Toda la flota de autobuses no bast¨®
Colas de hasta 150 personas aguardaron durante horas la llegada de autocares - La empresa sac¨® a la calle a 50 empleados para informar
Diana S¨¢nchez deb¨ªa estar a las nueve de la ma?ana en la tienda donde trabaja en el centro de la capital. Tres horas despu¨¦s, continuaba enlatada en un autocar inmovilizado en el tr¨¢fico y ni siquiera estaba cerca de llegar a su destino. Las paradas de autobuses, convertidas en una de las pocas alternativas para los viajeros afectados por la huelga de Metro, contaban decenas de historias como esta.
La l¨ªnea Circular, que transcurre por el centro de la ciudad con un recorrido parecido a la l¨ªnea 6 del metro, fue una de las m¨¢s saturadas. Tambi¨¦n sufrieron el colapso las l¨ªneas 27, 34, 70 y las que recorren el eje de Castellana, seg¨²n un portavoz de la EMT. Colas de hasta 150 personas aguardaban la llegada de los autobuses que aparec¨ªan con retraso y abarrotados. En varias ocasiones el conductor pasaba de largo y en otras, se limitaba a abrir las puertas traseras regalando el trayecto a los que lograban subir a cambio de aligerar la marcha con esas paradas m¨¢s breves.
La l¨ªnea de atenci¨®n telef¨®nica recibi¨® 1.500 llamadas, frente a las 300 habituales
El servicio no daba m¨¢s de s¨ª. La Empresa Municipal de Transportes dispuso, a petici¨®n del Consorcio Regional de Transportes, el 100% de su flota. El mismo servicio que se presta durante las horas punta en invierno, de 13.00 a 16.00 y de 19.30 a 21.30. Toda la EMT estaba en la calle. Y no solo eso.
El servicio de atenci¨®n telef¨®nica hab¨ªa recibido ayer a las dos de la tarde 1.500 llamadas (un d¨ªa normal atiende 300). Su web se satur¨® y los 50 informadores que sacaron a la calle (frente a los 12 habituales) pasaron pr¨¢cticamente inadvertidos. En definitiva, el servicio de autobuses no pudo absorber los dos millones de viajeros que se quedaron colgados.
Al mediod¨ªa, cuando parec¨ªa haberse superado el caos de las primeras horas, un autob¨²s de la C2 avanzaba lentamente por la avenida de Isaac Peral. Llevaba una hora y cuarto de retraso. Decenas de personas lo aguardaban silenciosas bajo las marquesinas pero al abrirse las puertas estallaba el esc¨¢ndalo. "?Para ir a plaza de Espa?a?", "?C¨®mo que solo llega a Pr¨ªncipe P¨ªo?", "?Y qu¨¦ l¨ªnea tengo que coger para ir a Nuevos Ministerios?". El conductor, armado de paciencia despachaba a cada uno. "Y as¨ª llevo toda la ma?ana", dec¨ªa con resignaci¨®n.
"?D¨®nde est¨¢n los informadores de la EMT?", se preguntaban algunos viajeros completamente perdidos ante los planos de las marquesinas. La empresa de transportes asegura que 50 empleados se situaron en intercambiadores y zonas de mayor tr¨¢nsito para orientar a los viajeros, pero que no bast¨®. A las ocho de la ma?ana era un agente de movilidad el que informaba en la estaci¨®n de Moncloa y la misma labor ejercieron cuatro polic¨ªas nacionales en Nuevos Ministerios.
El resignado conductor, an¨®nimo porque en su pantalla se le¨ªa que ten¨ªa prohibido hablar con la prensa, lleg¨® finalmente a su destino, Pr¨ªncipe P¨ªo, 50 minutos despu¨¦s de arrancar en Cuatro Caminos. Es decir, tard¨® en realizar la mitad del trayecto -que normalmente llega hasta la glorieta de Embajadores- el mismo tiempo que supone recorrer toda la l¨ªnea.
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