Poco laurel y mucho carb¨®n
El torneo premia a los t¨¦cnicos ofensivos y penaliza a los r¨¢canos con ocho destituciones y dos renuncias al cargo
El Mundial es un rodillo, una aut¨¦ntica criba para los banquillos. A Marcello Lippi (Italia) y Raymond Domenech (Francia) les pudo su mesura, a Carlos Dunga (Brasil), Sven-G?ran Eriksson (Costa de Marfil) y Otto Rehhagel (Grecia) su racaner¨ªa, a Takeshi Okada (Jap¨®n) y Carlos Alberto Parreira (Sud¨¢frica) la falta de recursos, y Paul Le Guen (Camer¨²n) se perdi¨® en la gesti¨®n del grupo. Huh Jung-moo (Corea del Sur) y Javier Aguirre (M¨¦xico) optaron, simplemente, por un cambio de aires. Muchos descalabros y pocos ¨¦xitos en un torneo exigente, que no entiende de segundas oportunidades.
Sin contar a Del Bosque, seleccionador espa?ol, otros dos t¨¦cnicos salen como h¨¦roes del Mundial. Propuestas acentuadas, con el marco rival en el entrecejo. Una apuesta segura en el campeonato, que ha premiado al descaro, al f¨²tbol de sal¨®n. Atildada y de excelente pegada, Alemania ha resultado una selecci¨®n gobernadora hasta que se cruz¨® con Espa?a. L?w prepar¨® con todo tipo de detalle el campeonato, hasta el punto de que cre¨® programas f¨ªsicos personalizados a Klose y Podolski, se llev¨® c¨¢maras de ox¨ªgeno e impidi¨® que en su centro de concentraci¨®n se reprodujera la c¨¢rcel de Mandela para simbolizar que con fe todo es posible. Fuera simbolismo y bienvenida al f¨²tbol. Similar ha resultado Holanda, estructurada por Bert van Marwijk, que se decant¨® por la supresi¨®n del ariete para potenciar las llegadas desde la segunda l¨ªnea. Rechaz¨® la teor¨ªa cruyffista, el plasticismo sobre el c¨¦sped, y persisti¨® con el resultado, basado en un ataque frontal. L?w, que su mayor triunfo fue entrenar al Stuttgart, y Van Marwijk, que dirigi¨® al Feyenoord y al Dortmund, se han reivindicado. Lo mismo que ?scar Tab¨¢rez (Uruguay), Milovan Rajevac (Ghana), Tata Martino (Paraguay) y Marcelo Bielsa (Chile). Un racimo de laurel para mucho carb¨®n.
Se revalorizan L?w y Van Marwijk y se desinflan Lippi, Dunga y Capello
Los a?os y la taca?er¨ªa como defecto. Los grandes fiascos de este Mundial agrupan a t¨¦cnicos que atendieron antes a las arrugas y a los galones que al juego, y a los que optaron por una propuesta r¨¢cana, con el objetivo primordial de abrocharse atr¨¢s para luego salir al contragolpe.
El mayor de los descalabros lo representaron Domenech y Lippi. Francia, definida por Rib¨¦ry como el hazmerre¨ªr, sald¨® el torneo con dos pifias, un empate y un irrisorio tanto. La debacle se convirti¨® en una cuesti¨®n de Estado, con el presidente Nicolas Sarkozy exigiendo una revisi¨®n del f¨²tbol franc¨¦s. El siempre cuestionado Domenech no encontr¨® respuestas sobre el c¨¦sped ni en los despachos. El grupo se deshizo y el t¨¦cnico se evapor¨®. Italia, m¨¢s comedida, reclam¨® la oxigenaci¨®n del grupo y la cabeza de Lippi. Su participaci¨®n tampoco cont¨® victoria alguna. De campeones a desterrados en un suspiro. Lippi jug¨® con futbolistas de otra ¨¦poca que palidecieron ante equipos de escaso calado, como Nueva Zelanda o Eslovaquia.
Se sonrojaron tambi¨¦n Brasil e Inglaterra. Atrapadas en el m¨²sculo, rechazaron el bal¨®n como argumento y quedaron retratadas a la que se toparon con una selecci¨®n de envergadura. Considerado como el salvador de la patria por realizar una fase de clasificaci¨®n estupenda, parec¨ªa que Capello ten¨ªa la llave para impulsar a Inglaterra. Pero puso al vetusto Heskey en el frente de ataque, dio palos de ciego para encontrar un extremo derecho y no logr¨® mezclar a Lampard y Gerrard. Rooney no carbur¨® y Terry, que puso en entredicho las decisiones del t¨¦cnico, tembl¨® en la zaga. Capello perdi¨® el cr¨¦dito. Peor fue lo de Dunga, que cambi¨® el cascar¨®n de Brasil, le priv¨® del toque y le dot¨® de pies cuadrados. No cont¨® con Ronaldinho, ni con Pato, ni con Adriano, ni con nadie de excesivo talento. Fiado a la punter¨ªa de Luis Fabiano o al ingenio de Robinho, el equipo se descompuso a la que el rival le exigi¨®. Dunga pereci¨® sin f¨²tbol, el mayor dolor de muelas para Brasil.
Argentina tuvo m¨¢s gol pero fall¨® en la confecci¨®n. Con tres medio centros y ning¨²n volante, el equipo se rompi¨®. Zaga con canas, puntas como martillos y divisoria desaparecida. Lo aprovech¨® Alemania (4-0). Deslenguado, Maradona perdi¨® la fuerza por la boca tras sentirse de nuevo, con el bal¨®n y la competici¨®n como epicentro, el rey del mundo. Fracasaron m¨¢s, como Queiroz (Portugal) y Eriksson (Costa de Marfil).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.