La victoria sentimental de Barredo
Solo Mosquera entre los favoritos logra una m¨ªnima renta en los Lagos
"La Vuelta da muchas vueltas", dice Purito, que, se supone, sabe de lo que habla cuando habla de la carrera en la que nada es lo que parece, en la que detr¨¢s de cada gesto, de cada acci¨®n, existe, como el negativo de una fotograf¨ªa, una premisa, y tambi¨¦n una consecuencia, aunque a veces, como ayer en los Lagos, la niebla las oculte. Va de retiradas y de resistencias. De historia y de sentimientos. Va de ciclismo.
El edificio sigue all¨ª, a la izquierda de la carretera seg¨²n se llega a Cangas de On¨ªs por la carretera de Arriondas, pero nadie responde cuando se llama a la puerta. El hotel El Capit¨¢n lleva tiempo cerrado. All¨ª fue donde se refugi¨® Indurain cuando se baj¨® de la bicicleta para siempre al pie de la subida a los Lagos. Hasta all¨ª, 14 a?os despu¨¦s, no lleg¨® ayer Jos¨¦ Luis Arrieta, el ¨²ltimo gregario de Indurain en activo, 39 a?os, 18 temporadas como ciclista profesional, que se hab¨ªa bajado de la bicicleta unos kil¨®metros antes v¨ªctima de una tendinitis persistente y mal cuidada. Fueron quiz¨¢s sus ¨²ltimas pedaladas como profesional. Arrieta deja el ciclismo an¨®nimo y en silencio, una nota sin m¨¢s en la pel¨ªcula de la etapa, sin homenaje ni fotos. "?C¨®mo me van a homenajear a m¨ª, que no he hecho nada?", dice el navarro, quien probablemente pasar¨¢ el a?o pr¨®ximo a ser director en el equipo de Unzue.
Barredo, nervio y coraje, dedic¨® el triunfo a su padre, operado de la aorta
No lleg¨® Arrieta a la subida que simboliz¨® la modernidad de la Vuelta har¨¢ 30 a?os, la ascensi¨®n en la que a Carlos Barredo le salieron los dientes, en la que el asturiano comenz¨® a so?ar con ser ciclista. "Cuando era un guaje viv¨ªa con mis abuelos a 30 kil¨®metros de aqu¨ª y era un poco miedoso. Mi padre, para probarme, me dijo que me regalaba una bicicleta de carreras solo si era capaz de subir solo con la bici de monta?a hasta la cima de los lagos", dice Barredo. Por aquellos a?os, cuando Barredo era un ni?o, el mito anual de los lagos, la ascensi¨®n que daba sentido a la Vuelta, lo coronaban gente como Perico, como Jalabert, a quienes Barredo aplaud¨ªa cuando pasaban por delante de su casa.
Ayer, Barredo ya un hombre de 29 a?os, un ciclista de nervio y coraje, un tipo de ideas fijas, imit¨® a lo grande a sus ¨ªdolos. Fue una victoria sentimental que dedic¨® a su padre, operado de la aorta, con un gesto de la mano arriba y abajo de su pecho para simbolizar las cicatrices que dej¨® la operaci¨®n. Gan¨® porque se infiltr¨® en la escapada del d¨ªa tras una salida loca a m¨¢s de 45 por hora la primera hora, y gan¨®, el primer asturiano que lo hace en la cumbre en la que quieren ganar todos los ciclistas, porque subi¨® muy bien, ¨¦l, que no es un escalador nato, sino un ciclista que se ha curtido pele¨¢ndose, siempre en fuga, en las cl¨¢sicas del norte pagado por un equipo belga. Subi¨® tan bien, al menos, como el pelot¨®n de los favoritos, que, sin Igor Anton, es otra cosa.
Anton, dice, freudiano, su director, Gerrikagoitia, no quiere ser un gran campe¨®n. No tiene la ambici¨®n de ganar un Tour, una Vuelta. No tiene, entonces, la capacidad mental para superar la presi¨®n que supone llevar un jersey de l¨ªder. No le importaba no ganar la Vuelta y por eso se cay¨®. La ca¨ªda fue su liberaci¨®n. "En el coche, camino del hospital, iba tranquilo, no le daba importancia", dice Gerrika. Por la noche, el s¨¢bado, lo operaron. "Y por la noche", contin¨²a Gerrika, "se dio cuenta por primera vez de que ten¨ªa ah¨ª la Vuelta, y se vino un poco abajo".
Marzio Bruseghin tampoco aspira a ser un gran campe¨®n. Bruseghin, que pod¨ªa haber llegado al podio de la Vuelta, se cay¨® al tropezar con Anton. Es un resistente, tan resistente al menos como las vi?as de prosecco que cultiva en las colinas de Valdobbiadene. No se retir¨® y no quiere retirarse, pese a correr con los brazos cosidos a puntadas -15 puntos en uno, cuatro en otro-, con el deltoides derecho tan machacado que no puede ponerse de pie sobre la bicicleta. Piensa en el Mundial, quiere ir al Mundial y fue capaz de terminar la etapa perdiendo poco m¨¢s de dos minutos con el mejor de los favoritos, Mosquera.
Se fue Igor, liberado, y dej¨® hu¨¦rfano a su equipo, lo que aprovech¨® alguno, como Be?at Intxausti, la perla, para retirarse de la carrera, y dej¨® sin l¨ªder a la Vuelta, lo que no aprovech¨® nadie, quiz¨¢s por falta de fuerzas, como Mosquera y Purito, quiz¨¢s por falta de necesidad, como Nibali, que sigue l¨ªder .
Atac¨® Sastre llegando a la Huesera. Su intento sirvi¨® de detonante para Mosquera, que atac¨® de lejos. No logr¨® que ninguno entrara a su trapo y logr¨® solo 10s sobre los otros pretendientes, quienes resistieron al ritmo de Nibali, el siciliano que contrarrelojea mejor que ninguno y sube igual que el mejor, o mejor. Hoy, m¨¢s monta?a. Esto es la Vuelta, que da muchas vueltas. O eso quiere Purito.
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