El ¨²ltimo maquis llega a Venecia
El filme 'Caracremada', de Llu¨ªs Galter, competir¨¢ en la pr¨®xima edici¨®n del festival
Ramon Vila, alias Caracremada dedic¨® los ¨²ltimos 15 a?os de su vida a cortar torres de alta tensi¨®n con una sierra. Formaba parte de su solitaria rutina en el bosque, igual que comer, dormir o lavarse los dientes. El sabotaje a las centrales el¨¦ctricas fue la resistencia particular de este hombre indomable, hijo de casa pobre, activista obrero, encarcelado antes y durante la Rep¨²blica, que fue el ¨²ltimo maquis en Catalu?a. El director Llu¨ªs Galter (Figueres, 1983) narra la vida de este guerrillero antifranquista en su ¨®pera prima, Caracremada, que acaba de ser seleccionada para competir en el apartado Orizzonti de la 67? edici¨®n de la Muestra Internacional de Cine de Venecia.
Galter no es un apasionado de la historia, ni tampoco un profundo conocedor de los maquis, m¨¢s all¨¢ de los medi¨¢ticos Marcel¡¤l¨ª Massana y Quico Sabat¨¦. Este joven estudiante de Comunicaci¨®n Audiovisual estaba obsesionado con grabar una pel¨ªcula inspirada en El mito de S¨ªsifo, de Albert Camus. Un d¨ªa, un amigo le hizo cambiar de idea: contar la filosof¨ªa del absurdo era demasiado abstracto. Necesitaba un personaje. Y entonces ese amigo le regal¨® la ¨²nica biograf¨ªa que existe de Ram¨®n Vila. "Me interesaba mucho la parte invisible de su historia, la m¨¢s clandestina", cuenta Galter. En su pel¨ªcula no hay disparos ni persecuciones. La imagen principal es Caracremada serrando torres de alta tensi¨®n en medio del bosque. Hizo de la resistencia su oficio. "Sabotear las centrales era su protesta contra la dictadura porque cre¨ªa que as¨ª provocar¨ªa el caos y la ca¨ªda del R¨¦gimen, era el acto individual de un hombre para resistir hasta la muerte", explica el director.
En sus ¨²ltimos a?os, Ramon Vila se dedic¨® a sabotear l¨ªneas el¨¦ctricas
Seg¨²n la biograf¨ªa publicada por Josep Clara, Ramon Vila Caracremada, el darrer maqui catal¨¤, el protagonista de la pel¨ªcula de Galter naci¨® en Peguera (Bergued¨¤) en 1908 y conoci¨® la represi¨®n obrera trabajando de minero. Se afili¨® a la CNT y al poco tiempo ya lider¨® un grupo armado en una revuelta libertaria en la cuenca del Alt Llobregat. Hizo la guerra en la columna de Hierro y despu¨¦s, en el exilio franc¨¦s, luch¨® contra los nazis. Tras la liberaci¨®n, quiso volver a Catalu?a para proseguir una obstinada lucha contra el franquismo. Pas¨® sus ¨²ltimos a?os de vida escondido en el bosque, saboteando tendidos el¨¦ctricos hasta que, en 1963, la Guardia Civil lo abati¨® a tiros en Castellnou del Bages.
Ambientada en estos bosques de la Catalu?a Central, el filme de Galter naci¨® de manera casual entre cuatro amigos de facultad que acabaron siendo 30. Se empez¨® a rodar "con un presupuesto irrisorio" y sin una productora detr¨¢s, pero con las c¨¢maras en marcha, el productor Paco Poch se interes¨® por el proyecto. Igual que varios Ayuntamientos catalanes, la Diputaci¨®n de Girona, el Consell de les Arts, Memorial Democr¨¤tic y el Museo del Exilio de La Jonquera. TV-3 ha comprado los derechos de antena de la pel¨ªcula, que tambi¨¦n se presentar¨¢, aunque sin competir, en el Festival de San Sebasti¨¢n.
El Caracremada del siglo XXI lo interpreta Llu¨ªs Soler. "Pensamos en ¨¦l desde el primer momento porque sus facciones se parecen ligeramente a las de Ram¨®n Vila", opina Galter. El maquillaje solo sirvi¨® para desfigurarle sutilmente la cara. Cuentan leyendas sin mucho fundamento que Caracremada debe su apodo a un rayo que cay¨® encima de su casa o a una ca¨ªda infantil sobre un brasero. La pel¨ªcula apenas tiene di¨¢logo y la mayor¨ªa de personajes est¨¢n interpretados por gente corriente, porque "sus rasgos y sus miradas lo dicen todo".Todav¨ªa sin fecha de estreno es Espa?a, Galter ve la nominaci¨®n en Venecia como la oportunidad de dar a conocer su pel¨ªcula -que competir¨¢ en el apartado de nuevas tendencias con Guest, de Jos¨¦ Luis Guer¨ªn- y potenciar su distribuci¨®n. "Es una l¨¢stima que el filme guste m¨¢s en Italia, donde ni les va ni les viene el tema de los maquis, que en Espa?a o Catalu?a", denuncia Galter. Aun as¨ª, el director puntualiza: su pel¨ªcula es local, pero no localista, porque la manera de contarla, desde la filosof¨ªa del absurdo, "es universal y se entiende en todo el mundo".
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