El aliento de Caba?as
El ejemplo de su delantero, que se recupera de un disparo de bala en la cabeza, espolea al conjunto albirrojo
El ardor guerrero siempre ha sido un elemento instalado en la gen¨¦tica paraguaya. Los gu¨ªas tur¨ªsticos en Asunci¨®n o el m¨¢s profundo rinc¨®n del inmenso Chaco glosan la historia de su pa¨ªs, encajonado entre Brasil, Argentina y Bolivia, y v¨ªctima de devastadores conflictos b¨¦licos que han forjado un car¨¢cter nacional instalado sobre orgullosos valores de sacrificio y resistencia. Los h¨¦roes nacionales de hoy son futbolistas y visten de albirrojo. Pero el ej¨¦rcito del t¨¦cnico Gerardo Martino tambi¨¦n est¨¢ contagiado de ese legendario esp¨ªritu combativo. El m¨¢ximo goleador paraguayo de la fase de clasificaci¨®n fue, con seis tantos, Salvador Caba?as.
El Chava parece un gordito poco ¨¢gil a simple vista. Pero tras su robusta figura se esconde una roca, un futbolista inteligente y un delantero extremadamente preciso e intuitivo ante el gol. No est¨¢ en Sud¨¢frica. Se encuentra en una cl¨ªnica de rehabilitaci¨®n en Buenos Aires. En enero, tras disputar un partido con el Am¨¦rica, acudi¨® a un local nocturno de la capital mexicana en compa?¨ªa de su mujer. All¨ª se cruz¨® con Jos¨¦ Jorge Balderas, alias El JJ. Un delincuente relacionado con el narcotr¨¢fico que, por motivos no esclarecidos, le dispar¨® un tiro en la cabeza al futbolista. Los m¨¦dicos lograron salvar milagrosamente la vida de Caba?as, pero una bala del calibre 22 qued¨® alojada en su cerebro. El dram¨¢tico episodio conmocion¨® a todo Paraguay, elevando al capit¨¢n de su selecci¨®n a la categor¨ªa de h¨¦roe nacional. Los reclamos publicitarios de uno de los patrocinadores de la selecci¨®n dan fe de ello.
La selecci¨®n siempre viaja con un cuadro del ariete ataviado de mariscal
En uno de esos anuncios televisivos que Caba?as grab¨® antes del tiroteo, aparece ataviado como un mariscal de campo del siglo XIX. "?Yo no llegu¨¦ ac¨¢ para morir en octavos, ni en cuartos de final. Yo quiero m¨¢s. Paraguay quiere m¨¢s!", vocifera Caba?as. Una escena que parece recrear las cruentas batallas que el ej¨¦rcito paraguayo libr¨® contra las fuerzas de Brasil, Uruguay y Argentina, financiadas por el imperio brit¨¢nico entre 1864 y 1870: la guerra de la Triple Alianza. Un conflicto que acab¨® con tres cuartas partes de la poblaci¨®n paraguaya. En otro anuncio, Caba?as navega al tim¨®n del barco de guerra que lleva a la selecci¨®n a Sud¨¢frica. "?Vamos de frente, sin miedo. A escribir p¨¢ginas de gloria!". "?La raza paraguaya es vencer o morir!", le contesta la mariner¨ªa, los compa?eros de equipo. Esa vitamina espiritual inspira a la selecci¨®n de Martino en Sud¨¢frica.
Un cuadro de Caba?as con su uniforme de mariscal preside la concentraci¨®n de Paraguay en Pietermaritzburg. El martes, sus compa?eros le dedicaron la hist¨®rica victoria a su capit¨¢n. "Esto va para vos, Chava. Siempre vas a estar con nosotros", dijo Nelson Valdez, mientras el t¨¦cnico Gerardo Martino sollozaba a su lado. Y hay otro emotivo anuncio de Caba?as. Esta vez no grita. Solo mira a la c¨¢mara y un r¨®tulo habla por ¨¦l y por siete millones de paraguayos: "Transpiren la camiseta como nunca. ?senla con gloria".
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