Lissavetzky se quita el ch¨¢ndal

La semana pasada, Jaime Lissavetzky jugaba al mus con uno de sus mejores amigos. Sentado a una mesa y entre humo de puros lanzaba envites y ¨®rdagos al ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, cuando se enter¨® de que ten¨ªa que anunciar cuanto antes su disposici¨®n a ser el cabeza de lista del PSM para disputar la alcald¨ªa de Madrid. De vuelta a la azarosa pol¨ªtica madrile?a.

Los socialistas madrile?os han regresado a la gresca. Ante la posibilidad de que el secretario general del PSM, Tom¨¢s G¨®mez, presentara un candidato alternativo para el Ayuntamiento de Madrid, la ejecutiva federal decidi¨® adelantar el anuncio de Lissavetzky. G¨®mez mantiene un pulso con la direcci¨®n federal de su partido por la candidatura a la Comunidad de Madrid. Y ahora Lissavetzky (Madrid, 1951) est¨¢ en el centro de la disputa. Pero no le importa. "Es un hombre que todos respetan en Madrid. Es conciliador y no tendr¨¢ problemas", aventura un dirigente socialista.

Ha apoyado con decisi¨®n el proyecto ol¨ªmpico del alcalde Ruiz-Gallard¨®n

Apuesta por Trinidad Jim¨¦nez en su batalla contra Tom¨¢s G¨®mez

Dirigi¨® la federaci¨®n socialista madrile?a entre los a?os 1994 y 2000

"Durante su mandato evit¨® crearse enemigos en el partido"

El actual secretario de Estado para el Deporte conoce bien los entresijos de la complicada federaci¨®n socialista madrile?a, ahora PSM. Y lo dej¨® patente en la conferencia de prensa celebrada el pasado jueves en la c¨¦ntrica sede del PSM en Callao.

Fue diputado de la Asamblea de Madrid durante cinco legislaturas (1983-2000) y consejero de Educaci¨®n de los Gobiernos de Joaqu¨ªn Leguina en la Comunidad de Madrid (1985-1995). Pero, sobre todo, gobern¨® la federaci¨®n madrile?a durante algunos de sus a?os m¨¢s convulsos, entre 1994 y 2000. En ese periodo, los socialistas perdieron el Gobierno regional y las familias se disputaban ferozmente el control del partido. A pesar de todo, supo mantener un d¨¦bil equilibrio en el PSM. "Hizo un buen trabajo, manej¨® el partido en momentos dif¨ªciles, pero, sobre todo, logr¨® evitar grandes enemigos", comenta un diputado regional.

Durante aquella ¨¦poca, en 1997, se enfrent¨® por la secretar¨ªa general de la federaci¨®n socialista de Madrid al patr¨®n de los guerristas en la regi¨®n, Jos¨¦ Acosta. Lissavetzky se impuso por un estrecho margen, pero vio c¨®mo el partido se fracturaba. Un a?o despu¨¦s dio un paso atr¨¢s y permiti¨® que la dirigente de Nueva Izquierda (grupo escindido de IU), Cristina Almeida, fuera la candidata socialista para la Comunidad de Madrid, pese a que ¨¦l era el secretario general del partido. Poco a poco, su influencia sobre la ejecutiva regional fue menguando. Hasta que en 2000 dio el salto al Congreso de los Diputados.

Un veterano dirigente socialista explica que, a pesar de todos los cargos de responsabilidad que ha ejercido, "Jaime no hace gala de su poder. Es austero en sus formas". Y como ejemplo recuerda que durante a?os ha sido socio del Real Madrid, una de sus grandes aficiones, y cuando pod¨ªa evitaba el palco para sentarse en su butaca en el campo junto al resto de aficionados. La pasi¨®n por el conjunto blanco la comparte con su amigo Rubalcaba y con el ex presidente del Congreso Gregorio Peces-Barca, quien cuando fue sondeado para competir en unas primarias contra Lissavetzky por la alcald¨ªa de Madrid adujo, entre otras razones de m¨¢s peso: "No puedo hacerle eso a mi amigo Jaime, que es del Real Madrid".

