No usar¨¢s el mueble del vecino
El servicio de recogida de muebles cre¨®, sin pretenderlo, un bazar para devotos de la segunda mano - La crisis ha obligado al Ayuntamiento a suspenderlo
Hab¨ªa un rastrillo en Madrid que no se ubicaba en ninguna parte. Que no ten¨ªa nombre. No lo trabajaba ning¨²n comerciante ni hab¨ªa compradores en ¨¦l. Sus productos, de todo, tampoco val¨ªan dinero. Tan peculiar era este mercado, que ni siquiera su creador, el Ayuntamiento de Madrid, sab¨ªa de su existencia. Hab¨ªa, porque ya no lo hay. Otra vez la crisis. El Consistorio ha suspendido la recogida de muebles y enseres que realizaba mensualmente por los distritos de la capital. Un servicio que invitaba a los vecinos a dejar sus trastos viejos en la calle a la espera de que un cami¨®n municipal los recogiese, y que, sin pretenderlo, creaba en cada portal un bazar gratuito para sagaces paseantes, astutos oportunistas y nost¨¢lgicos enamorados de las alhajas de segunda mano.
"La gracia es crear un trueque en que t¨² cojas las cosas de otros y ellos, las tuyas"
"La estanter¨ªa esa tan guapa es de la calle", dice se?al¨¢ndola orgulloso Juan Guti¨¦rrez, un vecino de La Latina. "Y tambi¨¦n las mesas, y los sof¨¢s, y el mueble bar, y el espejo, y todas esas sillas, y el mueble del ba?o... Hasta la bola de discoteca la recogimos fuera", a?ade. A los 140 metros cuadrados de piso que comparte Guti¨¦rrez con sus dos compa?eros, Enrique Encinas y Miguel Hern¨¢ndez, no le falta de nada. Un sal¨®n, una cocina, dos ba?os y cuatro habitaciones repletas de muebles, trastos y cachivaches que pretenden ser decorativos. "Comprar, comprar", solo han comprado cuatro de ellos: dos camas y dos estanter¨ªas. "Porque no pod¨ªamos esperar a encontrar las camas en la calle, hab¨ªa que dormir en alg¨²n lado", aclara Hern¨¢ndez, "que si no, seguro tambi¨¦n ser¨ªan de por ah¨ª".
"La econom¨ªa aprieta", dicen estos j¨®venes. As¨ª que como el ingenio es gratis, se les ocurri¨® una idea para recortar gastos. Ya pagan 1.300 euros por el alquiler. La ocurrencia fue amueblar el piso por la patilla. "Al principio fue casi casualidad", reconocen, "pero luego ya vimos lo productivo que era darnos una vuelta por el barrio el d¨ªa del mes que el Ayuntamiento fijaba para que la gente dejara sus muebles en los portales. As¨ª ya hemos equipado este piso y el anterior que ten¨ªamos", aseguran. Ya tienen tantos trastos, que incluso tienen que deshacerse de algunos. "Pero no tirarlos", apostillan, "queremos que otras personas los aprovechen". "La gracia de esto es crear un trueque en el que t¨² cojas cosas de otros y otros cojan cosas de ti", explica Hern¨¢ndez. "Es barato, solidario y le das a las cosas otra vida en vez de destinarlas a un vertedero. No te creer¨ªas la de personas que vemos haciendo lo mismo que nosotros", a?ade.
Aunque amueblar la casa de uno mismo no era la ¨²nica ventaja que los ciudadanos sacaban del corto espacio de tiempo que pasaban los enseres en la calle, desde que los dejaban sus propietarios hasta que los recog¨ªa el cami¨®n municipal. Otros paseantes, como Samuel Trovador, un vecino de la calle de Fuencarral, lo ¨²nico que buscaban en los mont¨ªculos de muebles era esa antigualla que alg¨²n incauto no hubiese sabido valorar. "As¨ª me hice con un reloj de pared de hace un siglo", afirma, "?t¨² sabes qu¨¦ ilusi¨®n?".
Tambi¨¦n los hay cucos. No los relojes, sino los buscadores. Como esos que se adelantaban al cami¨®n municipal con su propia furgoneta para hacerse con el bot¨ªn de madera y metal. "De siempre han venido personas a coger cosas para luego venderlas en el Rastro", cuenta sin dar su nombre una panadera del distrito Centro. "?Pero qu¨¦ m¨¢s da? Si su due?o ya no lo quer¨ªa...", reflexiona. "Es mejor que robarlo".
Al final, a este servicio municipal le sacaban utilidad hasta los artistas. El colectivo Basurama, un grupo que realiza sus iniciativas art¨ªsticas con desechos, lamenta que se acabe esta oportunidad para reutilizar los muebles viejos. "Es que no son solo muebles. Son materiales de trabajo", reivindica C¨¦cile Le Galliard, portavoz de la organizaci¨®n.
Desde la Concejal¨ªa de Medio Ambiente "sienten" que todos estos ciudadanos se hayan quedado desde agosto sin su espont¨¢neo bazar. "Hab¨ªa que recortar por alg¨²n lado, y de nuestros cuatro servicios para recoger enseres, este era en el que menos recopil¨¢bamos", asegura una portavoz. Y aprovecha para dejar tranquilos a los que se preocupan por el derroche de material que supone deshacerse de muebles que a¨²n podr¨ªan ser reutilizados: "No van al vertedero. Van a la planta de Valdeming¨®mez para recibir un tratamiento. La madera barnizada por un lado, la normal por otro, los residuos electr¨®nicos a otro y el hierro a la fundici¨®n", enumera.
A Hern¨¢ndez no termina de consolarle la explicaci¨®n. "?Reciclar? Si Madrid es una ciudad con millones de muebles. Podemos gastar en reciclarlos, pero ?no saldr¨ªa mejor reutilizarlos y darles una segunda vida?", se pregunta. Y despu¨¦s, se apoltrona en su c¨®modo sof¨¢. Ese que, un d¨ªa, recogi¨® en la mism¨ªsima basura.
?Tirar los muebles?
El Ayuntamiento ya no convoca a los vecinos mensualmente (cinco veces al a?o en los distritos de la periferia) para que depositen sus muebles en el portal
y despu¨¦s recogerlos, sin embargo, existen otros tres modos de deshacerse de los enseres que sobran en casa, tambi¨¦n a cargo del Consistorio.
- Llamar al 010: cualquier ciudadano que vaya a deshacerse de muebles puede llamar a este n¨²mero del Ayuntamiento y solicitar que venga un cami¨®n a recogerlos debajo de su domicilio. El servicio es gratuito.
- Puntos limpios: existen puntos fijos y puntos m¨®viles. En los fijos se puede depositar cualquier cosa, en los m¨®viles, tan solo los utensilios m¨¢s peque?os. (Gu¨ªa de puntos limpios en: www.munimadrid.es)
- Servicio de limpieza la concejal¨ªa asegura que los servicios ordinarios de limpieza recogen los muebles abandonados que encuentran por la calle.
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