Sorpresas de gran calibre
Subiendo el col de La Ramaz, la primera gran subida de este Tour, hay una zona en la que la monta?a parece infranqueable. Llegas por una carretera excavada en la roca con penuria. Pero, una vez all¨ª, nada parece atravesarla... hasta que encuentras la boca de un t¨²nel. En esa zona, unos tres kil¨®metros con una pendiente del 9,5%, es donde Armstrong se ha despedido. Adi¨®s al Tour, su Tour, el que forj¨® su leyenda.
Resulta dif¨ªcil imaginarse lo que pas¨® por la cabeza del tejano en ese t¨²nel oscuro y ardiente cuando sab¨ªa que este adi¨®s era definitivo. Resulta hasta po¨¦tico pensar que la oscuridad de esa galer¨ªa le acompa?¨® en la intimidad de sus pensamientos. La misma cabeza que un d¨ªa decidi¨® terminar con su leyenda en lo m¨¢s alto; la misma que otro, tres a?os despu¨¦s, se pregunt¨® por qu¨¦ esa leyenda no pod¨ªa continuar.
Evans rompi¨® el maleficio del maillot arco iris y se puso l¨ªder
Nadie esperaba hoy una sorpresa de este calibre. Como tampoco nadie esperaba que Cadel Evans se vistiera de l¨ªder despu¨¦s del incidente que pudo eliminarle en el kil¨®metro 6. Una dura ca¨ªda con Pineau, el l¨ªder de la monta?a, que en un primer momento pareci¨® de mayor gravedad. "Es algo incre¨ªble para m¨ª, en un d¨ªa tan complicado como el de hoy, el tenerme que quitar la camiseta de campe¨®n del mundo para ponerme la camiseta del l¨ªder del Tour", dec¨ªa en la rueda de prensa el australiano.
Incre¨ªble, eso habr¨ªa pensado Massimo Testa, italiano y doctor del BMC, en el que corre el australiano. A las dos de la tarde, en el ¨¢rea de servicio de una autopista en Bonneville, no lejos de Ginebra, el doctor recib¨ªa una llamada: "Cadel ha ca¨ªdo, parece que se ha hecho da?o; a¨²n sigue en carrera, pero no tiene buena pinta". Y, claro, imaginaba que esa llamada era para confirmarle sus peores presagios, que el australiano hab¨ªa abandonado. Afortunadamente, no fue as¨ª y la sonrisa apareci¨® en su cara.
A Cadel, de peque?o, le dio una coz un caballo y lo mand¨® de viaje al coma unos cuantos d¨ªas. Dicen los que le conoc¨ªan entonces que cambi¨® tanto que se podr¨ªa hablar de dos personas diferentes. Ya de mayor, gan¨® el campeonato del mundo. Y dicen los que le conocen, entre ellos yo, que he sido compa?ero de equipo, que el Evans de este a?o, el del arco iris, es m¨¢s calmado y m¨¢s seguro. ?l mismo est¨¢ de acuerdo. Y el hecho de estar m¨¢s seguro lo hace m¨¢s ganador, m¨¢s agresivo y activo, huyendo de la etiqueta de chuparruedas que se hab¨ªa ganado a pulso.
Y ayer Cadel rompi¨® algo m¨¢s que el culotte. Rompi¨® otro de los maleficios asociados al maillot arco iris. Ha sido el primer campe¨®n del mundo en vestirse de amarillo desde LeMond en 1990. Y encima lo hace en un d¨ªa que empez¨® torcido. Cadel es un poco extra?o para todo. Los que le conocemos lo sabemos.... Incluso para triunfar.
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