Personalidades de Vitoria informaron sobre otras a los 'ertzainas' imputados
Las notas de Telleria citan como fuentes a Jos¨¦ Antonio Gordo y Aitor Otaola
El esc¨¢ndalo del espionaje pol¨ªtico en Vitoria se abre a sorpresas may¨²sculas. El juzgado n¨²mero 4 de la capital alavesa investiga, adem¨¢s de a los ertzainas y al dirigente del PNV imputados por presunto espionaje pol¨ªtico, el papel que pudieron jugar en la trama diversas personalidades, algunas muy conocidas en la sociedad vitoriana.
Entre los secretos que el registro judicial a los despachos de Aitor Telleria desvel¨® para la investigaci¨®n en curso figuran los nombres de esas personas informantes, ya que los agentes no ocultaban ni camuflaban la identidad de sus fuentes a la hora de enviar los informes al entonces dirigente del PNV alav¨¦s, ni ¨¦ste se deshizo de los documentos una vez le¨ªdos.
El director adjunto de SEA, citado como fuente que dio detalles de Farto
A Gordo le atribuye 'Karlitos' informaci¨®n sobre Jes¨²s Marcos, jefe de Urbanismo
El ertzaina de la Unidad de Informaci¨®n y An¨¢lisis (UIA) que se autoidentifica como Karlitos cita y detalla en sus reportes a Telleria conversaciones con el conocido promotor y constructor Jos¨¦ Antonio Gordo. A este reconocido hombre de negocios atribuye el agente las informaciones que pasaba al dirigente del PNV acerca de Jes¨²s Marcos, director de Urbanismo del Ayuntamiento de Vitoria desde la llegada al poder local de los socialistas en 2007.
El de Marcos es un nombre a a?adir a los de los supuestos espiados cuyas identidades se han filtrado ya, pese al secreto que pesa todav¨ªa sobre la instrucci¨®n. El informe sobre ¨¦l habla, incluso, de la posibilidad de obtener fotograf¨ªas que pudieran documentar los comentarios sobre el alto funcionario municipal que el agente obtiene de Gordo. Empresas como Opakua, Pedreira, Zufiaur, Jardiner¨ªa Perica o Talleres Ondo aparecen citadas, seg¨²n el informe de Karlitos, en el curso de la conversaci¨®n.
Gordo adquiri¨® poder y estatus en la capital alavesa como presidente de la emblem¨¢tica Covivi (Cooperativa Vitoriana de la Vivienda), que ha construido un n¨²mero ingente de pisos desde los a?os sesenta. M¨¢s recientemente, se hizo con gran parte del suelo de la ¨²ltima expansi¨®n de la ciudad en Salburua y Zabalgana. Tambi¨¦n se introdujo en el campo medi¨¢tico como fundador de El Peri¨®dico de ?lava y accionista de Canal Gasteiz. Dec¨ªa no ser persona de siglas, pero nunca ocult¨® su proximidad con el hist¨®rico hombre fuerte del PNV en ?lava, Jos¨¦ Mar¨ªa Gerenabarrena, ya fallecido, y t¨ªo del actual presidente del ABB. Uno y otro tuvieron un gran peso en Caja Vital durante los veinte a?os de dominio del PNV, hasta el cambio de mayor¨ªa en 2000. Poco antes, una auditor¨ªa interna aflor¨® varias operaciones de Gordo perjudiciales para la entidad financiera. La mayor¨ªa del PNV le protegi¨®, neg¨¢ndose a validarla en el consejo, y desairando as¨ª al entonces presidente, Juan Mar¨ªa Urdangar¨ªn. Al mismo tiempo que el PNV perdi¨® su posici¨®n de dominio en la entidad, Gordo se repleg¨® a los negocios. En el caso conocido como Casa del Santo, la instituci¨®n quebrantada habr¨ªa sido la Diputaci¨®n. El PSE-EE, entonces en coalici¨®n con el PNV en el gobierno foral, ech¨® atr¨¢s una operaci¨®n para comprar el inmueble por siete veces el precio tasado cuatro a?os antes. La sospecha de financiaci¨®n del PNV flot¨® siempre en el aire durante la investigaci¨®n realizada por las Juntas Generales.
Otra de las personas de peso con las que los ertzainas se entrevistaban y de las que obten¨ªan informaci¨®n que pasaban a Telleria fue, seg¨²n escribieron en sus informes, Aitor Otaola. En este caso, se trata del director adjunto de la patronal alavesa, SEA, donde ha realizado el grueso de su carrera profesional.
