Espa?a, ?locomotora de Europa?
Por una vez desde hace a?os, el mes de agosto ¨²ltimo no ha deparado eventos negativos importantes. Eso s¨ª, los mercados financieros, que no descansan, parece que no han disfrutado mucho, pues siguen sin recobrar la confianza en la recuperaci¨®n de la econom¨ªa mundial y mucho menos de las econom¨ªas del sur de Europa, a las que siguen exigi¨¦ndoles diferenciales de tipos de inter¨¦s anormalmente altos. Parece que las medidas de ajuste de los d¨¦ficits y de reformas estructurales tomadas por los Gobiernos tras el estallido de la crisis de la deuda soberana no les acaban de tranquilizar. En el fondo, los operadores de estos mercados siguen pensando que a estas econom¨ªas les va a ser muy dif¨ªcil remontar el vuelo, lo que les deja en mala situaci¨®n para hacer frente a sus obligaciones financieras. Ello se traduce en altos diferenciales de tipos y, lo que es peor, en un nuevo corte del cr¨¦dito al sistema bancario de dichos pa¨ªses, que si no ha tenido graves repercusiones hasta ahora ha sido por la barra libre que mantiene el Banco Central Europeo.
En este contexto, la econom¨ªa espa?ola intenta salir de la recesi¨®n. De hecho, t¨¦cnicamente ya ha salido, pues ha encadenado dos trimestres consecutivos de aumento del PIB
[gr¨¢fico superior izquierdo]. Al final, las dificultades de estimaci¨®n de la contabilidad nacional del segundo trimestre las resolvi¨® el INE, como antes el Banco de Espa?a, calculando un aumento de dos d¨¦cimas (0,7% en tasa anualizada) del PIB. El trimestre no empez¨® bien, pero fue mejorando, especialmente cuando se conocieron los datos de empleo de la EPA. El empleo volvi¨® a caer, pero a un ritmo notablemente menor que el de los trimestres precedentes (-1% en tasa trimestral anualizada frente a -2,6% en el primer trimestre), lo que apoyaba ese t¨ªmido repunte del PIB. No obstante, la alegr¨ªa no fue mucha, pues en los mismos d¨ªas Eurostat publicaba la contabilidad de la zona euro, con un crecimiento del 1% (4% en tasa anualizada). Espa?a ha tardado m¨¢s en iniciar la recuperaci¨®n y, adem¨¢s, esta es mucho m¨¢s moderada. Se confirman, por tanto, los temores de los operadores de los mercados financieros. Por ello, muchos empiezan a vernos como una r¨¦mora para la econom¨ªa europea.
Ahora bien, cuando se analizan con detalle los datos de la contabilidad nacional de los dos primeros trimestres del a?o, esta apreciaci¨®n no es del todo correcta. Parad¨®jicamente, en estos trimestres Espa?a no ha sido una r¨¦mora, sino que ha actuado de locomotora de las econom¨ªas europeas. El crecimiento espa?ol se ha basado en el consumo y la inversi¨®n de las empresas en equipo, cuyo aumento trimestral anualizado alcanz¨® el 5% y 19,7%, respectivamente, en el segundo trimestre [gr¨¢fico superior derecho], mucho m¨¢s de lo que aumentaron en la zona euro. Como consecuencia, las importaciones se dispararon, beneficiando a los pa¨ªses europeos. Es m¨¢s, el crecimiento de las importaciones durante los dos primeros trimestres del a?o ha superado al de las exportaciones, lo que ha vuelto a traducirse en una contribuci¨®n negativa del saldo exterior al crecimiento del PIB, como en los tiempos gloriosos de expansi¨®n. Como consecuencia, el d¨¦ficit frente al resto del mundo, que a lo largo de 2008 y 2009 se corrigi¨® r¨¢pidamente hasta situarse por debajo del 4% del PIB, ha vuelto a aumentar, alcanzando en t¨¦rminos desestacionalizados el 5,4% del PIB en el segundo trimestre [gr¨¢fico inferior derecho].
Este comportamiento de la econom¨ªa espa?ola es inconsistente y, por ello, insostenible. Nuestro nivel de endeudamiento es la madre de todos nuestros males, y los mercados financieros muestran una notable reticencia a prestarnos o lo hacen a tipos de inter¨¦s altos. Mientras, nosotros nos dedicamos a ampliar las necesidades de financiaci¨®n. No creo que vayamos demasiado lejos por este camino. Por ello, y por otros motivos, la recuperaci¨®n t¨ªmidamente iniciada no puede continuar, al menos no puede continuar por los mismos derroteros. Hay que consumir e invertir, por supuesto, pero reduciendo la propensi¨®n a importar. Y sobre todo, hay que exportar m¨¢s. Todo ello requiere medidas que tiendan a aumentar nuestra competitividad y a ampliar la base de empresas exportadoras.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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