Memorias del 99

A Xavi le entra la risa cuando abre el caj¨®n de los recuerdos y recupera los del verano de 1999. La selecci¨®n espa?ola sub 20 gan¨® el Mundial de la categor¨ªa en Nigeria. "No sabes lo que era aquello", dice ahora. Casillas y Marchena tampoco han olvidado aquellos d¨ªas y le dan la raz¨®n. "Aunque solo fuera por los cocodrilos de la piscina...", tercia Casillas. "Fue una experiencia inolvidable por muchas cosas", insiste Marchena terminado el entrenamiento de ayer en Potchefstroom. Han pasado 11 a?os, pero llevan grabado a fuego aquel mes que se pasaron juntos en Nigeria cuando no hab¨ªan cumplido siquiera los 20 a?os. "Aquello no ten¨ªa nada que ver con esto", reconocen los tres, que, por separado, coinciden: "Solo hay un v¨ªnculo: la ilusi¨®n del grupo por hacer algo grande y lo bien que nos llevamos. Entonces y ahora".

Xavi, por aquel entonces, ya jugaba con el 8 en la selecci¨®n. El 6 era de Marchena y el 13 de Casillas. De los 18 convocados por I?aki Saez para aquel torneo solo ellos tienen el privilegio de disfrutar de este sue?o en el que se ha convertido el Mundial de Sud¨¢frica. Aunque, eso s¨ª, la mayor¨ªa de los jugadores llegaron a la Primera Divisi¨®n: Aranzubia -que se alternaba en la titularidad con Casillas-, Yeste y Orbaiz, con el Athletic; Coira y Josu¨¦, con el Albacete; Bermudo, con el Tenerife; Varela, con el Mallorca; Barkero, con la Real Sociedad y el Numancia; Aganzo, Rub¨¦n, ?lvaro y Pablo, el goleador, con siete tantos, de aquel torneo. "El Mundial nos brind¨® a muchos de nosotros una oportunidad en nuestros clubes. Coincidi¨® con la sentencia Bosman, que elimin¨® el cupo de extranjeros y, en ese sentido, reivindicamos el futuro de los espa?oles", explica Casillas.

Se r¨ªe Xavi: "Iker era como ahora. Igual de responsable. Y Marchena... Carlos ya era el pater. Siempre le llamamos as¨ª por su sensatez". El sevillano mira atr¨¢s y se nota cambiado. "Era un cr¨ªo, han pasado 11 a?os", pero ese tiempo ha servido para algo: "Es evidente que ?frica ha evolucionado a mejor". "Yo lo recuerdo con cari?o, pero tuvimos momentos complicados", comenta a continuaci¨®n.

Espa?a jug¨® en el Grupo F y gan¨® a Brasil por 2-0. "Jugaban Ronaldinho, Matuzalem, Junior Baiano, que jug¨® en el Celta; Mancini, del Roma... Les dimos un meneo espectacular", recuerda Xavi. Empat¨® luego con Zambia, 0-0, y gan¨® por 3-1 a Honduras. En los octavos elimin¨® (3-2) a Estados Unidos y en los cuartos, tras empatar, 1-1, bati¨® a Ghana en los penaltis: 8-7. "Aquel partido estuvimos a punto de no jugarlo", rememora Xavi; "les pedimos a S¨¢ez y Lorenzana, que era el preparador f¨ªsico, que nos dejaran volvernos, pero nos convencieron de que pod¨ªamos hacer algo grande". Lo hicieron: en las semifinales ganaron por 3-1 a Mali -"jugaba Keita, el del Bar?a, y Diarra, el del Madrid", dice Marchena- y en la final por 4-0 a Jap¨®n.

Siempre Xavi, el m¨¢s locuaz, insiste: "Es el mismo continente, pero Nigeria en 1999 no tiene ni punto de comparaci¨®n con Sud¨¢frica. No sabe c¨®mo viv¨ªamos. Para empezar, solo hab¨ªa dos periodistas". Reconoce que pasaron miedo: "No hab¨ªa ni luz. Nos met¨ªamos en la cama con ch¨¢ndal, a 40 grados, para que no nos picaran los mosquitos. Por la malaria, claro. ?En la piscina hab¨ªa cocodrilos!"... "Bueno, lagartos muy grandes, por lo menos", tercia Marchena; "se met¨ªan en las habitaciones del hotel de Kaduna, el pueblo de Babangida. Era incre¨ªble". Reconoce el volante que le impact¨® mucho aquella realidad: "Eran tremendamente pobres, hasta el punto de que, cuando tir¨¢bamos las botellas de agua vac¨ªas al suelo en los entrenamientos, saltaban tres a buscarlas para venderlas. El pan que nosotros damos a las palomas en la plaza de Catalunya lo vend¨ªan, mojado, a pu?ados, por las calles. Y eso com¨ªan", recuerda.

"En Lagos, la capital, las condiciones mejoraron, pero fue muy duro. Claro que ¨¦ramos muy j¨®venes. Hoy ni me planteo pasar por aquello", a?ade Xavi, que, como Casillas y Marchena, guarda en casa la medalla y en un lugar del alma el recuerdo de un Mundial que les uni¨® de por vida.