Se da la circunstancia de que uno de los primeros nombres que se conoci¨®, entre las presuntas v¨ªctimas de seguimiento, fue el de Jos¨¦ Manuel Farto, que fue secretario general de esta asociaci¨®n empresarial alavesa entre 2001 y 2006. En ese tiempo mantuvo una colaboraci¨®n muy estrecha con Aitor Otaola, entonces director de estudios, a quien los agentes auton¨®micos al servicio de Telleria citan en 2008 como fuente de diversas informaciones concernientes a Farto.
Para entonces, Farto estaba ya de vuelta al Ayuntamiento, del que es funcionario, y en el que dirigi¨® el Departamento de Promoci¨®n Econ¨®mica, cuando Otaola facilit¨® presuntamente datos sobre ¨¦l. El retorno lo hab¨ªa hecho como asesor personal del alcalde, Patxi Lazcoz, para proyectos estrat¨¦gicos. En la misma ¨¦poca se implic¨® p¨²blicamente en la Red para el Cambio que apoy¨® a Patxi L¨®pez y en su precampa?a de candidato a lehendakari. Algo despu¨¦s se conoci¨® que adjudic¨® un estudio a un ex socio, en una actuaci¨®n que el alcalde atribuy¨® a "un error" y por la que le sancion¨®, pero a la vez le mantuvo en el puesto, por confiar Lazcoz en que obr¨® "de buena fe".
Entre el tejido de informantes que ten¨ªan los ertzainas imputados, hay personas m¨¢s y menos conocidas, del mismo modo que las hay entre los espiados. Algunas son incluso perfectos desconocidos y se las se?ala por un simple parentesco. De una, por ejemplo, se fich¨® el puesto de trabajo que ocupaba y su desafecci¨®n al nacionalismo, para apuntar sucintamente luego que el Museo Artium, la entidad que contrataba a su empresa, es propiedad de la Diputaci¨®n alavesa, en manos del PNV en el momento de redactarse los informes. ?Una forma de sugerir, tal vez, por qu¨¦ procedimiento se podr¨ªa prescindir del empleado en cuesti¨®n? Se trataba, simplemente, de un familiar de un concejal del PP.
?Qu¨¦ hac¨ªa Telleria con los datos?
El cada vez m¨¢s
caso Telleria,
con su doble dimensi¨®n de presunta corrupci¨®n y espionaje, est¨¢ descubriendo, en esa segunda derivaci¨®n, una penosa realidad: la de que en Euskadi existen ciudadanos de distintos c¨ªrculos profesionales y sociales proporcionando informaci¨®n, comentarios, o meros chismorreos, sobre otros ciudadanos, incluso colegas o compa?eros de trabajo, a agentes de la ley en misi¨®n de control y polic¨ªa pol¨ªtica para dirigentes de un partido.
Quienes conocen el alcance apuntan que unos lo hicieron a plena conciencia, otros puede que con un cierto autoenga?o sobre la relevancia y el destino de lo que contaban, y alguno, quiz¨¢, incluso embaucado del todo. El caso es que en esa mezcla de dato, chisme y maledicencia, la vida de los dem¨¢s acababa en manos de, al menos, Aitor Telleria, hombre fuerte en la ejecutiva que preside I?aki Gerenabarrena. Nadie sabe qu¨¦ uso dio a sus exclusivos conocimientos. Determinarlo es la clave de la investigaci¨®n.
Los informantes de los
ertzainas
han recibido un mal pago de estos y del propio Telleria: de los primeros, por dejarlos identificados con sus nombres y apellidos, y del pol¨ªtico por conservar los informes en los que constan. Todos pueden verse ante el juez.
Telleria y los
ertzainas
que le reportaban mostraron en 2008 un inter¨¦s particular por los pasos del m¨¢ximo dirigente del PSE-EE en ?lava, Txarli Prieto, y del entonces presidente de Caja Vital, Gregorio Rojo. Tambi¨¦n del alcalde, Patxi Lazcoz, del concejal de Urbanismo, Juan Carlos Alonso y subordinados de ¨¦ste. M¨¢s all¨¢ de lo principal, si se cometi¨® un delito, cabe preguntarse por la lealtad. ?Por qu¨¦ y para qu¨¦ actuaba Telleria, si su jefe, Gerenabarrena, ten¨ªa ya un pacto con Prieto; si Rojo presid¨ªa la entidad de ahorro con el mismo visto bueno; si el mismo acuerdo sosten¨ªa a Lazcoz?
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