El Banco de Espa?a
Situado junto a la plaza de Catalunya, es uno de los primeros inmuebles de hormig¨®n de Barcelona
Durante ocho a?os resid¨ª en el Portal de l'?ngel, esa calle h¨ªbrida de casco viejo y bulevar burgu¨¦s que nunca ha sabido muy bien cu¨¢l era su lugar en la ciudad. Desde mi balc¨®n, cada noche ve¨ªa luces en los ¨²ltimos pisos del Banco de Espa?a. A¨²n hoy sigue siendo uno de esos lugares ignorados por el transe¨²nte, que atiende en su planta baja algunas operaciones bancarias con horarios propios de otra ¨¦poca. Su silueta, severa y un tanto bomb¨¢stica, se halla junto a la estaci¨®n de Pla?a de Catalunya de las l¨ªneas 1 y 3 del metro. Este es uno de los primeros inmuebles hechos de hormig¨®n en Barcelona -obra del arquitecto Juan de Zavala-, al que hace a?os se le busca un destino. Se ha hablado de convertirlo en otro hotel, de hacer una biblioteca, unos grandes almacenes, un bloque de viviendas o un centro dedicado a la tecnolog¨ªa de la comunicaci¨®n. Pero ah¨ª sigue, medio vac¨ªo y grandilocuente, ni adelante ni atr¨¢s, mientras en sus pisos superiores a¨²n quedan inquilinos viviendo. Todo esto no tendr¨ªa mayor inter¨¦s si no fuese por su ubicaci¨®n en pleno coraz¨®n de Barcelona, en esta plaza de Catalunya que tampoco ha terminado nunca de encontrar su propia personalidad y que surgi¨® como un olvido al dibujar el Eixample.
Frente a la puerta del edificio que le precedi¨® se celebr¨® la misa de las tropas franquistas
En la d¨¦cada de 1960 ya era evidente su condici¨®n de gigante infrautilizado
Antes de que acaparase la esquina aqu¨ª hubo otro edificio muy similar a la vecina Telef¨®nica, que a principios del siglo XX albergaba la sede de La Neotafia, publicitada como "el mejor servicio funerario con la mayor equidad en los precios". Tambi¨¦n ten¨ªa aqu¨ª su asiento la selecta Joyer¨ªa Cabot y la tienda de ropa para el hogar La Casa Blanca, con grandes surtidos de lanas, piqu¨¦s, driles y puntillas. En 1925 se instal¨® una sucursal del Banco Hipotecario de Espa?a, mientras que en una de sus oficinas superiores se ofrec¨ªa una empresa dedicada a gestionar casamientos con personas "honradas y de posici¨®n". Otra compa?¨ªa vend¨ªa parcelas en la nueva Ciudad Jard¨ªn de La Florida, entonces una urbanizaci¨®n de veraneo y ahora una barriada de L'Hospitalet del Llobregat. Durante muchos a?os su silueta era c¨¦lebre por el inmenso anuncio de leche El Ni?o que luc¨ªa su tejado, por la casa Vasconcel de selectos cosm¨¦ticos femeninos y porque en sus bajos estaba la librer¨ªa Catalonia, que permaneci¨® aqu¨ª hasta su traslado a la Ronda de San Pedro en 1931.
Pero aquella finca llev¨® mal la guerra. Fue ametrallada y convertida en checa. Frente a su puerta tuvo lugar la misa de campa?a con que los franquistas celebraron la conquista de Barcelona. Y en la posguerra termin¨® como un vulgar hotel-pensi¨®n, hasta que se decidi¨® derribar sus paredes y levantar una edificaci¨®n m¨¢s acorde con los nuevos tiempos. La primera piedra se puso en 1948 y fue bendecida por el arzobispo Gregorio Modrego. El gobernador del Banco Central -Antonio Goicoechea- denomin¨® a esta sucursal: "Retaguardia de toda la vida econ¨®mica nacional". Las obras duraron nueve a?os, y se registr¨® un grave accidente en 1955, cuando una caja de caudales se precipit¨® desde una gran altura y aplast¨® a un obrero. Poco despu¨¦s era inaugurada la sucursal, frente a la cual las damas de la buena sociedad instalaron anualmente sus mesas petitorias para el Domund y para la Sagrada Familia. Ahora estaba muy bien acompa?ada. En la esquina con la Rambla hab¨ªa aparecido la Banca Arn¨²s; en la otra acera surgi¨® el Banco de Arag¨®n y el Banco de Bilbao, con su famoso reloj giratorio, y donde estuvo el hist¨®rico hotel Col¨®n emergi¨® la sede del Banco Espa?ol de Cr¨¦dito. En la d¨¦cada de 1960, el Banco de Espa?a acog¨ªa a¨²n exposiciones de numism¨¢tica, pero entonces ya era evidente su condici¨®n de gigante infrautilizado. Hoy, a la espera de despejar su futuro, frente a la puerta re¨²ne grupos de m¨²sicos callejeros, y en sus laterales se ven vendedores ambulantes y alg¨²n mendigo con perros, que parecen ciscarse cual fil¨®sofos griegos en tan augustas paredes.
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