Gloria al emperador de Pinto
"Este maillot es para vosotros", dice Contador a miles de sus vecinosEl ciclista de Pinto se emociona al dirigirse desde el balc¨®n del Ayuntamiento a los m¨¢s de 3.000 vecinos que le esperaban para darle la bienvenida
No era la m¨¢s bella avenida del mundo, como a los franceses les gusta llamar a los Campos El¨ªseos, esa con tiendas de Louis Vuitton y Cartier, con el Arco del Triunfo de fondo, s¨ªmbolo de victorias napole¨®nicas anta?o. Era en realidad el balc¨®n del Ayuntamiento de Pinto, desde donde Alberto Contador, ganador del Tour por tercera vez, aclamado por sus vecinos, dijo: "La gente me pregunta si sigo viviendo en Pinto. ?C¨®mo no voy a vivir aqu¨ª con el cari?o que me dais?... Este maillot es para todos vosotros". La gente del pueblo, que llevaba horas esper¨¢ndole bajo un calor asfixiante, se volvi¨® loca con sus palabras.
Horas antes hab¨ªa aterrizado Contador en Barajas, esperado por el alcalde de su pueblo y centenares de seguidores. Mujeres, hombres, ni?os, vestidos con camisetas del Astana, de las de su pe?a, con maillots amarillos. "Estoy superorgulloso de la gente que ha venido a recibirme", afirm¨® en la terminal, y despu¨¦s, hambriento a pesar de lo conseguido, siempre queriendo m¨¢s, a?adi¨®: "El objetivo prioritario el a?o que viene es ganar de nuevo el Tour. Me preparar¨¦ a conciencia para conseguirlo".El que le mirase a los ojos sab¨ªa que no estaba mintiendo. De ah¨ª sali¨® disparado a la Puerta del Sol, donde le esperaba la presidenta regional, Esperanza Aguirre. A un lado, los ac¨¦rrimos a Contador no paraban de jalearle. Y delante de Aguirre surgi¨® el concepto que ha marcado este Tour, el del sufrimiento. "Ha sido muy dif¨ªcil. Hemos tenido que sufrir mucho. Ha habido momentos en los que no me encontraba igual de bien como otras veces, pero al final hemos conseguido ganar gracias a vuestros apoyos", afirmaron.
Trabajadores municipales regaron a los asistentes
"Es uno de nosotros, pero en grande", afirma con pasi¨®n una vecina
El deportista regal¨® un maillot amarillo a Zapatero en su visita a La Moncloa
"Ahora, a por el cuarto", le anim¨® la presidenta regional en la Puerta del Sol
Aguirre, acostumbrada a recibirle, lo mir¨® con cara de alegr¨ªa y destac¨® su "inteligencia, esp¨ªritu de lucha", y como no, su "inmensa capacidad de sufrimiento". "Es un honor para Pinto, para Madrid y para Espa?a tenerte entre nosotros, porque nos representas y nos emocionas con tus victorias, que no te las regala nadie", exclam¨® Aguirre.
Despu¨¦s, Contador le enfund¨® la camiseta amarilla a Aguirre, siempre c¨®moda con atuendos ex¨®ticos, y la presidenta le dijo que le esperaba el a?o que viene, convencida de que el ciclista volver¨¢ a ganar y que ella no se mover¨¢ del sitio. Recibi¨® a continuaci¨®n una placa y de nuevo a toda prisa, sali¨® volando a la Moncloa.
Camisa azul aunque con pu?os y cuello blanco, subi¨® las escaleras de la Moncloa a la par que el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. El dirigente brome¨® con que hab¨ªa sufrido vi¨¦ndole en el caj¨®n de los ganadores, temeroso de que al igual que el a?o pasado se equivocaran con el himno (se enton¨® el dan¨¦s). No fue as¨ª esta vez. Zapatero repas¨® todas las gestas deportivas del ¨²ltimo a?o aunque aventur¨® que ser¨¢ dif¨ªcil continuar con esta racha ganadora. "A no ser que siga muchos a?os Jaime Lissavetzky", le lanz¨® un piropo al secretario de Estado para el Deporte. "Campe¨®n, quiero expresar nuestro orgullo, satisfacci¨®n y enhorabuena por este nuevo triunfo en el Tour con el que nos hemos emocionado y tambi¨¦n sufrido en este gran mes para el deporte. Enhorabuena Alberto, ahora a por el cuarto Tour, porque estoy seguro de que lo vas a ganar", le dijo Zapatero. El presidente se march¨® con una sonrisa de oreja a oreja con un maillot amarillo de regalo.
A esas horas ya hacia tiempo que hab¨ªa gente esperando a Contador en las calles de Pinto, aunque el sol pegase con fuerza. Los pinte?os se resguardaban en los soportales de alrededor, 35 grados marcaba el term¨®metro, y los trabajadores municipales regaban la plaza para que el ambiente fuese m¨¢s fresco. ?Pero d¨®nde demonios estaba Alberto, el deseado? "Va a ser m¨¢s grande que Indurain", aventuraba David, aficionado al ciclismo, y a?ad¨ªa: "Y es incre¨ªble que sea uno de aqu¨ª, de estas calles". En medio de la euforia no paraban de cantar "no somos uno, no somos dos, somos el pueblo de Contador". Sal¨ªan tambi¨¦n los que acabaron fatigados aunque estuviesen sentados en el sof¨¢ de su casa: "En la contrarreloj casi me da un ataque. Por momentos lo di todo por perdido, pero eso quiz¨¢ haga esto m¨¢s grande si cabe".
Al fin el ciclista lleg¨® a Pinto a bordo de un descapotable, haciendo el gesto del pistolero, tantas veces visto en sus llegadas a la meta, y a la vez se llevaba las manos al coraz¨®n. Os llevo aqu¨ª, parec¨ªa decir a la gente que le aclamaba. Iba escoltado por un grupo de ciclistas. Desde el balc¨®n, de nuevo apareci¨® el sufrimiento, lo mucho que le hab¨ªa costado ganar, y repiti¨® que hab¨ªa sido su Tour "m¨¢s dif¨ªcil". Botando a petici¨®n de la gente, solt¨®: "La verdad es que estoy s¨²per, superemocionado. Es impresionante como est¨¢ la plaza con el calor que hace. No me hab¨¦is vuelto a fallar".
Incansable, Contador incluso dijo cuando recibi¨® un libro de firmas con las dedicatorias de los pinte?os, de manos del alcalde Juan Jos¨¦ Mart¨ªn, que intentar¨ªa leerlo por completo esa misma noche. "Es el mejor, un tipo corriente al que no se le ha subido a la cabeza. Un h¨¦roe del pueblo, uno de nosotros pero en grande", se?alaba con grandilocuencia una se?ora fuera de s¨ª.
Abajo, en la plaza, sonaba la canci¨®n dedicada al ciclista que tiene como t¨ªtulo "quiero ser como t¨²". M¨¢s claro imposible. Un chico de unos veinte a?os, con los ojos llorosos, con la camiseta empapada de sudor, no paraba de repetir: "Ha hecho grande Pinto. Nos conoce el mundo entero". El a?o que viene m¨¢s.
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