Mo Farah tambi¨¦n puede con Espa?a
El brit¨¢nico rubrica su doblete en el fondo con una magn¨ªfica victoria sobre el espa?ol en la final de 5.000m
Los d¨ªas de esta semana, Jes¨²s Espa?a, m¨¢s delgado que nunca, dos kilos menos a¨²n que en sus mejores d¨ªas de competici¨®n, tan concentrado en su misi¨®n que ni siquiera sal¨ªa del hotel para ir al estadio a ver las competiciones, s¨®lo tem¨ªa a un atleta, a Mo Farah, al brit¨¢nico al que hab¨ªa derrotado en la final de Gotemburgo hace cuatro a?os. Espa?a pensaba solo repetir la victoria y no le preocupaban los dem¨¢s rivales, los dem¨¢s espa?oles, Sergio S¨¢nchez, que ya no es el mismo fen¨®meno de la pista cubierta, Alemayehu Bezabeh, que sigue tan ca¨®tico, que a¨²n no sabe interpretar los 5.000 metros, sus sutilezas t¨¢cticas, sus cambios de ritmo. Solo pensaba en Mo Farah, en el brit¨¢nico que el martes hab¨ªa jugado con Ayad Lamdassem para ganar los 10.000 metros, que ayer, una noche m¨¢s fresca, menos h¨²meda, con m¨¢s brisa, de lo que hubiera deseado el atleta de Valdemoro, dio sentido a los temores de Espa?a derrot¨¢ndolo de una forma magn¨ªfica con una impecable y sutil serie de cambios de ritmo en los ¨²ltimos 1.200 metros y culminada imperialmente en la ¨²ltima curva. Desde hace 20 a?os, con los triunfos del italiano Salvatore Antibo en Split, ning¨²n fondista hab¨ªa conseguido el doblete que consagra a los grandes. "Estaba mejor que en Gotemburgo", dijo Espa?a, "pero supongo que ¨¦l tambi¨¦n".
"Ser segundo tras un gran campe¨®n es para estar contento", dijo el atleta de Valdemoro
Como reconocimiento, como homenaje, Espa?a esper¨® respetuosamente a que Farah, musulm¨¢n, orara sobre el tart¨¢n azul para ayudarle a levantarse, para levantarle el brazo como se hace los campeones de boxeo tras un combate. "Vine a ganar de nuevo", dijo Espa?a, "pero cuando se es segundo tras un gran campe¨®n como Farah, tengo que quedarme contento con la plata. S¨®lo puedo felicitarlo. Es muy grande ganar el 5.000 y el 10.000".
Nunca hab¨ªa estado mejor Espa?a (13m 33,12s), pero nunca hab¨ªa chocado en un Europeo con un atleta en estado de gracia como Farah, que naci¨® en Somalia y que, huyendo de la guerra, lleg¨® a Inglaterra a los 10 a?os. Sin embargo, su estado de forma, su mentalidad, su car¨¢cter ganador, su sentido t¨¢ctico, no tuvieron el suficiente peso para influir en el desarrollo de una prueba que empez¨® a desgastarle cuando, a falta de 2.400 metros, empez¨® a acelerar Alemayehu. El magn¨ªfico final corto de Espa?a, capaz de aguantar altos ritmos de marcha sin agotar sus dep¨®sitos, necesitaba de menos velocidad. "Esto es una carrera individual, as¨ª que no me puedo quejar de lo que hizo Alemayehu", dijo Espa?a, "Pero habr¨ªa preferido un ritmo m¨¢s lento. Y no tantos tirones". Fue ese ritmo, sin embargo, el pre¨¢mbulo ideal para Farah, quien, tras los tanteos iniciales, se puso serio a falta de tres vueltas, a 1.200 metros del final. Espa?a, muy atento, muy seguro, no dud¨® en seguirlo, ni tampoco el franc¨¦s Smail, ni el sorprendentemente azerbaiyano Hayle Ibrahimov, un chaval de 20 a?os que hasta 2009 era et¨ªope y se llamaba Haile Desta Hagos.
Farah hizo da?o de verdad, tanto, que poco despu¨¦s de su ataque s¨®lo le aguantaban Espa?a -"intent¨¦ ponerme a su altura, echarle el aliento, hacerle dudar, y resist¨ª hasta que mis piernas no pudieron m¨¢s", dijo- e Ibrahimov. Y cuando se fue en la curva, en su ¨²ltimo cambio, la ¨²ltima tensi¨®n de la cuerda, Espa?a cedi¨®. "Las tres vueltas de Mo, finalmente, me vaciaron", dijo. Inteligentemente, entonces, control¨® al azerbaiyano y le mostr¨®, a ¨¦l, a todos, que s¨ª, que tiene un gran final, que en la ¨²ltima recta nadie le resiste. Salvo Farah (13m 31,18s), claro, que ya iba por delante, incontenible despu¨¦s de correr los ¨²ltimos 400 metros en 55s, el ¨²ltimo mil en 2m 26s, el ¨²ltimo 1.500, en 3m 40s, m¨¢s r¨¢pido que Casado el viernes cuando gan¨® el oro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.