Y ahora, el sue?o ol¨ªmpico
Mientras el Gobierno estudia optar a unos Juegos, otras voces urgen a combatir la pobreza y aprovechar las infraestructuras
A pesar de que todav¨ªa se desconoce el impacto econ¨®mico del Mundial, m¨¢s de 200.000 extranjeros han visitado Sud¨¢frica y el pa¨ªs ha disfrutado de una enorme campa?a publicitaria. Como marca, Sud¨¢frica ha triunfado y el ambiente ha recordado a las primeras elecciones democr¨¢ticas, en 1994. Pero, ?qu¨¦ pasar¨¢ con el pa¨ªs cuando el resto del mundo se olvide de la Copa del Mundo y de la alegre afici¨®n africana?
El Gobierno de Sud¨¢frica estudiar optar a la celebraci¨®n en el futuro de unos Juegos Ol¨ªmpicos aprovechando la ola de optimismo y confianza que ha generado este torneo. Otras voces, sin embargo, exigen que la misma eficacia y vigor que se han empleado ahora se utilicen tambi¨¦n en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, lacras que seguir¨¢n persiguiendo a la poblaci¨®n en el futuro.
"Cuando ganamos los derechos para albergar el Mundial, sab¨ªamos que trabajando juntos tendr¨ªamos ¨¦xito. Sin embargo, lo visto hasta ahora ha superado todas nuestras expectativas. Y eso es por el papel jugado por nuestra gente, los sudafricanos", dec¨ªa el presidente, Jacob Zuma, el pasado s¨¢bado.
El Gobierno, de acuerdo con Zuma, iniciar¨¢ en las pr¨®ximas semanas actividades para agradecer a los ciudadanos su participaci¨®n: "Gracias por poner al pa¨ªs primero, se merecen celebrarlo con estilo". El gasto del Estado en el Mundial ha sido de alrededor de 4.000 millones de euros. M¨¢s, si contamos el proyecto del tren r¨¢pido que une aeropuerto y Johanesburgo. De acuerdo con la consultora Grant Thornton, la construcci¨®n de estadios, nuevas carreteras, remodelaci¨®n de aeropuertos o una necesaria reforma en el transporte p¨²blico (todav¨ªa por finalizar) ha supuesto la creaci¨®n de casi 700.000 puestos de trabajo, la mayor¨ªa temporales, 280.000 de los cuales se han mantenido este a?o, despu¨¦s de que la crisis diera al traste con cerca de un mill¨®n de empleos en el pa¨ªs. El Gobierno asegura tener planes para acomodar a los trabajadores de la construcci¨®n de estadios que han perdido su empleo con la finalizaci¨®n de los mismos.
Una de las grandes dudas en infraestructuras es el futuro de los 10 estadios en las ciudades sede, que se teme que no sean provechosos econ¨®micamente o que queden vac¨ªos, testimonio de lo que una vez fue. De acuerdo con el economista Stan du Plessis, de la Universidad de Stellenbosch, la gran mayor¨ªa de los estadios no van a poder cubrir sus costes de mantenimiento en ciudades que se encuentran faltas de capital.
El Mundial no va a cambiar a Sud¨¢frica. S¨ª ha habido optimismo, civismo, participaci¨®n popular, unidad nacional y una sensaci¨®n de orgullo que se mantendr¨¢ en el futuro al menos inmediato. El Mundial, por s¨ª solo, no va a acabar con la pobreza, la desigualdad o el desempleo. "Los beneficios reales de albergar un evento de esta magnitud son el de retratar a Sud¨¢frica en el mundo, con los beneficios derivados de ello", recordaba Gillian Saunders, directora de la consultora Grant Thornton. S¨ª parece haber dado al traste con los agoreros y los afropesimistas. Tambi¨¦n habr¨¢ que ver cu¨¢nto dura.
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