El te¨®logo m¨¢s cr¨ªtico con Munilla cuelga el h¨¢bito alegando presiones
Arregi deja los franciscanos para "evitar un grave conflicto" en la Iglesia vasca
Presintiendo que corr¨ªa el riesgo de ser expulsado tras romper sus meses de silencio impuesto, el te¨®logo Jos¨¦ Arregi, uno de los m¨¢s influyentes pensadores eclesi¨¢sticos en Espa?a y una de las voces m¨¢s cr¨ªticas con el nombramiento de Jos¨¦ Ignacio Munilla como obispo de San Sebasti¨¢n, ha optado por colgar los h¨¢bitos y ser "libre", aunque piensa seguir ejerciendo el sacerdocio. Arregi se desvincula de la comunidad franciscana de Arantzazu, en la que vivi¨® 17 de sus 57 a?os, para, seg¨²n explic¨® en una carta ayer, "evitar un grave conflicto interno". Quiere salvar a sus superiores, "mis amigos", del mal trago de tener que exigirle "sumisi¨®n a las ¨®rdenes del obispo". Munilla est¨¢ alineado con las doctrinas m¨¢s conservadoras del presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, el cardenal Rouco Varela.
"En la Iglesia que tenemos no hay lugar para los insumisos"
"O acataba o me iba", resumi¨® Arregi, profesor en varias universidades, entre ellas Deusto, fundador de la revista de pensamiento religioso en euskera Hemen y defensor de las reformas del Concilio Vaticano II que el papa Benedicto XVI intenta neutralizar. Con su salida, Arregi reabre la herida causada por la llegada de Munilla a la di¨®cesis donostiarra, uno de los pilares de la estrategia de Rouco Varela para frenar la deriva laicista que atribuye a la cercan¨ªa del clero con el nacionalismo. El nombramiento de Mario Iceta como obispo de Bilbao el pasado d¨ªa 24 apunta en el mismo sentido.
"No tengo ning¨²n problema personal con Munilla. ?l tiene un proyecto eclesial que no es el m¨ªo. Mi sensibilidad es impedida y ante ello opto por ser libre como seglar", explic¨® Arregi a EL PA?S en una conversaci¨®n telef¨®nica. En su misiva, titulada Franciscano sin h¨¢bito, el te¨®logo repasa la secuencia que le llev¨® a dejar la orden. Nada m¨¢s saberse que Munilla era el elegido por Roma para llevar las riendas del obispado de San Sebasti¨¢n tras la salida de Juan Mar¨ªa Uriarte, Arregi se alz¨® como una de las voces m¨¢s beligerantes: en diciembre acus¨® a Munilla de ser el autor durante su ¨¦poca como p¨¢rroco en Zum¨¢rraga de un fichero titulado Mafia que recog¨ªa la adscripci¨®n ideol¨®gica de sacerdotes. El 15 de diciembre, la protesta alcanz¨® su punto m¨¢ximo con una carta en la que el 77% del clero guipuzcoano rechazaba a Munilla y manifestaba su "dolor y profunda inquietud" ante su llegada. Para ellos, era "una clara desautorizaci¨®n de la vida eclesial de nuestra di¨®cesis".
Seg¨²n Arregi, el 23 de diciembre, su superior, Juan Telesforo Zubiarrain, le pidi¨® silencio y ¨¦l acept¨® sacar el debate de la arena p¨²blica. Las cosas siguieron as¨ª, seg¨²n Arregi, hasta que a principios de junio Munilla se reuni¨® con sus superiores para pedirles que fuera "callado del todo" -esto inclu¨ªa escribir, ense?ar y predicar- porque era "agua sucia que contamina a todos" y suger¨ªa que tal vez deb¨ªan enviarle a Am¨¦rica como "medida de gracia". Arregi dio entonces por roto el pacto de no agresi¨®n e hizo p¨²blica su pol¨¦mica carta del 17 junio, en la que relataba estos hechos, desmentidos por el obispado donostiarra, que atribuye las acusaciones de Arregi a su "fijaci¨®n personal" con Munilla.
"Ya pasaron los tiempos en que la libertad de palabra pudiera ser impedida en la Iglesia de Jes¨²s con pretextos de dogmas y magisterios", afirm¨® Arregi en su misiva de ayer. "En la Iglesia institucional que tenemos no hay lugar para insumisos, y yo lo sab¨ªa", resalta abogando por cambiar "una Iglesia autoritaria", que "se ha tomado tantas libertades para contradecir a Jes¨²s" en una "Iglesia democr¨¢tica", como la que este quiso.
"A mi obispo y hermano, Jos¨¦ Ignacio Munilla, le deseo lo mejor y pienso que lo mejor pasa por respetar, escuchar, secundar la inmensa mayor¨ªa de su comunidad diocesana, de la que seguir¨¦ formando parte activa", recalc¨®. "La voz de la comunidad es la voz del esp¨ªritu, mucho m¨¢s que la voz de Madrid o de Roma".
Las tensiones en la Iglesia cat¨®lica del Pa¨ªs Vasco
- Junio de 2008. El obispo Juan Mar¨ªa Uriarte presenta en Roma la renuncia al obispado de San Sebasti¨¢n al haber cumplido 75 a?os. Su relevo obligatorio planea desde hace tiempo sobre la Iglesia guipuzcoana como un hecho ineludible y complicado.
- Navidad de 2009. El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Rouco, con el respaldo del Vaticano, inicia el giro de la jerarqu¨ªa de la Iglesia vasca hacia posiciones conservadoras en lo doctrinal y alejadas del nacionalismo en lo pol¨ªtico. Benedicto XVI hace oficial el esperado nombramiento de Jos¨¦ Ignacio Munilla como nuevo prelado donostiarra.
- 15 de diciembre. En un gesto sin precedentes, el clero guipuzcoano hace p¨²blico su rechazo al nombramiento, en una carta abierta firmada por el 77% de los p¨¢rrocos de la di¨®cesis. Expresan su "dolor y profunda inquietud". Perciben la designaci¨®n "como una clara desautorizaci¨®n de la vida eclesial de nuestra di¨®cesis" y un intento de "variar su rumbo" que, advierten, encontrar¨¢ resistencia. "En modo alguno es la persona id¨®nea para desempe?ar el cargo", reza el texto secundado por 131 sacerdotes, entre ellos 85 de los 110 p¨¢rrocos.
- 23 de diciembre. Los superiores del franciscano Jos¨¦ Arregi le piden que cese sus cr¨ªticas a Munilla. El te¨®logo acepta el pacto de no agresi¨®n y guardar silencio nueve meses.
- 17 de junio de 2010. Tras saber que Munilla maniobraba para silenciarle del todo, Arregi publica su carta Pido la palabra contra el obispo donostiarra.
- Nacido en San Sebasti¨¢n y vascoparlante, Munilla se form¨® en el integrista seminario de Toledo, hasta su ordenaci¨®n en 1986 por el entonces obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n. Destinado a la parroquia de Zum¨¢rraga (Guip¨²zcoa), Munilla se convirti¨® all¨ª en un hombre abiertamente rebelde a la l¨ªnea del obispo Uriarte. Rouco le premi¨® nombr¨¢ndole obispo de Palencia con 44 a?os (entonces el m¨¢s joven de Espa?a).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.