La Barcelona eduardiana
En los rincones de N¨¢poles te puedes encontrar estampas de tres personajes: Maradona, Tot¨® y Eduardo. Un jugador de f¨²tbol y dos c¨®micos. Tres actores, en la patria de la sobreactuaci¨®n. Unos meses atr¨¢s vi en Madrid El arte de la comedia y lo entend¨ª todo. Eduardo de Filippo, hijo simb¨®lico de Pirandello, nieto de Balzac, tataranieto de Shakespeare, consigui¨® lo que desea cualquiera que se dedique a la palabra: que lo nuestro sea de todos, que nuestra casa o la esquina que cada d¨ªa doblamos se conviertan en espacios donde ocurren fen¨®menos universales. Todo es teatro: pero muy pocos han sabido dramatizar esa certeza, ponerla en escena, conmovernos gracias a ella la mand¨ªbula, el coraz¨®n y las neuronas.
Anoche, Questi fantasmi, dirigida por Oriol Broggi, el m¨¢s eduardiano de los directores espa?oles, en la Biblioteca de Catalu?a. La obra enfrenta dos sistemas distintos de causalidad. Por un lado, el de alguien que est¨¢ convencido de que su casa est¨¢ llena de fantasmas. Por el otro, el de quienes viven la infidelidad totalmente ajenos al espiritismo. La vieja historia del cornudo es convertida por Eduardo de Filippo en una inquietante reflexi¨®n sobre el dinero como garant¨ªa de la fe en uno mismo. El dinero hace posible la dignidad y, por tanto, el amor.
La cara de N¨¢poles est¨¢ en el ritual del caf¨¦, en la m¨²sica, en la omnipresencia de los vecinos. La cruz de N¨¢poles se encarna en la figura del portero del edificio: un mat¨®n simp¨¢tico y locuaz, pero mat¨®n al fin y al cabo. Pero la obra trasciende lo local y habla de nosotros. De nuestra miseria y de nuestro posible y teatral esplendor.
Tengo la suerte de compartir mi vida en Barcelona con una mujer maravillosa y pol¨ªglota que me traduce N¨¢poles a diario. Tambi¨¦n tengo la suerte de vivir en un cambio de siglo en que Eduardo de Filippo se ha convertido en uno de los hilos secretos que unen los escenarios de este pa¨ªs.
Sabato, Domenica e luned¨¬, Natale in casa Cupiello, L'arte della commedia o Questi fantasmi hablan tanto del sur de Italia como de ti y de m¨ª. Por eso son tanto gu¨ªas de viaje a N¨¢poles como hilos ari¨¢dnidos al bar de la esquina, por nuestra eduardiana Barcelona.
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