El d¨ªa de los inocentes

Herodes el Grande era un bendito en comparaci¨®n con los diputados y senadores que han votado la ley del aborto, si tomamos al pie de la letra la afirmaci¨®n del arzobispo Gil Hell¨ªn de que la despenalizaci¨®n de la interrupci¨®n voluntaria de un embarazo en Espa?a, hace 25 a?os, "ha destruido ya m¨¢s personas que las que hay en las ciudades de Zaragoza, C¨®rdoba y Burgos". De momento, los obispos no han hecho la comparaci¨®n.

Truculencias aparte, Herodes, el rey de Galilea, Samaria e Idumea desde el a?o 40 antes de Cristo hasta su muerte, en calidad de vasallo de Roma, figura en la liturgia cristiana como el instigador de la llamada Matanza de los Inocentes. El hecho no sucedi¨® realmente -es un relato de tipo catequ¨¦tico-, pero nadie ha librado a Herodes de tan terrible sambenito.

La matanza de ni?os que menciona la Biblia la relata el Evangelio de Mateo. Una buena historia que ha dado pie a novelas y dramas. En Espa?a, se conoce como El D¨ªa de los Santos Inocentes, jornada de bromas entre particulares y de historias fant¨¢sticas en medios de comunicaci¨®n. Seg¨²n Mateo, la matanza de todos los ni?os menores de dos a?os nacidos en Bel¨¦n la orden¨® Herodes para deshacerse del reci¨¦n nacido Jes¨²s de Nazaret. Los cat¨®licos celebran el acontecimiento cada 28 de diciembre.

El evangelista Lucas cuenta que ese d¨ªa hab¨ªa pastores pasando la noche a cielo raso, con sus reba?os. El dato conduce a la conclusi¨®n de que Jes¨²s no naci¨® en diciembre. Por mucho que haya avanzado el dichoso cambio clim¨¢tico, los pastores no acampan a cielo abierto con temperaturas a bajo cero en la regi¨®n de Bel¨¦n. La narraci¨®n de estos evangelistas sirvi¨® a Dionisio el Exiguo para calcular el nacimiento de Cristo y el comienzo de la era cristiana (el famoso calendario gregoriano), con gran imprecisi¨®n de fechas.

El arzobispo Gil Hell¨ªn no apela a Herodes en sus execraciones, pero s¨ª a algunos grandes pensadores de la ¨¦poca cl¨¢sica para avalar las apelaciones a la "recta raz¨®n". Por ejemplo, cita a Cicer¨®n, que dijo en su tratado De Legibus: "La ley es la raz¨®n suma que est¨¢ inserta en la naturaleza humana, la cual ordena lo que debe hacerse y proh¨ªbe lo contrario". Tampoco falta en la carta pastoral el inevitable san Agust¨ªn -"Juzgo que lo que es injusto no puede ser ley", escribi¨® el obispo de Hipona-. El prelado de Burgos acaba con una cita a Montesquieu: "Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. No existe tiran¨ªa peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencia de justicia".