Expediente e?e
En una secuencia de Intrusos en Manas¨¦s, uno de los m¨¢s fastidiosos t¨®picos gramaticales del cine de terror acaba transform¨¢ndose en (involuntario) comentario sobre el conjunto: dos personajes avanzan por un camino rural bajo una completa oscuridad, cuando un ruido inesperado les hiela la sangre. Es un falso susto. La luz de sus linternas revela que acaban de escuchar el rebuzno de un burro. En ese particular ejercicio de alquimia -la mutaci¨®n del t¨®pico en rebuzno-, el debut de Juan Carlos Claver encuentra su m¨¢s oportuna glosa. Conviene a?adir que la pel¨ªcula no es una comedia, aunque los responsables de la serie Scary movie no le har¨ªan ascos al tipo de material que sostiene esta particular modulaci¨®n del falso susto.
INTRUSOS EN MANAS?S
Direcci¨®n: Juan Carlos Claver.
Int¨¦rpretes: Armando del R¨ªo, Marina Gatell, Miguel ?ngel Mu?oz, Bel¨¦n L¨®pez, Alejandro Jornet.
G¨¦nero: terror.
Espa?a, 2010.
Duraci¨®n: 90 minutos.
Intrusos en Manas¨¦s se abre en forma de respuesta local a Expediente X: tras vivir una experiencia traum¨¢tica durante la preparaci¨®n de un reportaje -la secuencia m¨¢s eficaz de la pel¨ªcula-, una pareja de periodistas de la revista M¨¢s all¨¢ -la publicaci¨®n creada en 1989 por Fernando Jim¨¦nez del Oso- recibe el encargo de investigar lo sucedido en un pueblo de la Pen¨ªnsula que, en tiempos de la Guerra Civil, vio borrada a su poblaci¨®n del mapa. El posterior desarrollo se mira en otros referentes: las constantes de ese cine de terror espa?ol que ha ido engendrando sus propios vicios expresivos -sustos de posproducci¨®n, sobresaltos de mesa de mezclas- al mismo tiempo que consolidaba su carisma comercial.
Tanto a Miguel ?ngel Mu?oz como a Marina Gatell les tocan en suerte unos personajes con el espesor de un arquetipo juvenil de teleserie cejijunta, pero el resto del reparto tambi¨¦n recibe la condena de unos di¨¢logos que no son m¨¢s que pulpa funcional. El problema no es que la pel¨ªcula trabaje con materiales de segunda mano, sino que invierta sus energ¨ªas en la d¨¦bil simulaci¨®n de un producto de terror mainstream en lugar de abandonarse a los placeres l¨²dicos de la serie B.
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