"La independencia huele a repollo"
El roquero granadino Miguel R¨ªos, que se retira de los escenarios en noviembre con una gira, repasa las an¨¦cdotas que han marcado su vida en la capital
Miguel R¨ªos deja los escenarios. La gira Bye, bye R¨ªos. Rock hasta el final ampl¨ªa estos d¨ªas fechas: agotadas las entradas para el concierto del 6 de noviembre en el Palacio de Deportes, se suma el 7 de noviembre en el mismo recinto. Es un momento adecuado para que el roquero espa?ol m¨¢s legendario repase las historias que marcaron su carrera en la ciudad donde ha transcurrido la mayor parte de su vida, Madrid.
Miguel R¨ªos lleg¨® a la capital con 17 a?os y permanece en ella a¨²n hoy, con 66. Comparte su residencia madrile?a con la de su Granada natal. "En Madrid me pas¨® todo: compuse, ligu¨¦ y sigo pagando mis impuestos".
- Las pensiones huelen a repollo. "Cuando llegu¨¦ a Madrid procedente de Granada apenas ten¨ªa 17 a?os. Era principios de los sesenta. Me qued¨¦ con unos amigos de Granada que ten¨ªan un piso, pero yo quer¨ªa independencia y libertad, as¨ª que me aloj¨¦ en varias pensiones del centro de Madrid, la mayor¨ªa horrorosas y que ol¨ªan a repollo. Me acuerdo que en una compart¨ª habitaci¨®n con un camionero de Ourense. En las pensiones aprend¨ª una lecci¨®n: que la independencia huele a repollo".
"En Madrid me pas¨® todo: compuse, ligu¨¦ y sigo pagando impuestos"
"El 'stone' Bill Wyman durmi¨® en mi piso, pero no se comi¨® un rosco"
- Ligar, una cuesti¨®n de fe. "Uno de los primeros locales a los que iba era el Club Castell¨®, en la calle Castell¨®. Yo no pod¨ªa actuar all¨ª porque solo admit¨ªan a las bandas instrumentales, como Los Rel¨¢mpagos. En el Castell¨® intentabas ligar, pero hab¨ªa que echarle mucha fe al asunto: era pr¨¢cticamente imposible. A finales de los sesenta, cuando ya era popular, la cosa cambi¨®: sal¨ªa sabiendo que iba a ligar".
- El d¨ªa que le dej¨¦ mi piso a un 'stone'. "Mi primer buen piso en Madrid fue en la calle Doctor Fleming. Era un apartotel, formato muy c¨®modo porque ten¨ªa servicio de habitaciones que te hac¨ªan la cama y te limpiaban todo a diario. Lo cog¨ª en esa zona porque estaba cerca del Santiago Bernab¨¦u y para m¨ª eso era lo m¨¢s grande: ?estaba al lado de mi amado Real Madrid! Y justo debajo ten¨ªa el restaurante F¨¦lix Ondarreta. Era el barrio donde me gustaba vivir. Por aquella ¨¦poca era amigo de un grupo ingl¨¦s que se llamaba The End, que era propiedad de Bill Wyman, el bajista de los Rolling Stones. The End era una banda de espl¨¦ndidos m¨²sicos que hac¨ªan happenings: tra¨ªan go-gos, participaba la gente... Wyman vino a ver al grupo y se qued¨® en mi casa. El t¨ªo ten¨ªa fama de follador, pero en Madrid no se comi¨® ni un rosco. Ninguna t¨ªa quer¨ªa ir con ¨¦l porque dec¨ªan que era fe¨ªsimo. Y ten¨ªan bastante raz¨®n. Nosotros intent¨¢bamos sacarle cosas de Jagger y Richards, pero ¨¦l solo quer¨ªa ligar. No se comi¨® un rosco, pero ten¨ªa un sentido del humor cojonudo".
- Probando la cazalla en el Circo Price. "Lo del Circo Price dur¨® solo unos meses, del invierno de 1963 a mayo de 1964, 15 actuaciones. Fue como ponernos un caramelo en la boca y luego quit¨¢rnoslo de golpe. Era los domingos por la ma?ana. Ensay¨¢bamos los s¨¢bados por la noche all¨ª. ?bamos a un bar de al lado, fum¨¢bamos y beb¨ªamos cazalla, que se puso de moda no s¨¦ por qu¨¦ y que estaba horrorosa. El domingo, el d¨ªa del concierto, prob¨¢bamos sonido a las nueve de la ma?ana. Cab¨ªan unas 1.000 personas. Era uno de los pocos sitios donde se pod¨ªan exteriorizar los sentimientos, gritar, bailar. Era un par¨¦ntesis de libertad en un pa¨ªs azotado por la dictadura. Fue muy excitante. Toc¨¢bamos seis o siete temas cada grupo. Luego nos ¨ªbamos con los instrumentos en un taxi, a comer toda la banda juntos. Pero la prensa oficial empez¨® a decir que all¨ª se juntaba toda la cochambre. Fueron cr¨ªticas muy duras y al final las autoridades decidieron cerrarlo. Una desgracia".
- Una reverencia a Di St¨¦fano antes de 'Rock and R¨ªos'. "Grabamos el disco en directo Rock and R¨ªos en el pabell¨®n del Real Madrid (donde ahora se levantan rascacielos, al lado de La Paz), en marzo de 1982. Fui el primero que toc¨® all¨ª. Luego llegaron Iron Maiden, Jethro Tull, Bar¨®n Rojo, Supertramp, Nirvana y muchos m¨¢s. Era un lugar ideal, para 6.500 personas. Yo iba mucho, a jugar al f¨²tbol con mis ¨ªdolos: Di St¨¦fano, Marquitos, Puskas... La pachanga con ellos era para m¨ª similar a tocar con Elvis. Los conciertos salieron muy bien. Estaba seguro de que si alguien fallaba era yo, porque la banda era espl¨¦ndida. Ten¨ªamos una introducci¨®n que nos hicieron en v¨ªdeo Martes y Trece. Y fue un descubrimiento, porque el p¨²blico se re¨ªa y la banda pod¨ªa entrar s¨²per suave, con Bienvenidos".
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