importantes medidas para la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas y del modelo productivo. Ah¨ª est¨¢n la congelaci¨®n de las pensiones, la bajada de sueldos a los funcionarios, el dr¨¢stico recorte en infraestructuras, las limitaciones al gasto en dependencia, la revisi¨®n de primas a las energ¨ªas renovables, las medidas de racionalizaci¨®n del gasto farmac¨¦utico, la disminuci¨®n de la ayuda al desarrollo, las subidas de impuestos en las comunidades aut¨®nomas...
El Estado del bienestar est¨¢ en la UVI. Necesita cirug¨ªa, pero el objetivo es salvarlo y que acabe siendo m¨¢s fuerte si es posible. Para eso hay otro principio econ¨®mico que no debe olvidarse: el nivel de vida de un pa¨ªs depende, b¨¢sicamente, de su productividad. Para explicarlo, los economistas recurren a veces a Robinson Crusoe (cuanto m¨¢s pesque, cultive o construya en menos tiempo, mejor vivir¨¢, y ello depender¨¢ en parte de la formaci¨®n, la experiencia, los utensilios y los recursos naturales). En una sociedad compleja, al final es lo mismo. Si queremos un Estado del bienestar como el de Suecia, tendremos que ser tan productivos como los suecos.
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