Messi y el nuevo orden mundial
Cuatro campeones (Brasil, Argentina, Uruguay y Alemania), un subcampe¨®n (Holanda) y tres equipos que nunca han llegado a semifinales (Espa?a, Ghana y Paraguay) se disputan el trono
A ocho partidos para la conclusi¨®n del Mundial, otros tantos equipos se disputan el nuevo orden del f¨²tbol, descarrilados desde hace d¨ªas los dos ¨²ltimos finalistas, Italia y Francia. Cuatro sudamericanos (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), tres europeos (Alemania, Holanda y Espa?a) y un africano (Ghana). Entre todos los representantes suman 12 t¨ªtulos, nueve americanos y los tres de los germanos. Y tres novatos a un paso de la historia; jam¨¢s Espa?a, Paraguay y Ghana alcanzaron una semifinal -ning¨²n equipo africano ha pasado de cuartos-. Con un matiz: en Brasil 1950, la selecci¨®n espa?ola que lideraban Ramallets, Basora, Zarra, Panizo y Gainza fue cuarta, pero entonces, con 13 equipos participantes repartidos en cuatro grupos, los cuatro primeros se jugaban una liguilla. El equipo espa?ol fue cuarto tras empatar con Uruguay (2-2) y caer ante la anfitriona (6-1) y Suecia (3-1).
Fracasados Cristiano Ronaldo y Rooney, Leo se perfila como el icono del torneo
Del Bosque medita dar carrete al grupo que se impuso a Portugal, con Llorente suplente
De entrada un cl¨¢sico, Brasil-Holanda, catalizadores del f¨²tbol m¨¢s embriagador hasta su conversi¨®n al fundamentalismo pragm¨¢tico. Primero los brasile?os, que cambiaron la samba por el baile de corneta en los noventa. Desde entonces, con Dunga, un reputado mecenas del jogo feo, primero como matraca en el campo y ahora como cuartelero mayor en el banquillo, Brasil no juega en la playa. Brasil encantaba, ahora gana. Ya no busca un lugar en el coraz¨®n de la opini¨®n p¨²blica, solo quiere una Copa, sin m¨¢s. Enfrente, Holanda, la gran seductora europea de los ¨²ltimos 40 a?os. En estos tiempos, tambi¨¦n entregada en brazos de esa v¨ªa mercantilista que azota al f¨²tbol, donde ya solo cotizan los t¨ªtulos, no importa su precio. Y eso que no siempre fueron los ganadores los que dejaron huella. En definitiva, dos equipos de perfil similar, con tres liberados por bando (Sneijder, Robben y Van Persie en Holanda; Kak¨¢, Robinho y Luis Fabiano en Brasil), dos laterales con mucha pista (Van der Wiel y Maicon) y el resto, teloneros. Ambas selecciones est¨¢n tuneadas, pero gotean talento; pese a tanto cenizo, la fantas¨ªa no se les ha atrofiado del todo.
Para Uruguay y Ghana, la eliminatoria es una fiesta anticipada. La m¨ªstica charr¨²a. Su flirteo con el f¨²tbol es extraordinario para un pa¨ªs con poco m¨¢s de tres millones de habitantes, un pa¨ªs a la cabeza en cuanto al n¨²mero de futbolistas per c¨¢pita, un pa¨ªs que se atrevi¨® como sede de aquellos aventureros del primer Mundial, hace ya 80 a?os. Una selecci¨®n, la celeste, capaz de momificar un estadio como Maracan¨¢, con cerca de 200.000 brasile?os en 1950, sometidos por el exitoso quijotismo de Obdulio Varela. Un pa¨ªs donde el f¨²tbol tiene trovadores. En Uruguay este juego es una rima: all¨ª le han puesto m¨²sica y letra Mario Benedetti y Eduardo Galeano.
En el en¨¦simo resurgimiento de Uruguay ha tenido mucho que ver ?scar Tab¨¢rez, el ¨²ltimo patriarca de los banquillos uruguayos, ha enhebrado un conjunto s¨®lido, sin fisuras en defensa y tres jugadores con mucho picante en la punta, Forl¨¢n, Luis Su¨¢rez y Cavani. Ghana, ¨²nico eslab¨®n mundialista con ?frica, se ha sobrepuesto de maravilla a la baja de su icono, Essien (Chelsea). Es una selecci¨®n con desparpajo, solidaria y con un ancla que merece un seguimiento particular, Annan, el pulcro y cartesiano medio, al que el Mundial puede rescatar de la Liga noruega, del Rosenborg.
Para ma?ana, otro duelo entre equipos inmortalizados, Argentina-Alemania, una continuaci¨®n de las finales de 1986 y 1990, con un trono por bando. La Alemania jovial de Joachim L?w dispuesta a incendiar el rancho de Maradona, en el epicentro del universo que mejor domina, donde se siente seguro: la pelota ha vuelto a ser su primera tentaci¨®n. El Mundial, necesitado de referencias tras los fracasos de Rooney y Cristiano Ronaldo, espera al Messi goleador, lo ¨²nico que le falta para convertirse en la figura del torneo. "Eh, recuerden que en M¨¦xico yo aparec¨ª en cuartos", recordaba estos d¨ªas Maradona, en el papel de masajista an¨ªmico de su estrella. El Pelusa obviaba que en el 86, antes de darse la mano con Dios y esquiar entre un tendal de jugadores ingleses, ya hab¨ªa marcado ante Italia, en la primera ronda. Los alemanes han deslizado estos d¨ªas que sus rivales tutean demasiado a los ¨¢rbitros, han denunciado su toque ¨¢spero, ideal para Maradona y su ej¨¦rcito.
El que resulte ganador entre argentinos y alemanes se medir¨¢ al vencedor del Espa?a-Paraguay. El equipo de Martino, ex jugador del Tenerife y disc¨ªpulo de Marcelo Bielsa, su colega de Chile, no ha sido un rival c¨®modo para nadie. Hace tiempo que Paraguay es una roca. Ya lo fue para Espa?a en el Mundial de 1998, cuando un partido sin goles ante Chilavert, Ayala, Gamarra y compa?¨ªa dej¨® a la escuadra de Javier Clemente a un cent¨ªmetro de la eliminaci¨®n. As¨ª ocurri¨®, Nigeria y Paraguay se anticiparon a Espa?a. Vicente del Bosque medita dar carrete al grupo que se impuso a Portugal, con Llorente, el faro espa?ol en Ciudad del Cabo, de nuevo al quite, en el banquillo. El seleccionador invertir¨¢ con Torres hasta donde pueda. Y hace bien, en este tramo final todos ser¨¢n necesarios y arietes como El Ni?o, cuando est¨¢ en plenitud, dan pedigr¨ª. Est¨¢ en juego la nueva jerarqu¨ªa mundial. Casi nada.
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