Blanco color aceituna
Sumergida en un paisaje olivarero, Ja¨¦n destila a cada paso esencias de aceite de oliva. Tapas de primera, la catedral, arte ¨ªbero, la fuente de los Ca?os y una leyenda: la del lagarto de la Malena
Ja¨¦n quiere besar a la Unesco. La leyenda del lagarto de la Malena, que dicen que ten¨ªa atemorizada a la ciudad en tiempos inmemoriales, fue declarada el a?o pasado uno de los diez tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de Espa?a. Ahora compite por entrar en la misma categor¨ªa de la Unesco. Y la orgullosa catedral renacentista ha comenzado su proceso para pertenecer al listado VIP de la misma instituci¨®n. Ja¨¦n quiere dejar de estar a la sombra de las monumentales ?beda y Baeza y de ser la hermana peque?a de Granada, a menos de cien kil¨®metros.
09.30 Gozar el oro l¨ªquido
Esta provincia es la mayor productora de aceite en Espa?a y tiene la mayor concentraci¨®n de olivos del mundo, as¨ª que Ja¨¦n ciudad se autoproclama la capital mundial del aceite de oliva. Dicho esto, no cabe otra posibilidad que desayunar tostadas y ese oro l¨ªquido. Luego habr¨¢ que tomar la Carrera (oficialmente calle de Bernab¨¦ Soriano), elegante cuesta donde se alinean las fachadas burguesas de la ciudad. A la derecha se ve el enorme Palacio Provincial (1), del siglo XIX. Subiendo m¨¢s (primera lecci¨®n: prepare sus piernas para las pendientes de Ja¨¦n) aparece la catedral (2) como una mole mariana. Comenzada en el siglo XVI por Andr¨¦s de Vandelvira sobre una antigua mezquita, su fachada sorprende por su equilibrio est¨¦tico y su tama?o. La monumentalidad de esta plaza de Santa Mar¨ªa se completa con el Ayuntamiento, el Palacio Episcopal y la Casa del De¨¢n. Uno se siente rodeado. Uno se hace peque?o.
La peatonal calle de Maestra termina en callecitas empedradas. All¨ª mismo est¨¢n los medievales Arco de San Lorenzo (3), de piedra, y del Consuelo, este ¨²ltimo como si fuera ep¨ªtome de las esencias andaluzas, con su cal y sus macetas. Y subiendo, la silenciosa plaza de la Merced (4), con su fuente de dos chorros, su convento y su palacio del Capit¨¢n Quesada. Pi¨¦rdase entre los callejones blancos.
11.00 Torreones en lo alto
A estas alturas ya se habr¨¢ visto el castillo (5) asom¨¢ndose por cualquier recoveco. Ahora hay que subir. Como no existe transporte p¨²blico que llegue hasta all¨ª, hay que coger el coche o llamar a un taxi. La fortaleza fue construida despu¨¦s de que Fernando III conquistara la ciudad a los ¨¢rabes en 1246. Entre subir, bajar, pasar por estrechos pasajes y ver los torreones se va un buen rato. Las vistas merecen la pena. Ja¨¦n acurrucada entre montes, con la catedral dominante, y lunares como de traje de flamenca (en realidad son olivos). Apetece un caf¨¦ en el parador, integrado en este espl¨¦ndido conjunto.
13.30 Del lomo al flamenqu¨ªn
Lleg¨® la hora en que Ja¨¦n se pone rumbosa. En casi todos los bares, con una cerveza siempre hay gratis una tapa. De todas formas, si no se quiere arriesgar a que le pongan algo que no le apetece, atr¨¦vase a pedir (pagando). El barrio de las tascas, a la sombra de la catedral, da mucho de s¨ª: jam¨®n y lomo de orza en manteca en El Gorri¨®n (6) (Arco del Consuelo), migas en el ambiente taurino de La Manchega - G (Bernardo L¨®pez, 8), flamenquines y revueltos de setas en Alcocer (8) (Arco del Consuelo)... Y siempre: aceitunas.
