En Revel no hay murallas
La victoria del tremendo Vinok¨²rov emociona a Contador, tranquilo y seguro ante la ¨²ltima semana
La muralla de Rodez no rodeaba la ciudad para defenderla de ataques exteriores, sino que la divid¨ªa en dos para separar a los dos grandes poderes enfrentados durante siglos, pr¨ªncipes y obispos.
En Rodez, de donde sali¨® la ¨²ltima etapa de la larga traves¨ªa del Tour hacia los Pirineos, Sandro Martinelli, el director que fue de Pantani, el director que es de Contador y Vinok¨²rov, diserta sobre el tema de la cabeza de los campeones. "Lo que tiene dentro de la cabeza un Campe¨®n con C may¨²scula no se lo dice a nadie, ni a vosotros, los periodistas, ni a nosotros, sus directores", dice Martinelli, que habla tambi¨¦n, claro, de la muralla edificada en el interior de su equipo, de la mala cara, tan seria, de Contador despu¨¦s de la frustraci¨®n de la llegada de Mende, tan mala como la que mostr¨® el a?o pasado despu¨¦s de herir a su equipo en La Colombi¨¨re, cuando atac¨® y solt¨® a Kl?den. "Su mente funciona con unos par¨¢metros, con unos esquemas que a los humanos, a los que hemos sido ciclistas mediocres, se nos escapan totalmente. Si Vinok¨²rov entra en una fuga, si Vino ataca, es porque solo piensa que puede ganar la etapa. Pero ser¨ªa in¨²til preguntarle qu¨¦ pas¨® por su cabeza, ser¨ªa in¨²til tambi¨¦n pregunt¨¢rselo a Contador. Su repuesta no servir¨ªa de nada".
Armstrong ha encontrado la felicidad de otro Tour, la de terminar cada d¨ªa
Tampoco Martinelli lleg¨® nunca a entender qu¨¦ pasaba por la cabeza de Pantani cuando lanzaba la bandana al aire, se colocaba las gafas en la calva, agarraba el manillar por la parte baja, se pon¨ªa de pie sobre los pedales y atacaba sin mirar atr¨¢s. Tampoco Contador y Vinok¨²rov, que se respetan como se respetan entre s¨ª todos los Campeones, llegaron a entenderse del todo en la larga conversaci¨®n que mantuvieron el viernes por la noche, cuando el kazajo, pura rabia, le dijo que por su culpa, por atacar y llevarse a rueda a Purito, no hab¨ªa ganado la etapa, el objetivo de su d¨ªa, el s¨ªmbolo de su regreso triunfal al Tour, a una carrera que lo hab¨ªa echado por la puerta de atr¨¢s tres a?os antes. Los Campeones, en efecto, hablan otro lenguaje.
En Revel no hay murallas sino un lago artificial creado en una colina para dar agua al canal del Midi. Junto al lago, al pie de los Pirineos, donde termin¨® la etapa, hay un repecho como un Poggio sobre San Remo, una cuesta que atrajo a los amantes de las cl¨¢sicas, a Ballan, el ex campe¨®n del mundo, a Cunego, a Barredo, a Luis Le¨®n; un muro en el que surgi¨®, tremendo, Vinok¨²rov. Sali¨® a la contra, y en la cima, cuando el dolor de piernas oblig¨® a todos a pararse a coger aire, ¨¦l cerr¨® los dientes y aceler¨®. No par¨® hasta cruzar, solo, la meta. Contador, impulsivo e inteligente, nada m¨¢s llegar, 13s despu¨¦s, se abraz¨® con el kazajo, como se abraz¨® tambi¨¦n cuando la Lieja, pero diferente, emocionado, sobre todo aliviado. "Me he alegrado m¨¢s que si hubiera ganado yo", dijo Contador. "Ahora ya puedo ir tranquilo a los Pirineos". El fuego competitivo, o rabia, de Vinok¨²rov hab¨ªa apagado el fuego como las l¨¢grimas -"estoy tan emocionado que no tengo palabras", dijo- de Contador simbolizaron.
Cuatro minutos y 35s m¨¢s tarde que Vinok¨²rov cruz¨® la meta Lance Armstrong. Tambi¨¦n sonre¨ªa. A los 38 a?os ha encontrado la felicidad de otro Tour, el que se vive en el l¨¢tigo en la entrada de las ciudades, el del corte inevitable, el de la falta de m¨¢s objetivo que terminar cada d¨ªa.
No sonre¨ªan ni mostraban m¨¢s felicidad que la cort¨¦s casi ocho minutos m¨¢s tarde Dani Navarro y Jes¨²s Hern¨¢ndez, que hab¨ªan vuelto a caerse. Los dos forman parte del grupo de sherpas, las cabras montesas que gu¨ªan a Contador en las monta?as hasta que llega la hora de atacar. Navarro, para muchos el tercer ciclista m¨¢s fuerte de este Tour en la monta?a, sufr¨ªa por la duda de si hoy estar¨¢ a tono de las exigencias de su jefe. "Pero no ha sido mucho, un golpe fuerte en el muslo", minimizaba. Hern¨¢ndez, que pas¨® los Alpes recuper¨¢ndose de las ca¨ªdas de los d¨ªas previos, so?aba con llegar fuerte a los Pirineos y servir a su amigo. Porque Andy, que se divierte con peque?as provocaciones, ya lo ha dicho: "Este a?o Contador est¨¢ m¨¢s calculador porque los de su equipo son amigos, no como el a?o pasado".
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