Las cosas claras

Para empezar, las cosas claras. Estados Unidos arranc¨® el Mundial con una victoria m¨¢s facilona de lo previsto frente a una Croacia demasiado inocente en un partido que no tuvo mucha historia. Se acab¨® en el segundo cuarto, cuando el conjunto norteamericano zanj¨® cualquier discusi¨®n. Croacia se hab¨ªa animado al final del primer cuarto, enganchada al bailar¨ªn Tomic, e incluso sac¨® pecho un punto por arriba (18-19). Entonces el pabell¨®n se puso del lado del d¨¦bil y comenz¨® la rechifla a cada ataque estadounidense. El efecto fue contrario al deseado, porque a Estados Unidos le encanta aquello de luchar contra todos. Arranc¨® la m¨¢quina y ya no hubo quien les parara.

Croacia tiene hoy por hoy m¨¢s nombre que figuras y juego. Es una selecci¨®n en estado de maduraci¨®n. Como Tomic, su bandera, que pag¨® la novatada carg¨¢ndose pront¨ªsimo de faltas personales. Estados Unidos huele la sangre de una v¨ªctima f¨¢cil. Y no suele tener compasi¨®n. Ahora encima han repartido los minutos y los galones. Krzyzewsky ha montado un mecano en el que todos se sienten part¨ªcipes y nadie vuela m¨¢s alto. Antes del descanso, ning¨²n estadounidense hab¨ªa llegado a los 10 puntos. Al final, jugaron los 12 y los 12 sumaron -significativo: el m¨¢ximo anotador del encuentro fue croata, Bogdanovic-. Todos tuvieron su momento de gloria, desde Odom hasta Granger y Gordon, que ya en el ¨²ltimo amistoso frente a Grecia se hinch¨® a meter canastas.

El equipo americano funcion¨® como acostumbra, con una velocidad de bal¨®n y de piernas que no tiene igual. Da lo mismo que penetre Rose, Iguodala que Durant, un jugador de goma. Los chicos mueven el bal¨®n por el per¨ªmetro hasta que alguien ve una rendija y por ah¨ª se cuela hasta el fondo. De fuera hacia dentro, Estados Unidos es incontenible. Ha sabido adaptarse al medio y a las circunstancias. Sin muchos pesos pesados en la zona, sabe poner el centro de gravedad de su juego m¨¢s lejos de la red.

Tomic mantuvo los pu?os en alto con sus movimientos de espaldas al aro y un gancho delicioso y sus compa?eros se volcaron en ¨¦l. Hasta que sali¨® el mastodonte Chandler a ponerle las esposas al jovenzuelo. Frente a tanto m¨²sculo se perdi¨® -lo que intimida Tyson, un tren de mercanc¨ªas en los dos aros-, y tres faltas personales al comienzo del segundo cuarto le condenaron. Durant sac¨® el mazo. Su tiro de media distancia es una pesadilla para cualquiera, y el chico deja como un pato mareado a su rival cuando empieza a mover las piernas y los brazos.

Durant da la sensaci¨®n de jugar al baloncesto con una facilidad natural, llega a canasta como si no le costara esfuerzo. Aunque para movimientos los de Iguodala, que podr¨ªa pasar como un globletrotter, tan pasado de revoluciones como juega a veces. Demasiada potencia mal administrada en una fuerza de la naturaleza. Croacia hab¨ªa perdido pronto el norte cuando se qued¨® sin Tomic, aunque Popovic quisiera tomar el testigo. Tampoco ¨¦l encontr¨® pasadizos. El parcial del segundo cuarto fue demoledor, 26-6, y el encuentro desemboc¨® en una prolongaci¨®n del mon¨®logo, algo maquillada al final, cuando Tomic apareci¨® de nuevo tras el castigo. Era ya muy tarde. Al p¨ªvot del Madrid le queda un mundo para so?ar con la NBA, un conjunto que hasta ahora se ha comportado sin fisuras, fresco de piernas y de cabeza. Hoy le espera Eslovenia, se supone que con m¨¢s hueso.