El sinvivir
Atrapados entre la historia y las elecciones, los dos grandes partidos catalanes est¨¢n en un sinvivir entre responder con dignidad al Tribunal Constitucional y las ambig¨¹edades sobre las que cabalgan hacia las urnas. La multitudinaria manifestaci¨®n contra la sentencia del Tribunal Constitucional es una llamada a la dignidad colectiva y la proximidad de las urnas act¨²a como una llamada al pragmatismo y el propio inter¨¦s. Pero la manifestaci¨®n del d¨ªa 10 no se puede menospreciar ni aqu¨ª ni en Madrid, por m¨¢s que la selecci¨®n espa?ola arrase medi¨¢ticamente. La manifestaci¨®n fue la expresi¨®n de una Catalu?a diversa, civilizada y transversal que se siente humillada por el Tribunal Constitucional y decepcionada por sus pol¨ªticos. La manifestaci¨®n debe ser interpretada y es innegable que si hace 30 a?os el grito fue "volem l'Estatut!", el s¨¢bado fue "independ¨¨ncia!", y las senyeres eran esta vez estelades. En los ¨²ltimos a?os ha crecido una corriente de fondo formada por j¨®venes independentistas desacomplejados para los que su referente no es la meseta, sino cualquier capital europea con la ayuda del Erasmus y el low-cost. Las manifestaciones crean un efecto euforizante, la pertenencia a un colectivo protege en momentos de zozobra y el s¨¢bado se vio como la pol¨ªtica catalana est¨¢ basculando hacia el soberanismo, pero la manifestaci¨®n no fue solo independentista, como tampoco lo es, de momento, la mayor parte de la sociedad catalana. Lo que demostr¨® la manifestaci¨®n y la respuesta posterior es que el proceso del Estatuto ha dejado sin palabras, enmudecidos, a los sectores m¨¢s moderados y a los partidarios de la Espa?a federal. Especialmente inc¨®modo es el papel del PSC, que ve como la visi¨®n pol¨ªtica de Joan Revent¨®s y Felipe Gonz¨¢lez se va al traste, como la radicalizaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica catalana puede acabar con su proyecto inclusivo, y ve con tristeza el silencio m¨¢s all¨¢ del Ebro. Para el PSOE, tener una d¨®cil federaci¨®n catalana es siempre una fuerte tentaci¨®n, y para el PSC, amagar con una autonom¨ªa ideol¨®gica que no lleva a cabo es una fuente de frustraciones.
La manifestaci¨®n fue la expresi¨®n de una Catalu?a diversa, civilizada y transversal que se siente humillada
Rodr¨ªguez Zapatero ha dejado caer a sus socios catalanes atrapado por la dureza de la crisis y la visi¨®n patriotera de Espa?a que empu?a el PP. La propia sentencia y los avatares de la formaci¨®n del tribunal dejan en evidencia su alto componente pol¨ªtico y Zapatero ha sucumbido a la "indisoluble unidad de Espa?a", a la ¨²nica naci¨®n y a creer que los derechos hist¨®ricos de un pueblo milenario emanan de la constituci¨®n de 1978. Se despeja la inc¨®gnita con los hechos y, a pesar de las palabras de ayer, Zapatero act¨²a en la corriente de opini¨®n de aquellos que consideran que el Estado auton¨®mico ha llegado demasiado lejos. La actuaci¨®n del PSOE con el Estatuto es una invitaci¨®n a la desafecci¨®n de los catalanes moderados y un impulso inestimable para las adhesiones a la propuesta independentista.
El PSC sabe por experiencia electoral que hay un diferencial importante de votos que deserta entre las elecciones generales y las auton¨®micas, y que la mayor parte de sus votantes tiene un v¨ªnculo sentimental en uno u otro grado con la idea de Espa?a. La actuaci¨®n del presidente Montilla parec¨ªa desmentir a los que ven vivas las dos almas del partido, pero el PSC necesita hacer una profunda reflexi¨®n sobre su identidad y sus alianzas. El PSC no tendr¨¢ credibilidad en la pol¨ªtica catalana si no tiene capacidad de influencia, es decir, libertad de voto, en el Congreso, y para ello puede tener que enfrentarse a la escisi¨®n. No est¨¢n claros los r¨¦ditos electorales del grupo propio, pero est¨¢ claro que la sobredosis de pragmatismo roza la indignidad y que Carme Chac¨®n no es la voz de Catalu?a en el Congreso.
Zapatero ha dejado a sus socios en una situaci¨®n complicada y la CiU de Mas est¨¢ madura y en forma para recoger los votos del desaguisado. Explicar despu¨¦s su apoyo pragm¨¢tico al PP o al PSOE quedar¨¢ fuera de la campa?a electoral.
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