Los caminos (ininvestigables) de Dios
Hay entre los jerarcas cat¨®licos la costumbre de achacar a la falta de fe en Dios la supuesta hecatombe moral de la humanidad. Seg¨²n esa idea, los creyentes tendr¨ªan una infinita superioridad ¨¦tica sobre los no creyentes, y ni qu¨¦ decir sobre ateos y dem¨¢s enemigos de la todopoderosa Iglesia romana. El ¨²ltimo alboroto se ha producido contra el astrof¨ªsico Stephen Hawking por liberar ¨¦ste a Dios, si es que existe, de la responsabilidad de haber creado un universo tan abundante en prodigios, miserias y cat¨¢strofes. La respuesta del Vaticano fue encumbrar como siempre a su Motor Inm¨®vil: un Sumo Creador omnisciente, omnipotente e infinitamente misericordioso. Tendr¨ªa raz¨®n Bertrand Russell cuando brome¨® que maldades, injusticias y sufrimientos se estar¨ªan produciendo porque el Todopoderoso a veces se distrae.
El obispo san Agust¨ªn sostuvo que "los caminos de Dios son ininvestigables". Lo escribi¨® en uno de sus Tratados sobre la Gracia. Eran tiempos de prepotencia, cuando el cristianismo se impuso como heredero del Imperio Romano. Hoy no es posible ni la opacidad, ni la impunidad. Pese a todo, el Vaticano puso el grito en el cielo hace dos meses porque la polic¨ªa cay¨® sobre la c¨²pula de la Iglesia cat¨®lica belga en busca de pruebas de delitos sexuales, registrando incluso la residencia del legendario cardenal Dannels y la tumba del no menos famoso cardenal Suenens.
La muy cat¨®lica B¨¦lgica ha asistido con aprensi¨®n a las investigaciones y denuncias. Es l¨®gico. El acoso sexual de cl¨¦rigos se ha dirigido a las v¨ªctimas m¨¢s f¨¢ciles: los hijos de las buenas familias cristianas. Erigidos como l¨ªderes morales absolutos, las familias devotas ser¨ªan las ¨²ltimas en sospechar de sus reverenciados pastores, pero tambi¨¦n las m¨¢s intimidadas a la hora de desafiar a la Iglesia romana con denuncias internas o externas. Muchas v¨ªctimas se acogieron al suicidio. Fue la sacudida final a tanta traici¨®n.
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