El regalo del Papa a los anglicanos
Con motivo de la visita de Estado de Benedicto XVI a Reino Unido, cuatro tapices que Rafael cre¨® para la Capilla Sixtina salen por vez primera fuera del Vaticano
El asunto ha adquirido ya aires de acontecimiento. Rafael Sanzio concibi¨®, poco despu¨¦s de que su rival Miguel ?ngel culminase los frescos de la Capilla Sixtina, una rica colecci¨®n de tapices para decorar sus paredes inferiores. Cuatro de aquellas exquisitas piezas, bordadas en lana, seda e hilos de plata dorados, van a ser exhibidas en Londres, y juntas por primera vez fuera del Vaticano, con ocasi¨®n de la inminente visita de Estado de Benedicto XVI a Reino Unido. Y en otro espl¨¦ndido in¨¦dito, estar¨¢n acompa?adas por los dise?os originales de Rafael, los cartones que sirvieron de plantilla o de espejo para el trabajo de los mejores tejedores de Europa.
A partir del pr¨®ximo mi¨¦rcoles y durante solo seis semanas, el generoso pr¨¦stamo del Papa al reino de los anglicanos permitir¨¢ corroborar en la sede del Victoria & Albert (V&A) por qu¨¦ los elaborados tapices eran considerados hace 500 a?os una de las m¨¢s preciosas manifestaciones del arte. El museo londinense es depositario de los bocetos originales, los llamados Cartones de Rafael, en realidad unos cuadros de formato monumental que colgar¨¢n, lado a lado, en la sala consagrada de forma permanente al genio del Renacimiento.
Las obras se expondr¨¢n con los cartones que sirvieron de boceto
El artista trabaj¨® dos a?os sobre temas de San Pedro y San Pablo
El artista italiano se volc¨® durante dos a?os en esa serie de pinturas sobre pasajes de la historia de san Pedro y san Pablo, por encargo de Le¨®n X. Quiz¨¢ el ambicioso papa Medici quiso medirse as¨ª con su antecesor, Julio II, patrocinador de los frescos que Miguel ?ngel hab¨ªa culminado en la Capilla Sixtina tan solo tres a?os antes. Si, tal como sostienen algunos historiadores, este ¨²ltimo pudo sentirse intimidado por el brillo de un Rafael guapo, encantador y m¨¢s joven, el proyecto de los tapices para cubrir las paredes bajas de la misma capilla confirmaba el valor en alza del rival.
La sede apost¨®lica pag¨® por la concepci¨®n y ejecuci¨®n de los tapices 16.000 ducados de oro, al menos cinco veces m¨¢s que lo desembolsado por el resto de la decoraci¨®n de la capilla.
La empresa requer¨ªa un ingente esfuerzo en tiempo y recursos humanos. Los cartones de Rafael fueron enviados a Bruselas, el gran centro de los tejedores europeos, y fielmente reproducidos en el taller del maestro Pieter van Aelst. Los artesanos cortaron los bocetos en tiras y los copiaron tejiendo cada uno desde la parte posterior hasta llegar a realizar al menos 10 de los 16 tapices inicialmente encargados (los ¨²nicos de los que se tiene constancia) en 1519. Las tiras fueron reunidas de nuevo para recuperar unas pinturas que son consideradas obras de arte en s¨ª mismas, aunque no fueran inicialmente concebidas como tales. Poderlas contemplar junto a su plasmaci¨®n en tejido es el lujo que brindar¨¢ el Victoria & Albert en v¨ªsperas de la visita oficial del Pont¨ªfice, quien tiene previsto aterrizar en suelo brit¨¢nico el 16 de septiembre.
El tapiz ha acabado hoy relegado a la categor¨ªa de cenicienta de las artes, pero en su ¨¦poca de pleno apogeo era objeto codiciado por los monarcas europeos como expresi¨®n de su poder¨ªo. Diversos soberanos se interesaron por los celebrados cartones de Rafael, a partir de los cuales comisionaron copias. En 1623, el pr¨ªncipe de Gales y futuro Carlos I adquiri¨® siete de las plantillas para su f¨¢brica de tapices en Mortlake. Pag¨® por ellos sus buenas 300 libras de la ¨¦poca (equivalente a medio mill¨®n de libras de hoy).
Ese tesoro de Rafael ha permanecido en Inglaterra como propiedad de la corona, si bien cuelga en las paredes del V&A desde 1865, cuando la reina Victoria lo concedi¨® en pr¨¦stamo a ese museo tan querido por su marido Alberto.
Los tapices originales que alumbraron fueron trasladados a Roma en 1521, donde a lo largo de los siglos solo han estado colgados en su emplazamiento original durante ceremonias solemnes pontificias oficiadas en la Capilla Sixtina. La ¨²ltima ocasi¨®n data de 1983, cuando se exhibieron all¨ª con ocasi¨®n del quinto centenario del nacimiento de Rafael. Hoy cuentan con su propia galer¨ªa en el Vaticano, despu¨¦s de haber sido expuestos en diversas localizaciones del palacio Apost¨®lico, e incluso en la plaza de San Pedro a merced de los caprichos meteorol¨®gicos. Casi cinco siglos despu¨¦s, han perdido lo m¨¢s vibrante de su colorido, pero retienen intacta su fuerza art¨ªstica.
La pesca milagrosa, La entrega de Cristo a san Pedro, La curaci¨®n del paral¨ªtico y El sacrificio de Listra son las cuatro piezas que viajar¨¢n a Londres. El origen y la culminaci¨®n de la obra, un conjunto que los ojos de Rafael no tuvieron nunca la oportunidad de contemplar.
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