Los abordajes de los 'piratas verdes'
El buque 'Steve Irwin', que lucha contra la pesca del at¨²n rojo, estar¨¢ tres meses atracado en Barcelona
Dan Villa es un pirata ecol¨®gico. Asalta barcos que pescan de forma ilegal desde un buque negro de 53 metros de eslora, el Steve Irwin, que desde hace unos d¨ªas est¨¢ amarrado en el puerto de Barcelona. La nave pertenece a la organizaci¨®n ecologista Sea Shepherd Conservation Society, que lucha por la preservaci¨®n de la fauna marina con ataques directos a las "embarcaciones depredadoras". La ONG reclama el veto total a la pesca del at¨²n rojo, en extinci¨®n.
En el puerto de Barcelona, el barco es una atracci¨®n para turistas y los barceloneses, que se topan con su bandera pirata a la salida de los cines del Marem¨¤gnum.
Estatura media, delgado, rapado al uno, este ingeniero norteamericano nacido hace 31 a?os en Seattle (EE UU) sonr¨ªe orgulloso cuando cuenta que, capitaneados por el fundador de la organizaci¨®n, Paul Watson, el pasado 17 de junio liberaron una caja flotante con 800 atunes rojos capturados fuera de temporada legal. Fue en aguas libias, a 42 millas de la costa. Cinco buceadores, cuchillo en mano, cortaron la red. "El riesgo de perder el at¨²n rojo como especie es m¨¢s importante que el peligro que podamos correr", sentencia Villa, ataviado con una camiseta negra que reza "Sea Shepherd" y que se vende por 30 euros en el mismo buque. "El at¨²n rojo podr¨ªa desaparecer del Mediterr¨¢neo en tres a?os. Se est¨¢ extrayendo cuatro veces m¨¢s de lo que est¨¢ permitido", recuerda mientras un grupo de turistas sigue las explicaciones de otro tripulante.
El barco ecologista realiza acciones radicales contra pesqueros
Escaleras abajo del barco, el calor se vuelve insoportable. Un comedor y una peque?a cocina sirven para preparar platos veganos (ni carne, ni pescado, ni huevos). Al fondo, una estanter¨ªa atestada de DVD. Un Trivial y el Monopoly atestiguan que a estos piratas les gustan los juegos de mesa.
Paul Watson, que tambi¨¦n fue uno de los fundadores m¨¢s j¨®venes de Greenpeace es, sin duda, el hombre m¨¢s odiado de la industria ballenera nipona. Hace 30 a?os que Sea Shepherd hace campa?as en la Ant¨¢rtida para atacar a los cazadores de ballenas. En septiembre, el buque dejar¨¢ el puerto de Barcelona para dirigirse a Australia, donde el equipo preparar¨¢ su pr¨®xima cruzada.
"El a?o pasado logramos salvar 527 ballenas", dice el navegante. Cuando avista un ballenero, el capit¨¢n ordena el ataque. El barco pirata se aproxima al enemigo, durante unos minutos navega a su lado. Los tripulantes lanzan entonces bombas de ¨¢cido but¨ªrico a la proa. "Huele a v¨®mito, pero es inofensivo", aclara Villa. Seg¨²n otras fuentes, produce irritaci¨®n de los ojos y la piel.
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