Lissavetzky es doctor en Qu¨ªmica y profesor en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Desde su cargo como consejero de Educaci¨®n de Madrid impuls¨® la Universidad Carlos III y la red p¨²blica de escuelas infantiles en la regi¨®n. "Siempre ha estado vinculado al mundo educativo", explica un diputado y estrecho colaborador. Este parlamentario regional recuerda la ¨²ltima intervenci¨®n de Lissavetzky como portavoz del grupo parlamentario socialista en la Asamblea de Madrid: "Cuide usted la ense?anza p¨²blica. Que nosotros ya respetamos la ense?anza privada, pero la p¨²blica nos parece important¨ªsima". Daba un consejo al entonces presidente regional Alberto Ruiz-Gallard¨®n, a quien se volver¨¢ a encontrar en su aventura en el Ayuntamiento de la ciudad.

Pero su relaci¨®n ahora es distinta. Entre 2005 y 2009, cuando el alcalde de la capital impuls¨® infructuosamente la candidatura ol¨ªmpica de Madrid, Lissavetzky apoy¨® con decisi¨®n el proyecto. Tal fue su implicaci¨®n que fragu¨® una buena amistad con el que ser¨¢ su pr¨®ximo rival pol¨ªtico. Junto con el l¨ªder municipal de IU, ?ngel P¨¦rez, reeditar¨¢n viejas ¨¦pocas en la Asamblea.

Un importante dirigente socialista recuerda los disputados debates parlamentarios entre ambos: "Jaime se pon¨ªa muy tenso cuando ten¨ªa que enfrentarse a Gallard¨®n". Pero ahora eso ha cambiado. El secretario de Estado para el Deporte ha ganado en aplomo y madurez. Se ha paseado por casi todos los palcos de los estadios m¨¢s importantes del mundo y eso curte. Como ministro de Deportes en funciones, ha vivido la ¨¦poca m¨¢s exitosa del deporte espa?ol, desde el triunfo de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol en el Mundial de Sud¨¢frica, las importantes victorias del equipo nacional de baloncesto y los ¨¦xitos individuales en ciclismo, tenis y f¨®rmula 1. El actual secretario de Estado cultiva las relaciones con todos los medios, con los que tiene un buen cartel. Lissavetzky siempre ha sido un gran aficionado al deporte. En su ¨¦poca como consejero de Educaci¨®n perge?¨® la actual Ley regional del Deporte. A ¨¦l se debe la construcci¨®n del estadio La Peineta.

Durante su paso por el Consejo Superior de Deportes (CSD) impuls¨® la ley contra el dopaje y contra la violencia en el deporte. Vivi¨® de primera mano el revuelo levantado en el ciclismo por la Operaci¨®n Puerto o su pulso con la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol. Fuentes del ¨¢mbito deportivo cuentan que durante su mandato ha mantenido algunas disputas con el presidente del COE, Alejandro Blanco. Un veterano cargo socialista explica que "Jaime a veces tiene prontos de mal genio. Es muy exigente, pero tiene la facilidad de alcanzar acuerdos. Es muy afable en el trato corto".

Lissavetzky asegura que lleva tiempo rumiando la posibilidad de regresar a la vida pol¨ªtica madrile?a. "No es una decisi¨®n que se toma en una semana ni en dos meses", asegur¨® durante la conferencia de prensa del pasado jueves donde anunci¨® su disposici¨®n a disputar la alcald¨ªa de Madrid.

Entre partidas de mus que le deja su apretada agenda deportiva ha tomado la decisi¨®n. Aunque el envite lo lanz¨® el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, hace unas semanas: "Vamos a presentar un proyecto en Madrid. Lo haremos con los mejores y los mejores son siempre aquellos que los militantes deciden. Entre los mejores est¨¢ Lissavetzky". En esta partida, ¨¦l ha apostado por Trinidad Jim¨¦nez como candidata socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid en detrimento de Tom¨¢s G¨®mez. El PSM libra una nueva batalla y Lissavetzky no va de farol.