El laberinto, dibujo del mundo
El CCCB abre una fascinante exposici¨®n en la estela del mito del Minotauro
"Un laberinto es un lugar formado artificiosamente por calles y encrucijadas, para confundir a quien se adentre en ¨¦l, de modo que no pueda acertar con la salida", dice la Real Academia. El modelo original comporta un arquitecto para construirlo (D¨¦dalo), un monstruo al que encerrar (el Minotauro), un h¨¦roe para penetrar en ¨¦l (Teseo) y una ayudante que lo descifre (Ariadna y su hilo de oro).
Pero un laberinto es tambi¨¦n un paradigma, una manera de percibir la realidad, de entender el mundo. Jorge Luis Borges, por ejemplo, consideraba que el mundo ten¨ªa que ser un laberinto, porque en caso contrario no existir¨ªa m¨¢s que el caos. El Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB) y Bancaja han cooproducido la exposici¨®n Por Laberintos, que abre hoy en la capital catalana y que viajar¨¢ a Valencia el a?o que viene, y la que, por supuesto, rinden homenaje a Borges.
Comisariada por Ram¨®n Espelt y el arquitecto Oscar Tusquets, con la colaboraci¨®n del cient¨ªfico Jorge Wagensberg, la exposici¨®n recorre, por un lado la historia de los laberintos que ha habido. Desde petroglifos que se pierden en el origen de los tiempos hasta las impactantes construcciones contempor¨¢neas, separando sus dos grandes variantes: los unicursales, aquellos que tienen un ¨²nico camino de entrada y salida, y los multicursales —inventados por Giovanni Fontana en 1420—, en los que hay recorridos alternativos, callejones sin salida y posibilidad de elecci¨®n.
Paralelamente, la muestra explora el mundo como laberinto. Los mitos, las culturas, las artes, la literatura, el cine o la contemplaci¨®n de las circunvoluciones cerebrales como nuestro laberinto interior. Integra tambi¨¦n la visi¨®n de artistas contempor¨¢neos y recoge obras tan sorprendentes como la serie de dibujos realizados por el dramaturgo Friedrich D¨¹rrenmatt sobre el mito del Minotauro.
La muestra es, en s¨ª misma, varios laberintos. En lo alto del edificio, sobre el gran patio del CCCB se ha instalado un tinglado que dibuja sobre el suelo el primer entramado, un laberinto m¨®vil que var¨ªa seg¨²n las horas del d¨ªa y la inclinaci¨®n del sol. El visitante est¨¢ sobre aviso: ?quiere entrar? "Un laberinto implica una decisi¨®n", explica Espelt, "se entra o no se entra; se juega o no se juega. El contexto y la simbolog¨ªa hay que llevarlos dentro. Cada laberinto tiene un ritmo y es como una danza".
Dentro le esperan mosaicos romanos, laberintos de catedrales g¨®ticas, laberintos como memoriales, facs¨ªmiles de manuscritos medievales, todo tipo de libros del XVI al XIX, videos, esculturas y cantidad de material contempor¨¢neo, como la colecci¨®n de la revista Caerdroia dedicada exclusivamente a los laberintos, que muestra como este mito sigue vivo en la psique colectiva.
Entre todo este material hay piezas especiales. Dif¨ªciles de conseguir han sido las dos monedas griegas del siglo II antes de Cristo con Apolo y Minos o Zeus en el verso y sendos laberintos, el primero circular y segundo rectangular al dorso. Magn¨ªfico, tambi¨¦n, el bajorrelieve del siglo XVII de Compi¨¨gne, que representa la ca¨ªda de ?caro con el fondo del laberinto de Knosos, y sorprendente el fragmento de una policrom¨ªa de la iglesia rom¨¢nica de Santa Mar¨ªa de Tah¨¹ll en el que se descubre otro laberinto.
La exposici¨®n dise?ada por Espelt y Tusquets no solo es de las que produce intenso cosquilleo neuronal al visitante, invit¨¢ndole, casi forz¨¢ndole, a establecer conexiones transversales, sino que tambi¨¦n busca su implicaci¨®n. Cuando la muestra entra en los laberintos multicursales, las paredes se transforman en setos vegetales y el recorrido, consecuentemente, se bifurca ofreciendo varias opciones. Y al igual de lo que sucede cuando uno entra en un laberinto, que tras recorrerlo busca con ansia la luz de la salida, la muestra reserva para el final su aspecto m¨¢s luminoso y divertido.
Una sala ofrece la posibilidad de seleccionar cualquiera de los m¨¢s conocidos laberintos en la pantalla de un ordenador y recorrerlos con el dedo; una operaci¨®n que se reproduce en una gran pantalla a la vista de todos. Como broche final, sobre una gran pantalla tres proyectores reproducen en paralelo las innumerables escenas que el cine ha filmado en un laberinto.
Un viaje a trav¨¦s del tiempo
- Artistas contempor¨¢neos como Robert Morris y Richard Long se inspiran en laberintos hist¨®ricos para sus trabajos.
- Un vaso etrusco muestra las danzas rituales para celebrar la victoria de Teseo sobre el Minotauro.
- "El laberinto es del orden de la danza y la m¨²sica, antes que de la arquitectura", asegura Ramon Espelt.
- En los jardines de Versalles hab¨ªa un laberinto concebido, no para encontrar la salida sino para la educaci¨®n del pr¨ªncipe, que deb¨ªa recorrerlo y aprender.
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