La querella del Palau apunta alto

Pau Molins, abogado del saqueador confeso F¨¨lix Millet, repiti¨® el pasado lunes en varias ocasiones que a la querella del hotel del Palau "le quedaban cinco minutos", pero lo cierto es que nada hace presagiar que pueda tener raz¨®n. Al menos, el fiscal del caso, Antoni Pelegr¨ªn, no solo no est¨¢ por el carpetazo, sino que la pr¨®xima semana ampliar¨¢ la querella contra altos cargos t¨¦cnicos y pol¨ªticos del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat, y por otros delitos distintos del tr¨¢fico de influencias y la apropiaci¨®n indebida, que son los que imputa a Millet y su mano derecha, Jordi Montull.

En un proceso penal reci¨¦n iniciado como este se corre el riesgo de errar si se da por sentado algo que no figura en un escrito entregado en el juzgado, pero todo indica que los querellados que acompa?ar¨¢n a los saqueadores ser¨¢n el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Ramon Garc¨ªa-Bragado; el gerente de Urbanismo del Consistorio, Ramon Massaguer, y la directora general del Patrimonio del Departamento de Econom¨ªa y Finanzas de la Generalitat, Immaculada Turu.

Los tres declararon como testigos entre el pasado lunes y ayer, pero nada impide que puedan regresar al Juzgado de Instrucci¨®n 10 de Barcelona en calidad de imputados y, por tanto, asistidos de abogados. Es m¨¢s, la magistrada M¨ªriam de Rosa ya se ha esmerado en preservar las garant¨ªas procesales e interrumpi¨® el interrogatorio del fiscal cuando las preguntas eran chuzos de punta dirigidos m¨¢s a un imputado, que tiene derecho a no decir la verdad, que a un testigo, con obligaci¨®n de responder verazmente.

En el caso de Massaguer, la juez dio por concluida su declaraci¨®n al poco de iniciarse. A Immaculada Turu no hizo falta interrumpirla porque entonces la fiscal¨ªa no dispon¨ªa de la documentaci¨®n que supuestamente cuestiona su actuaci¨®n profesional en el caso. Y ayer, con Garc¨ªa-Bragado, la juez declar¨® impertinentes varias preguntas del fiscal. Al salir de declarar, el concejal lo interpret¨® como una deferencia hacia su persona, pero todo apunta a que lo que en realidad pretend¨ªa la juez era no contaminar el proceso con una declaraci¨®n viciada de nulidad y evitar que, si el caso llega a juicio, se pueda invocar la llamada teor¨ªa de los frutos del ¨¢rbol envenenado. Es decir, que una prueba o una diligencia declarada nula u obtenida ilegalmente afecte a toda la investigaci¨®n

La petici¨®n de imputaci¨®n del fiscal se podr¨ªa producir la pr¨®xima semana, cuando finalicen las declaraciones testificales. Y los delitos que se les podr¨ªan imputar ser¨ªan los de prevaricaci¨®n y falsedad.