Una de tangos con El Cigala

Un desaf¨ªo. Un est¨ªmulo. Ese disparo de adrenalina que Diego El Cigala parece estar anhelando para ponerse en marcha. En El cantor de tango, el escritor Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez cuenta c¨®mo un estudiante extranjero viaja a Buenos Aires con el af¨¢n de encontrar a un legendario cantante de tango. Hasta all¨ª se fue El Cigala a grabar su ¨²ltimo disco. Y no cualquier cosa: uno de tangos, ante los mism¨ªsimos porte?os, y en un templo como el teatro Gran Rex de la calle Corrientes. Cigala & Tango, que se puso a la venta en junio con EL PA?S, despach¨® la asombrosa cifra de 75.000 ejemplares en una semana.

Diego Ram¨®n Jim¨¦nez Salazar hizo una entrada a lo grande: traje blanco, camisa negra y zapatos como un espejo, el vaso largo con el refresco de naranja y ron en la mano y una ¨²ltima calada al cigarrillo, antes de abrir con el tango Garganta con arena. Juanjo Dom¨ªnguez, el primero de los dos invitados argentinos en dejarse ver, le prepar¨® el camino con su guitarra para El d¨ªa que me quieras, de Gardel y Le Pera. Hace 75 a?os -el 24 de junio- que el morocho del Abasto muri¨® en un accidente de aviaci¨®n en Medell¨ªn. Y a este morocho madrile?o, nacido en una corrala de la Ribera de Curtidores, se le escucha ahora cantar "acaricia mi ensue?o el suave murmullo de tu suspirar".

El sobrino de Rafael Farina se qued¨® con aquellas canciones que hacen da?o

El cantaor flamenco no se dej¨® la piel, a la espera de plazas que le motiven m¨¢s

Tras los boleros y sones -hubo un antes y un despu¨¦s del disco con Bebo Vald¨¦s L¨¢grimas Negras- es hora de tangos. De sus tangos, habr¨ªa que decir. Al fin y al cabo, el tango, como el flamenco, es lamento del alma. Pena de amor que se desahoga cantando. Durante meses, el sobrino de Rafael Farina se hart¨® de rastrearlos por YouTube. Y, probando canciones, se qued¨®, como dice, solo con aquellas que hacen da?o. Son esas las que cant¨® en Cartagena, en el estreno nacional de Cigala & Tango, que tiene previsto presentar ma?ana en Barcelona (Gran Teatre del Liceu) y el d¨ªa 31 en Madrid (Escenario Puerta del ?ngel).

Nestor Marconi manej¨® con alma de orquestador un bandone¨®n conmovedor. Acaricia ese fuelle con el que estuvo en la orquesta de Salg¨¢n o acompa?¨® al gran Goyeneche, y por el que V¨ªctor Erice le eligi¨® para rodar la escena del pasodoble en la pel¨ªcula El sur y Carlos Saura para participar en Tango. A prop¨®sito de cine, El Cigala pone voz, en el doblaje espa?ol, al seductor latino en el que el oso de peluche Lotso convierte al pobre astronauta Buzz en la celebrada Toy story 3.

Marconi y Dom¨ªnguez flanquearon al madrile?o en Niebla de riachuelo, tango de Cad¨ªcamo y Cobi¨¢n que El Cigala grab¨® con Bebo. ?Y qu¨¦ dif¨ªcil es cantarse Alfonsina y el mar despu¨¦s de Mercedes Sosa! El Cigala evita la trampa de la comparaci¨®n viajando por otros registros sonoros y emocionales. Pero nunca dio sensaci¨®n de dejarse la piel en el envite. Cumpli¨® quiz¨¢ a la espera de plazas que le motiven m¨¢s o en las que se sienta m¨¢s c¨®modo tras el necesario rodaje del espect¨¢culo. Ya con sus habituales, y m¨¢s suelto, ofreci¨® el bolero Dos gardenias, recibido con alborozo y puente hacia Am¨¦rica que tomaron con muchas ganas los colombianos de La 33. Es la vieja salsa de Nueva York, la de dos trombones y bajo omnipresente, que Willie Col¨®n fue cocinando para H¨¦ctor Lavoe o Rub¨¦n Blades, y que se convierte en bogotana o de la monta?a, como ellos la llaman. La 33 es una de las agrupaciones -Aterciopelados, Tot¨® la Momposina, Bomba Est¨¦reo...- que han protagonizado esta 16? edici¨®n de La Mar de M¨²sicas, dedicada a Colombia, y que ha tenido una asistencia media a los conciertos de m¨¢s del 90%. Con momentos para el recuerdo protagonizados por Melody Gardot, Hindi Zahra o la orquesta Poly-Rythmo. La pr¨®xima edici¨®n ya tiene pa¨ªs protagonista: Ciao, Italia.