Sin Robinho, sin profundidad
Al final pareci¨® un partido de amigos. No en la primera parte, cuando los piques en el centro del campo, sobre todo el de Felipe Melo y Pepe, pudieron acabar muy mal para los dos equipos, pero al final tanto para Brasil como para Portugal el empate fue un buen resultado. Para el equipo de Dunga significa acabar la primera fase con buenas sensaciones. Olvidemos la segunda parte del partido de ayer y centr¨¦monos en la primera: mostr¨® un equipo que tom¨® la iniciativa y busc¨® el gol aun sin Robinho y Kak¨¢, sus dos referencias indiscutibles en ataque. Quiz¨¢s por ah¨ª vinieron algunos problemas que quedan por resolver porque son dos futbolistas a los que les gusta caer al flanco izquierdo. Ayer no estuvieron y Brasil apenas tuvo producci¨®n por ah¨ª. Jugu¨¦ bastante tiempo como lateral y puedo acreditar que si te quedas sin una referencia por delante las cosas se complican. Fue lo que le pas¨® a Michel Bastos, que rindi¨® a un nivel inferior al de los dos partidos anteriores.
Brasil deja mejores sensaciones que Portugal porque se percibe que va a m¨¢s y es un equipo s¨®lido
Al final Brasil ¨²nicamente atac¨® por la derecha. Por all¨ª ca¨ªa Dani Alves, que mostr¨® una vez m¨¢s que juega inc¨®modo cuando parte unos metros m¨¢s por delante de lo que acostumbra en el Barcelona. A ¨¦l le gusta ser lateral-extremo y Dunga le dio un papel de apoyo al centro del campo en el que le falt¨® claridad. No fue el mismo de siempre, pero a¨²n as¨ª estuvo participativo. Tambi¨¦n Nilmar, un delantero que me gusta, pele¨®n, con calidad.
Hasta el descanso, mientras duraron las ganas de arriesgar, Brasil tuvo actitud, pero le falt¨® algo de profundidad. Es lo que le da Robinho al equipo. Su ausencia demuestra que Dunga ya estaba pensando en los octavos de final. ?l sabe que ganar el Mundial es una cuesti¨®n de siete partidos. Tambi¨¦n por eso retir¨® de inmediato del campo a Felipe Melo en cuanto vio la tarjeta amarilla y su disputa con Pepe parec¨ªa no tener fin. Conociendo a Dunga, estoy convencido de que algo le dir¨¢ y de que cambiar¨¢ de actitud en adelante. Porque el caso es que Melo era el jugador que m¨¢s estaba aportando en cuanto a descolgarse y llegar al ¨¢rea desde atr¨¢s, justo lo que se esperaba de Julio Baptista, desapercibido. Dunga es exigente y por eso seguro que no estar¨¢ contento con algunos detalles, con tantos pases sencillos fallados, una cantidad exagerada, balones en corto que iban al rival y propician contras.
En todo caso ni siquiera en ese tipo de respuesta a los errores ofreci¨® Portugal la sensaci¨®n de ganar el partido. En la segunda parte Brasil les cedi¨® la iniciativa y no buscaron la victoria, tampoco cuando ya se sab¨ªa que Costa de Marfil no iba a lograr una goleada escandalosa que pusiera en peligro su ventaja de goles en caso de derrota. Los dos quer¨ªan pasar de ronda, pero Brasil deja mejores sensaciones porque se percibe que va a m¨¢s y que es un equipo s¨®lido.
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