Maestro

Paco de Luc¨ªa regres¨® triunfante al Liceo de Barcelona. Con las entradas agotadas desde hac¨ªa tiempo, ha sido necesario programar una segunda actuaci¨®n en el mismo local el pr¨®ximo domingo. Siempre es as¨ª con Paco de Luc¨ªa en Barcelona. As¨ª, Paco de Luc¨ªa apareci¨® ya triunfador en el coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s abarrotado por un p¨²blico muy variado.

Una gran ovaci¨®n salud¨® al maestro de Algeciras, que -ya es costumbre- comenz¨® la velada en solitario. Vestido de blanco y negro, y con su habitual media sonrisa, el guitarrista dej¨® claro ya en esa primera improvisaci¨®n que sigue siendo el gran maestro. Paco juega en otra liga en la que, adem¨¢s, no tiene contrincante. Eso tiene su parte menos buena: ya no tiene que esforzarse como antes para demostrar su poder¨ªo. Todo a su alrededor es m¨¢s light y en muchos momentos del concierto se echaban en falta los Jorge Pardo, Carles Benavent o Ruben Dantas de anta?o, como si los nuevos acompa?antes ya no le plantasen cara y se limitaran a seguir d¨®cilmente al guitarrista. Da m¨¢s la impresi¨®n de que el gran maestro dicta una lecci¨®n a sus aventajados alumnos.

A pesar de ello, Pira?a estuvo sensacional con todo tipo de percusiones y Antonio Serrano volvi¨® a demostrar que la arm¨®nica, instrumento aparentemente tan alejado de la ortodoxia flamenca, puede sonar muy jonda. Y por encima de todos sigui¨® reinando la guitarra de Paco de Luc¨ªa, poderosa, cristalina y con esa gracia especial que consigue atrapar y convencer a cualquiera.