El faro de Paraguay
Martino, t¨¦cnico guaran¨ª, pretende dar un aire ofensivo a la tradicional garra de su equipo
Quebrado por la tensi¨®n, encogido sobre el banquillo, con las gafas empa?adas por las l¨¢grimas y mil sensaciones explotando en su cabeza. As¨ª acab¨® Gerardo Martino de vivir la tanda de penaltis ante Jap¨®n que met¨ªa a Paraguay en los cuartos. Dicen del Tata Martino que es un tipo emotivo. La ¨²ltima vez que se le hab¨ªa visto llorar en p¨²blico fue en enero, en un multitudinario acto de apoyo a Salvador Caba?as, el capit¨¢n de la selecci¨®n tiroteado d¨ªas antes en M¨¦xico.
Martino (Rosario, Argentina, 1962) hab¨ªa desembarcado en la selecci¨®n en 2007, avalado por los t¨ªtulos y el buen f¨²tbol que present¨® dirigiendo a dos clubes importantes: Libertad y Cerro Porte?o. Paraguay hab¨ªa ca¨ªdo en la primera fase del Mundial 2006 colgado del larguero. Y si algo distingu¨ªa a los equipos de Martino es que no les asustaba asumir el protagonismo, ni hacer circular la pelota con pulcritud. A los cuatro meses de entrenar al Libertad, lo hizo campe¨®n.
"La gente me va a colgar por perder, no por nacionalizar a varios argentinos"
"No he aprendido m¨¢s que unas cuantas palabras en guaran¨ª. Eso es bueno, porque as¨ª los jugadores no tienen que encerrarse en un cuarto para putearme tranquilamente. Los extranjeros somos los que tenemos que cambiar", sentenci¨®. Hubo unanimidad en su nombramiento como seleccionador. Ni siquiera sufri¨® grandes cr¨ªticas cuando convoc¨® a cuatro argentinos nacionalizados: "La gente me va a colgar por perder, no por nacionalizar". La apuesta de Martino era m¨¢s arriesgada: al mito de la garra guaran¨ª, a la querencia por el contragolpe, la estrategia y la contundencia en las ¨¢reas, Martino le sum¨® un inequ¨ªvoco aire ofensivo. Domin¨® con autoridad gran parte de la fase de clasificaci¨®n a Sud¨¢frica, con victorias sobre Brasil y Argentina. Obtuvo en Paraguay el cr¨¦dito que se le negaba en Argentina, donde apenas resisti¨® unos meses en el banquillo de Col¨®n en 2005.
Un bagaje que contrasta con el gran reconocimiento que tuvo como jugador. Martino es el ¨ªdolo secular de Newell's Old Boys. All¨ª gan¨® tres t¨ªtulos nacionales con los t¨¦cnicos Jos¨¦ Yudica y Marcelo Bielsa, al que le une una mutua corriente de admiraci¨®n y amistad.
El Tata era un centrocampista con extraordinaria visi¨®n de juego. Un genial escritor rosarino, el irreductible hincha de Central, Roberto Fontanarrosa, defin¨ªa a uno de sus delirantes personajes como "algo t¨ªmido para el esfuerzo". Martino coincidi¨® varias veces con ¨¦l y parec¨ªa darse por aludido: "Yo ten¨ªa mucha t¨¦cnica, pero era extremadamente vago. No corr¨ªa".
Tiempos en los que Newell's goleaba a Boca Juniors y desde la platea se desbordaba un c¨¢ntico: "Boca no te vayas/ Boca ven¨ª/ qued¨¢te a ver al Tata/ parece Platin¨ª". Un talento que apenas se sabore¨® lejos de Argentina. Martino jug¨® unos meses cedido en el Tenerife en 1991.
Felipe Mi?ambres, actual director del Rayo Vallecano, fue compa?ero suyo y lo recuerda as¨ª: "Lo fich¨® Jorge Solari, con la intenci¨®n de que su extraordinario golpeo asistiera a nuestro gran cabeceador: Rommel Fern¨¢ndez". Aquel ¨ªdolo argentino que no triunf¨® en las Canarias ahora derrama l¨¢grimas de emoci¨®n en Sud¨¢frica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.