Los mineros se quejan de censura
Las cartas enviadas por los familiares a algunos de los trabajadores chilenos atrapados bajo tierra son retenidas
V¨ªctor Zamora hab¨ªa sido hasta ahora el bromista oficial del grupo de 33 mineros enterrados en la mina San Jos¨¦. Enviaba chistes y poemas a la superficie, escrib¨ªa que estaba encantado de estar all¨¢ abajo porque as¨ª no ten¨ªa que lavarse. Todo eso, por cartas. El pasado s¨¢bado los organizadores lograron ingeni¨¢rselas para que cada uno de los 33 pudiese hablar con tres de sus familiares por espacio de un minuto. Por fin, sus gentes iban a poder mirarles a los ojos mientras hablaban. Pero lo que estaba destinado a ser un d¨ªa de fiesta destap¨® el malestar de algunos mineros. Zamora se quej¨® a su familia de que solo le hab¨ªa llegado una carta en una semana. Tem¨ªa que le estuviesen ocultando algo. "Pero nosotros le enviamos por lo menos 15", indic¨® su esposa, J¨¦ssica Cort¨¦s. "Yo cada d¨ªa le escribo una, y su madre, tambi¨¦n, y sus hermanos".
La videoconferencia destapa el malestar de los 33 sepultados por las inspecciones
"Ah¨ª arriba hay unas ni?as que dicen que son psic¨®logas, pero yo no les he visto ninguna identificaci¨®n donde ponga que son psic¨®logas", a?adi¨® Cort¨¦s. "Y ellas se ponen a leer nuestras cartas y las meten en una bolsa y no sabemos qu¨¦ hacen con ellas. Al parecer, las leen porque hay algunos mineros que tienen varias mujeres y no quieren que les lleguen a ellos los problemas de sus mujeres. Pero con gente que solo tiene una esposa y un ni?o, como V¨ªctor, no deber¨ªa haber problemas". Cort¨¦s cree que unas 22 de las 33 familias padecen el mismo problema de obstrucci¨®n de misivas. "El ¨²nico que deber¨ªa leerlas es el psic¨®logo. Y si dejaran m¨¢s tiempo de comunicaci¨®n con ellos no habr¨ªa este problema", se?al¨® la madre de V¨ªctor Zamora.
El campamento de los familiares en la mina San Jos¨¦ parec¨ªa estos d¨ªas un inmenso taller literario donde en todo momento se ve¨ªa a alguien leyendo o escribiendo una carta. En plena era digital, el papel ha sido fundamental para calmar la desaz¨®n de todos. Pero parece que abulta demasiado cuando solo hay dos tuber¨ªas de apenas 12 cent¨ªmetros para comunicarse con los de abajo. El coordinador de psic¨®logos, Alberto Iturra, reconoci¨® ayer que ha habido "problemas de organizaci¨®n" en la transmisi¨®n de cartas. "Al principio todo funcionaba bien porque se enviaban solo 33 cartas; con 80, empezamos a quitarle espacio a la comida, y si llegan a ser 1.000, ya dejamos de enviar otras cosas indispensables. No hay que olvidar que esto es una operaci¨®n de rescate, no de comunicaci¨®n. No nos perdamos".
Seg¨²n Iturra, a partir de ayer mismo estaba prevista la organizaci¨®n de videoconferencias de cinco minutos en las que pudieran verse tanto la parte de arriba como la de abajo. El s¨¢bado, la comunicaci¨®n fue de cinco minutos, pero los mineros no pudieron ver a sus familiares. "Entonces no tendr¨¢ sentido supervisar el contenido de las cartas porque la comunicaci¨®n con los 33 ser¨¢ real e instant¨¢nea", se?al¨® Iturra.
Al psic¨®logo le plantearon la posibilidad de enviarles alcohol a los mineros para celebrar el bicentenario el pr¨®ximo 18 de septiembre. "No estamos de fiesta. La miner¨ªa chilena tiene 600 a?os de tradici¨®n y no se suele beber dentro de la mina. Si ha sido as¨ª hasta ahora ser¨¢ por algo". Los periodistas insistieron en que el ministro de Salud, Jaime Ma?alich, hab¨ªa declarado que se les enviar¨ªa una copa de vino. "No intenten ponernos en pugna. Una cosa es la expresi¨®n de un deseo, que es lo que hizo el ministro, y otra es la realidad. No tiene sentido romper un equilibrio que hasta ahora ha funcionado bien".
Supervivientes dados por muertos
Hab¨ªa 40 pasajeros y cinco tripulantes en aquel avi¨®n que en octubre de 1972 se estrell¨® en Los Andes cuando trasladaba al equipo de rugby uruguayo Old Christians a Santiago de Chile. Los 45 sobrevivieron al golpe. En una semana solo quedaban vivos 27. Al cabo de 73 d¨ªas, en los que se vieron obligados a alimentarse con el cuerpo de sus compa?eros muertos, sobrevivieron 16. Cuatro de ellos -Jos¨¦ Luis Inciarte, Pedro Algorta, Ram¨®n Sabella y Gustavo Zerbino- viajaron el s¨¢bado al desierto de Atacama para animar a los mineros enterrados a 700 metros bajo tierra desde hace un mes.
En 1993, con aquella odisea, se rod¨® la pel¨ªcula Viven y se escribieron varios libros. Gustavo Zerbino, de 57 a?os, no deja de impartir por el mundo conferencias sobre superaci¨®n personal. Entre sus muchas ocupaciones destaca la de asesor psicol¨®gico de la selecci¨®n de Uruguay en el mundial. Puede emitir r¨¢fagas de al menos 10 frases lapidarias por minuto, como sacadas de un libro de autoayuda. Ah¨ª van algunas: "A nosotros tambi¨¦n nos dieron por muertos, y tras 73 d¨ªas, a 5.000 metros de altura, con temperaturas que iban de los 40 grados de calor a 40 bajo cero, sin comida, ni ropa apropiada, sobreviviendo a la ca¨ªda de un avi¨®n y a una avalancha... lo logramos. Ellos tambi¨¦n podr¨¢n"; "cuando pens¨¢s como una v¨ªctima y no acept¨¢s lo que ocurri¨® y busc¨¢s por qu¨¦s, est¨¢s muy mal. Te tienes que preguntar qu¨¦ quieres hacer y c¨®mo puedes hacerlo".
?Y qu¨¦ consejo dar¨ªa Zerbino a los 33 para evitar enfrentamientos?: "Eso forma parte de la vida. Si tienen ganas de maldecir, que maldigan y se desahoguen y que despu¨¦s pidan perd¨®n. Nosotros, al cabo de 38 a?os, somos hermanos, nos conocemos, nos maldecimos y nos perdonamos".
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