La Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de Ourense lideran el gasto en personal

Pocos organismos p¨²blicos hacen tanto por reducir las listas del paro como la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de Ourense. No importa que sus abultadas plantillas superen con creces las necesidades reales, el caso es que ambos han conseguido el dudoso m¨¦rito de gastarse en n¨®minas m¨¢s que ning¨²n otro gran consistorio o ente provincial de Galicia.

Seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Secretar¨ªa de Estado de Presupuestos, la liquidaci¨®n de las cuentas del a?o pasado atribuye a la Diputaci¨®n presidida por el popular Jos¨¦ Luis Baltar un desembolso de 28 millones de euros en personal. Sus ingresos totales se elevaron a 74 millones, lo que significa que necesita casi cuatro de cada diez euros disponibles para soportar un plantel de un millar de efectivos. No sorprende a nadie. La pol¨ªtica de contrataci¨®n de Jos¨¦ Luis Baltar, denunciada por el PSOE hace unos d¨ªas ante la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n y ante el Fiscal General del Estado, es conocida. No se trata solo de que la plantilla est¨¦ integrada fundamentalmente por militantes o hijos de cargos del PP, sino que el elevado n¨²mero de empleados provoca situaciones extra?as, como la existencia de 33 porteros para atender las tres puertas del edificio cultural. Tiene m¨¢s personas a su cargo que el resto de las diputaciones, y casi duplica la plantilla del organismo pontevedr¨¦s, tambi¨¦n gobernado por el PP.La Diputaci¨®n de Ourense tiene unos 1.000 trabajadores, de los que poco m¨¢s de la mitad, 663, corresponden al cuadro laboral, y el resto son contratados por periodos de entre tres y seis meses, renovables. El n¨²mero exacto en plantilla es un misterio, porque la eventualidad de los contratos que el presidente hace a dedo imposibilita los c¨¢lculos.

Diputaci¨®n y Gobierno local tienen un millar de empleados cada uno

Baltar no s¨®lo ha llenado las dependencias de la instituci¨®n provincial de empleados. El gobierno municipal (PSOE y BNG) achaca a la "mancha del modelo baltariano" el elevado gasto en personal de la instituci¨®n local.Porque, tras la Diputaci¨®n, la segunda posici¨®n en el r¨¢nking del gasto contin¨²a por el ayuntamiento de esa misma provincia. Seg¨²n los datos comunicados al ministerio de Econom¨ªa, el 29% de sus ingresos, 36 millones de euros, se dedicaron en 2009 a mantener a sus 1.055 funcionarios.

Cuando PSOE y BNG accedieron al gobierno municipal se encontraron con personal que se turnaba las sillas y con unas oposiciones convocadas por el PP en plena campa?a electoral. Unos d¨ªas despu¨¦s de que el socialista Francisco Rodr¨ªguez se hiciera con el bast¨®n de mando, se conocieron los resultados. El bipartito heredaba as¨ª 117 nuevos trabajadores afines al PP.

El Ayuntamiento de Ourense, con una tasa de reposici¨®n del 15% (por cada cien bajas, convoca 15 nuevas), tiene ahora 755 funcionarios y 300 laborales. Pese a que el PP dej¨® las dependencias llenas, los reci¨¦n llegados hicieron nuevos contratos. "No hubo m¨¢s remedio, nos dejaron la instituci¨®n llena de empleados, pero mal distribuidos", sostienen fuentes municipales que se quejan, adem¨¢s, de que muchos recurrieron judicialmente cuando les finaliz¨® el contrato y la Justicia sentenci¨® que se hab¨ªan realizado en fraude de Ley, con lo que oblig¨® a la instituci¨®n a hacerlos fijos.

Los ayuntamientos de las siete grandes ciudades gallegas y las cuatro diputaciones provinciales tienen una plantilla conjunta de m¨¢s de 9.000 personas. Pagar las n¨®minas cost¨® el a?o pasado 410 millones de euros. Las diputaciones dedicaron el 24% de sus recursos a mantener una plantilla conjunta de 3.254 personas. En proporci¨®n, la de A Coru?a y el Ayuntamiento de Vigo son los m¨¢s comedidos en su cap¨ªtulo de personal. La primera tiene 840 trabajadores a quienes dedica el 16% del presupuesto.

La ciudad que gobierna Abel Caballero, con sus 1.400 trabajadores, se gast¨® el a?o pasado 66 millones de euros, el 22% de lo que recibi¨®. Con respecto a 2008, casi todas las administraciones se vieron forzadas a ajustarse el cintur¨®n. Consiguieron rebajar su factura todos, excepto los organismos de Pontevedra capital.