Si hay jiennenses presentes que se han llenado demasiado, no ser¨¢ raro escuchar la expresi¨®n "voy a reventar como el lagarto de la Malena". La leyenda cuenta que hubo un tiempo en que una bestia horrible ten¨ªa asustada a la ciudad. Aquel bicho que se parec¨ªa a un drag¨®n se com¨ªa a las muchachas que iban a por agua al raudal de la Magdalena y a caballeros y campesinos que se acercaban a refrescarse. Hasta que un preso os¨® matar a la criatura a cambio de su libertad. Tom¨® la piel de un cordero reci¨¦n muerto y la llen¨® de p¨®lvora. El lagarto oli¨® la carne y enseguida se trag¨® al animal. Segundos despu¨¦s, explot¨® y Ja¨¦n pudo vivir tranquila.
16.00 Vapor ¨¢rabe
La historia sirve para animar el paseo hasta el barrio de San Ildefonso, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre (9), mezcla de g¨®tico, barroco y neocl¨¢sico. En el renacentista Convento de Las Bernardas (10) (Bernardas, s/n) hay que comprar los dulces de las monjas: conchas de almendra, tocinos de cielo y pasteles de coco. Tras pasar por el arco del ¨¢ngel, se entra en la alameda, un paseo rom¨¢ntico.
Hora de La Magdalena (11). ?M¨¢s comida? Que no, que es la m¨ªtica plaza donde se origin¨® la leyenda del lagarto, cuya figura est¨¢ esculpida en la fuente de piedra. A un lado se encuentra el Raudal de La Magdalena, el ca?o de agua donde tuvo su guarida el drag¨®n. Enfrente, la iglesia g¨®tica de igual nombre construida sobre una antigua mezquita.
El renacentista Palacio de Villardompardo (12) (plaza de Santa Luisa de Marillac, s/n. 953 24 80 68. De martes a s¨¢bado: de 8.45 a 21.30. Domingos: de 9.15 a 15.00) fue construido sobre unos ba?os ¨¢rabes, que datan del siglo X. El gu¨ªa ense?a las salas caliente, templada y fr¨ªa y muestra c¨®mo se canalizaba el vapor. El palacio tambi¨¦n acoge el Museo Internacional de Arte Na?f Manuel Mora, con m¨¢s de 600 obras de artistas nacionales y extranjeros. Mucho color y fantas¨ªa. Al salir del museo, la tienda despacha jabones y cremas con extractos de aceite de oliva virgen.
18.00 Un masaje diferente
Los ni?os juegan a la pelota en los alrededores de la iglesia de San Juan y la Fuente de los Ca?os - M. Esto es la antigua juder¨ªa. Imposible trazar un itinerario en este laberinto. Las piernas se habr¨¢n resentido de tanto caminar, as¨ª que es una opci¨®n acudir al balneario Las ?nforas (14) (Puerta del Sol, 4), con tratamientos antienvejecimiento y masajes a base de aceite de oliva, c¨®mo no. Despu¨¦s del relax, hay que pasarse por Casa Paco (15) (Plaza de los Jardinillos, 7) y comprar sus famos¨ªsimas patatas fritas. El secreto es, tambi¨¦n, el aceite. Caminamos al Museo Provincial (16) (Paseo de la Estaci¨®n, 27. 953 31 33 39), que dispone de varias salas con arte ¨ªbero. Imprescindibles las esculturas de guerreros y animales del yacimiento de Porcuna. Al salir, no se puede olvidar comprar aceite en San Antonio (17) (Plaza de la Constituci¨®n, 4).
21.00 Sof¨¢s 'chill out'
En El Bodeg¨®n (18) (Joaqu¨ªn Tenorio, 4), una taberna vieja de madera y llena de gente joven, se escucha flamenco y m¨²sica ¨¦tnica. Tocan raciones en El Tost¨®n (19) (Bernardo L¨®pez, 11): berenjenas con miel de ca?a, quesos, pat¨¦ de perdiz y solomillo en salsa. Las copas a buen precio vendr¨¢n en Bitelch¨²s (20) (las Bernardas, 14) y Trovador 21 (Teodoro Calvache, 24), con sof¨¢s dentro y en el patio chill out. Los sonidos m¨¢s underground est¨¢n en Outside 22 (Rioja, 4).
Con tanta comida y l¨ªquido, parece que el est¨®mago se ensancha. Y a uno se le pasa por la cabeza querer reventar como aquel lagarto de la Malena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.