Un cerco al monumento
Interior blinda la estatua a Rafael Casanova con vallas en los chaflanes para ahogar los abucheos - Ciudadanos critican la medida en la ofrenda
El tripartito quiso vivir ayer la ¨²ltima Diada de la legislatura en paz y decidi¨® dar un paso controvertido: aislar el monumento a Rafael Casanova con un per¨ªmetro de seguridad para alejar todo lo posible los abucheos de grupos de ciudadanos que, puntualmente y a las ocho de la ma?ana, se apostan cada 11 de septiembre junto a la estatua. El cerco apag¨® los silbidos y permiti¨® o¨ªr infinidad de veces Els Segadors interpretado por la Banda Municipal de M¨²sica en un escenario. El cintur¨®n de seguridad desat¨® mil y una quejas de vecinos que vieron en ¨¦l una met¨¢fora de la distancia entre la ciudadan¨ªa y los pol¨ªticos al no poder ver desde cerca la ofrenda ni acercarse al monumento.
"El acto ha sido restringido. Hubo m¨¢s libertad otros a?os", dice Mas
La medida rompi¨® casi con el ritual, pero fuentes del Gobierno alegan que dieron el paso porque el griter¨ªo del a?o pasado alcanz¨® un volumen de decibelios fuera de lo razonable hasta el punto de que no se o¨ªa ni a los m¨²sicos. Presidencia asegura que consult¨® el nuevo formato con todos los partidos y que nadie le puso objeciones. "Es muy diferente de otros a?os cuando hab¨ªa mucha participaci¨®n, mucho griter¨ªo y m¨¢s libertad en este sentido. Ha quedado todo m¨¢s restringido", describi¨® Artur Mas, de CiU.
Interior situ¨® las vallas a la altura de la confluencia entre las calles de Al¨ª Bei con Bail¨¦n -"Se ha lucido quien ha decidido el dispositivo", dec¨ªa un vecino- y en la calle de Girona con la Ronda de Sant Pere. El ceremonioso desfile, que baj¨® por la calle de Girona, se ve¨ªa a lo lejos porque s¨®lo pod¨ªan acceder a la isla creada alrededor del monumento pol¨ªticos, diputados y periodistas acreditados. Tras la valla, se concentraban distintos grupos reivindicando con pancartas desde la custodia compartida hasta criticar la supuesta falta de honestidad de los pol¨ªticos. "?Puedo pasar? Es que he llegado tarde y Uni¨® est¨¢ a punto de hacer la ofrenda. ?No me deja ir?". Al ruego de una militante democristiana le sigui¨® despu¨¦s el de un casteller, otro de un entrenador de equipo de f¨²tbol infantil, de dos inmigrantes sudamericanos y el de una joven que llevaba una tarta de flores en las manos. Una lista interminable. Todo in¨²til. El chafl¨¢n se convirti¨® en un inacabable memorial de agravios de personas con ofrendas que quer¨ªan pasar y a quienes los mossos, con resignado estoicismo, invitaban a entrar por Ausi¨¤s March.
"?Pero es que vengo de all¨ª!", exclam¨® furibundo un militante de CiU. "?Esto es un boicoteo!", remach¨® otro laportista. La polic¨ªa, inalterable, insisti¨® en que s¨®lo abrir¨ªa las vallas a partir de las diez. En realidad, fue pasadas las once. No todo el mundo corri¨® la misma suerte: un grupo de ocho convergentes accedi¨® al monumento sin problemas, justo en el momento en que pasaba su delegaci¨®n, ante el pasmo de otros, con este simple comentario: "Somos de CiU". El abucheo fue especialmente sonoro con los nacionalistas y republicanos. Quien se libr¨® de ellos fue el PP que por primera vez en a?os evit¨® el homenaje a Rafael Casanovas. Mientras, Guardiola, entrenador del Bar?a, fue coreado al grito de "presidente". El cortejo lo cerr¨® pr¨¢cticamente Solidaritat Independentista (SI), de Joan Laporta. En ese momento, no hab¨ªa m¨²sicos en el escenario. Cuesti¨®n laboral: no pueden tocar m¨¢s de dos horas seguidas y llevaban ya, interpretando Els Segadors -tantas veces como ofrendas hubo- tres y cuarto.
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