Los comerciantes reclaman mejoras en el transporte p¨²blico
Ni los hosteleros ni los comerciantes saben nada del cierre del centro hist¨®rico de Sevilla al tr¨¢fico. Dicen que el Ayuntamiento no les ha detallado c¨®mo les va a afectar, que est¨¢n a la expectativa, aunque, seg¨²n fuentes municipales, Movilidad prev¨¦ una campa?a informativa dirigida a los hogares y comercios localizados en el casco antiguo. Una espera que les mantiene en vilo porque creen que la clientela, desanimada por tener que pagar un aparcamiento, descender¨¢.
Asumen que es el proceso que han experimentado las grandes capitales europeas, que favorecer¨¢ la descongesti¨®n del tr¨¢fico, pero discrepan del silencio administrativo, sobre todo los comerciantes. "No tenemos informaci¨®n, han dado la callada por respuesta en un proyecto que har¨¢ que el centro se quede vac¨ªo", denuncia Jos¨¦ Aycart, portavoz de los propietarios de comercios sevillanos (Aprocom). Aycart reclama un modelo sostenible de comunicaciones en el centro hist¨®rico. Alternativas de transporte, sobre todo p¨²blico, que comuniquen la zona con la periferia y favorezcan la llegada de turistas. "Van a transformar Sevilla en un parque de atracciones". Una opini¨®n que comparte Javier Pereira, gerente de una tapicer¨ªa en la calle M¨¦ndez N¨²?ez. "Un parque tem¨¢tico para guiris".
La asociaci¨®n de hosteleros de Sevilla, que representa a unos 1.000 restaurantes y bares del centro, sobre todo rechaza el m¨¦todo. "Si la ciudad quiere estar a la altura de las grandes capitales, esto tiene que pasar, pero no se puede cerrar a cal y canto una zona comercial", critica su portavoz, Juan Robles.
La complicaci¨®n para algunos hosteleros no son tanto los clientes (acreditados desde el d¨ªa de llegada para poder circular libremente hasta las 24 horas del d¨ªa de su marcha) como las de sus empleados: la mayor¨ªa no tiene aparcamiento de residente. Nadiuska Franco, subdirectora de un hotel pr¨®ximo a Amor de Dios, sostiene que "es una faena para los trabajadores con un horario no compatible con el transporte p¨²blico". Solo el director del hotel dispone de plaza de garaje, los 22 empleados restantes, con turnos hasta altas horas de la madrugada, no. Algo similar le ocurre a Guillermo Barbarov, de 35 a?os y responsable de un bar de la Alameda, quien afirma que un compa?ero viene a trabajar desde Los Palacios. Enrique Santos, camarero en un cl¨¢sico bar de la calle Santa Mar¨ªa de Gracia ha encontrado una soluci¨®n: aparcar por la estaci¨®n de Santa Justa, a 20 minutos andando de su trabajo.
Muchos comerciantes abandonaron hace tiempo la idea de ir a trabajar en coche al centro. Moto, bicicleta o autob¨²s. Desde 1988, Joaqu¨ªn Guti¨¦rrez llega en ciclomotor a la plaza de la Magdalena, donde trabaja en una tienda de ropa masculina. "El problema no es de ahora, hace 30 a?os que no se puede entrar en coche", se?ala tras el mostrador. Es de los que aceptan la medida. "Tarde o temprano, ten¨ªa que suceder".
Mar¨ªa Collado, tercera generaci¨®n en una familia de hoteleros cuyo negocio est¨¢ en la calle Santa Mar¨ªa de Gracia, mira la lista de clientes. Dos habitaciones de 19. "Una isla, el centro se convierte poco a poco en una isla en medio de Sevilla".
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