Varallo, ¨²ltimo superviviente del primer Mundial
Fue el gran goleador del Boca hasta que le super¨® Palermo
Los or¨ªgenes del f¨²tbol tal y como lo entendemos, de la puesta en marcha de la primera Copa del Mundo, una utop¨ªa que se hizo carne hace 80 a?os, no ser¨ªan igual de comprensibles sin los actos y recuerdos de leyendas como Francisco Antonio Pancho Varallo. El genial delantero argentino (Los Hornos), el ¨²ltimo superviviente del Mundial de Uruguay 1930, falleci¨® ayer a los 100 a?os en su hogar de La Plata, 50 kil¨®metros al sur de Buenos Aires, entre los cuidados de su hija Mar¨ªa Teresa y despu¨¦s de un largo tiempo tratado por quinesi¨®logos por sus molestias motrices. "Todo era distinto, no digo ni mejor ni peor... Podr¨¢s cambiar los materiales, las reglas; aplicar unas tecnolog¨ªas impensables entonces, pero nunca podr¨¢s cambiar el esp¨ªritu del f¨²tbol", contaba recientemente en este diario el futbolista centenario.
Varallo, tambi¨¦n conocido como Ca?oncito por su facilidad para convertir goles a porrillo, debut¨® en 1928 en Gimnasia y Esgrima de La Plata, con el que consigui¨® un t¨ªtulo de Liga, y fue uno de los grandes del Boca Juniors, donde jug¨® desde 1931, gan¨® tres campeonatos y anot¨® la friolera de 194 dianas en 222 partidos. Un saco de goles que solo pudo superar Mart¨ªn Palermo en 2008, 69 a?os despu¨¦s, con la camiseta xeneize. Compa?ero de fatigas de Carlos Gardel -"Nos visit¨® en la concentraci¨®n del Mundial de Uruguay, nos cantaba unos tangos y jug¨¢bamos a la loter¨ªa. Era un fen¨®meno"-, la derrota frente a Uruguay en la final del Mundial de 1930, un pulso marcado por la exacerbada rivalidad regional, le marc¨® de por vida.
"Han pasado 80 a?os y todav¨ªa no me he recuperado de aquella final perdida... Es la frustraci¨®n m¨¢s grande de mi carrera. Nos ganaron bien, aunque influy¨® que nos lesionamos tres y entonces no hab¨ªa cambios", reconoc¨ªa Varallo, que se retir¨® 10 a?os despu¨¦s por los problemas que arrastraba en una rodilla. "El primer tiempo lo terminamos con 2-1 a favor, pero luego perdimos por 4-2. El ¨²ltimo nos lo marc¨® Castro, un 9 al que le faltaba un brazo. Lo hab¨ªa perdido de joven, cosa de una motosierra... Pese a la derrota, creo que fuimos los mejores del Mundial", a?ad¨ªa entonces, dando una imagen de aquellos comienzos en los que no exist¨ªa un bal¨®n oficial y cada equipo propon¨ªa jugar con el suyo y donde no eran raros los futbolistas que se manejaban con boina.
"Otros de los cambios que me llaman la atenci¨®n, m¨¢s all¨¢ de los sistemas t¨¢cticos, son los relacionados con la comida. ?En 1930 no hab¨ªa nutricionistas ni nada de eso! En Uruguay 1930 llevamos una dieta t¨ªpica argentina: carne y m¨¢s carne. Antes de jugar, ped¨ªa doble raci¨®n", contaba Varallo, que jug¨® aquella primera final lesionado. "No tendr¨ªa que haber jugado, pero el ¨ªmpetu del joven... Pate¨¦ y volv¨ª a dolerme de la rodilla. Fue una l¨¢stima, como que los ocho goles de St¨¢bile no valieran el t¨ªtulo, pero a la vez un honor al alcance de muy pocos. Los uruguayos lo percibieron bien, porque el d¨ªa siguiente lo declararon fiesta nacional", prosegu¨ªa poco antes de la cita de Sud¨¢frica. El primer Mundial en ?frica fue el 19? de la historia. Lo gan¨® Espa?a. No habr¨ªa sido posible si antes, mucho antes, un grupo de intr¨¦pidos como ¨¦l no hubiera sentado las bases del mayor espect¨¢culo del mundo. La FIFA se lo reconoci¨® concedi¨¦ndole la Orden del M¨¦rito en 1994. Un galard¨®n a la altura de ilustres como Bobby Robson, Beckenbauer o Pel¨¦.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.