"El presidente Calder¨®n no ganar¨¢ jam¨¢s la guerra al narcotr¨¢fico"
Dicen que los narcotraficantes lo respetan porque quieren salir en sus novelas. El escritor ?lmer Mendoza (1949) sigue viviendo donde naci¨®, en Culiac¨¢n, capital del norte?o Estado de Sinaloa, uno de los lugares de M¨¦xico donde la presencia del narcotr¨¢fico es mayor. Sus novelas -Un asesino solitario, El amante de Janis Joplin, Balas de plata...- convierten en literatura cara el lenguaje de los bajos fondos. Sus vecinos en la vida real son dentistas aterrados porque tienen que sacarle una muela a un capo o muchachos de 15 a?os cuyo ¨²nico futuro depende de una r¨¢faga de AK-47. En una entrevista concedida durante el Hay Festival de Zacatecas, ?lmer Mendoza se confiesa muy preocupado por el futuro de su pa¨ªs.
"En Ciudad Ju¨¢rez la gente teme m¨¢s a los militares que a las bandas"
Pregunta. Ya van m¨¢s de 25.000 muertos desde que el presidente Felipe Calder¨®n declar¨® la guerra al narcotr¨¢fico. Y la violencia, lejos de decrecer, aumenta. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
Respuesta. El Gobierno politiz¨® el fen¨®meno del narcotr¨¢fico. Lo politiz¨® al darle prioridad a un grupo y, como consecuencia, los otros grupos reaccionaron violentamente. Y en esa reacci¨®n, que ha sido muy despiadada, hemos podido identificar nuevos estilos de violencia como las decapitaciones en masa. Da la impresi¨®n de que, m¨¢s que la muerte del rival, lo que algunas de las bandas est¨¢n haciendo es mandar mensajes. No a los rivales, sino al Estado. Es una situaci¨®n nueva, porque se han perdido hasta los viejos c¨®digos. Los narcos evitaban las agresiones contra los ni?os o las mujeres. Ya no. El Gobierno ha creado un problema, ha soltado a los demonios y ahora no sabe c¨®mo detenerlos.
P. ?Puede ganar el presidente Calder¨®n la guerra al narcotr¨¢fico?
R. No la va a ganar jam¨¢s. Porque el perfil de este pa¨ªs es lacerante. M¨¦xico es un pa¨ªs muy herido donde, por ejemplo, la deserci¨®n escolar de nivel medio es muy alta. Estamos hablando de 15 millones de chicos en un pa¨ªs donde cerca de 50 millones de mexicanos viven en la pobreza extrema. Y una de las salidas de esos chicos que ni estudian ni trabajan es la delincuencia. Una salida que muchas veces ni siquiera es econ¨®mica, porque por la informaci¨®n que yo tengo ni reciben un sueldo atractivo. Se trata m¨¢s bien de una opci¨®n de violencia, de lograr el poder inmediato, el poder que da un AK-47 autom¨¢tico en las manos, 120 disparos por minuto.
P. Usted vive en el norte, en Sinaloa, donde la presencia del narcotr¨¢fico siempre ha sido muy fuerte. ?C¨®mo percibe la poblaci¨®n el acoso de los capos de la droga?
R. Es que el acoso que percibe la gente es el de los militares. El Ej¨¦rcito significa violaciones, significa asesinatos. En mi tierra empez¨® la guerra el d¨ªa que los militares mataron a una familia completa. Solo pudo escaparse el padre, que ech¨® a correr cuando se dio cuenta de que no ten¨ªa ninguna opci¨®n. Mataron a sus ni?os, a su mujer. Lo acusaban de plantar droga, pero ¨¦l se defendi¨®: yo soy agricultor, yo no soy narco ni siembro droga, a m¨ª compru¨¦benme. Y enseguida hizo la denuncia, pero el Ej¨¦rcito sigue haci¨¦ndose el loco... Y en Ciudad Ju¨¢rez pasa igual. He recorrido sus calles por la noche y la gente le tiene m¨¢s temor a ellos que a los otros. Las calles se han llenado de soldados y de armas de alto poder, pero la violencia no ha descendido.
P. El Gobierno dijo que, si no combat¨ªa ya al narcotr¨¢fico, el pr¨®ximo presidente de la Rep¨²blica ser¨ªa colocado en su puesto por el crimen organizado...
R. Es una postura equivocada. Hay rumores de que el narco siempre ha tenido que ver con la elecci¨®n del presidente. Que hace mucho que est¨¢ poniendo presidentes. Llevo varias campa?as electorales haci¨¦ndoles las mismas preguntas a l¨ªderes de los tres grupos. ?Ustedes est¨¢n utilizando en sus campa?as dinero sucio? ?Tienen alg¨²n acuerdo con las bandas? Y ninguno me dijo que s¨ª, pero tampoco que no. Y en el caso del presidente actual fue lo mismo. No me dijeron que s¨ª, pero tampoco que no...
P. ?C¨®mo le est¨¢ afectando a M¨¦xico est¨¢ situaci¨®n continuada de extrema violencia?
R. Un pa¨ªs donde todos los d¨ªas la gente quiere saber cu¨¢ntos fueron los muertos del d¨ªa anterior tiende a convertirse en un pa¨ªs sombr¨ªo, en un pa¨ªs que le apuesta al terror. Y eso no lo vamos a permitir. Aunque ya, cada d¨ªa, al salir de casa, pensemos en la posibilidad de que nos maten. Pero no le podemos dejar nuestras calles ni al Ej¨¦rcito ni a los sicarios. Las ciudades nos pertenecen. Son el muestrario de lo que somos. Lo contrario, la sombra, lo sombr¨ªo, provoca abandono, indigencia... No lo vamos a permitir. Tenemos que recuperarnos. No podemos vivir en un pa¨ªs que termine trag¨¢ndonos a nosotros mismos...
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